ℂ 𝕒 𝕡 í 𝕥 𝕦 𝕝 𝕠 𝟟𝟙 parte 1

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◆◆ 𝓓𝓪𝓮𝓷𝓪 ◆◆


Deje la espada clavada en la tierra, tome algo de agua, el sol por fin calentaba. Abrí mi playera, el fresco se llevó el calor. Jurian limpiaba su cara. Volver a entrenar con la espada era cansado. 

Vimos a Eris caminar con calma directo a la casa. Solo traería problemas. Sostuve la espada. Continúe practicando. Entrenar con Jurian era lo contrario que con los otros, él me mostraba el juego sucio hasta cierto punto, cuando aprovechar y terminar con el oponente. 

—Te servirá cuando quieras matar a alguien —aún no quería matar. 

—Hazle caso —comentó Lu, acercándose a nosotros. 

—¿Vas a entrenar? — pregunté, mientras bloqueaba el ataque de Jurian. —o ¿solo vas a ver? 

Sentí cuando se acercó con arma en mano, entrenar de esta forma era más entretenido. Golpe a Jurian en el estómago, y le di en el hombro a Lucien, mantuve la guardia arriba, mientras ellos se levantaban. 

—Aprende rápido 

Sonreí. Vi las llamas de Vassa sobre una de las sillas del jardín, detrás venía Eris. Relaje mis hombros. El sonido del choque de las espadas resonaba por todo el lugar. 

Un movimiento mal calculado nos costó a mí y Lucien una tajada de la espada de Jurian. Vi la línea roja sobre su hombro, no fue profunda. 

—Sabes que esta blusa me gustaba —solté sería. 

—Cómprate otra o cósela —ataque con fuerza, tuvo que agarrar la empuñadura con ambas manos, seguí atacando, manteniendo los pies firmes. 

Vassa extendió sus alas. Nos detuvimos. Remangue mi blusa. 

—Eris —lo llamó su hermano. 

—Debo hablar contigo —parecía aburrido. 

Le quité la espada a Jurian y a Lu. Entre antes de escuchar más. Deje las tres sobre la pared. 

Elain entró por la puerta. Le di un vistazo y continué mi camino. Terminé de quitarme la bota, cuando alguien llamó a la puerta. El piso estaba frío. Ella estaba ahí 

—¿Pasó algo? 

—Quisiera hablar contigo 

—¿Sobre qué? No tenemos nada de que hablar —me recargue en el marco de la puerta. 

—Mi actitud no fue la mejor, pero hay cosas de las cuales estoy segura de que son verdad

Vi el collar en su cuello, el oro rosa y las flores resaltaban. Su ropa no era la misma de anoche. 

—Bien, te lo digo una vez, no lo juzgues, ni a nosotros, porque no conoces nada sobre nosotros, haz pasado algo horrible, todos pasamos por algo así, es nuestra decisión cargar ese peso o aprender a dejarlo ir 

La Diosa De La Oscuridad ✴Where stories live. Discover now