Una perfecta señorita [VOL. I] [Theo Nott]

Capítulo 102

El tiempo paso como una ventisca, el invierno se estaba yendo dejando paso a la primavera. Y cada vez más cerca la Tercera Prueba.

Y en este punto de su vida Cordelia jamás había sentido la necesidad de querer a alguien muerto, hasta que llegó Rita Skeeter.

"¿Un posible compromiso?" decía el titular de El Profeta. Cordelia siguió leyendo y el articulo era una completa calumnia. ¿Cómo Rita Skeeter supo que pasó año nuevo con Theo? El hecho que ella fue la persona que Theo recató del lago y los rumores que habían estado corriendo sobre ella.

En estos momentos tenia a Lavander Brown en una trato frio sobre esos rumores de ella y Theo en aulas vacías.

—Esa...esa...esa— dijo Cordelia rompiendo su copia del periódico.

—Perra— terminó Eowyn su frase. Las cinco y Gillie se encontraban en la mesa de Slytherin desayunando cuando la edición de ese día de El Profeta llegó a sus manos.

Cordelia pasó de la palidez a la molestia. Rápidamente miró a su alrededor, ningún compañero de su casa le propino mirada indiscretas, pero no podía decir aquello de las otras casas. Claramente podía escuchar los murmullo.

Una mirada rápida a la mesa de Gryffindor vio a Neville leyendo el periódico con la misma molestia que Cordelia estaba sintiendo. Lavander Brown soltó una risita fastidiosa mientras leía su copia, Ginny le arrebató el periódico y lo rompió a la mitad en frente de ella, provocando una expresión de indignación de Lavander.

—¿Cómo supo lo de año nuevo?— dijo Cordelia furiosa— ¿Eso fue una cena privada? Estoy Lord Nott jamás mencionaría nada de esto.

—Tal vez Skeeter las espió— dijo Gillie— Como una espía, con micrófonos escondidos. Como James Bond, pero mala.

—Gillie, la tecnología muggle no funciona en el mundo mágico— le dijo Hermione.

—O se hizo pequeñita como Pulgarcita— volvió a decir Gillie. Pansy y Daphne rieron negando con la cabeza las ocurrencias de Gillie.

—Rita Skeeter es una cucaracha— dijo Eowyn— Saliendo de las cloacas.

Cordelia alzó su cabeza cuando una idea cruzo su mente. Insecto, espía ... ¡Animaga!

—Eso es— contestó Cordelia— Gillie tiene algo de razón, algunas protecciones no actúan contra los animago. Ella puede ser un insecto, escondiéndose entre los arbustos, ventanas, espiando a familias para escribir sobre ellas.

—Y una animaga no registrada— agregó Hermione. Cordelia sacó su libreta con hojas para cartas y sacando un esfero de brillitos violetas.

Sin perder el tiempo empezó a escribir una carta a la única persona que le veía la cara a Rita Skeeter todos los días. Pidiendo que la mantuviera vigilada y que si mostraba algún signo de ser una amiga ilegal comunicarle a su padre lo más pronto posible.

—Gillie eras una genio— le sonrió Cordelia tomándola de las mejillas y dándole un beso en la frente. Gillie soltó una risita ante su ingenio y se perfecta deducción.

Rita Skeeter se arrepentiría de usar el nombre de la casa Potter en esta artimaña.

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Cordelia se dirigió sola a lechuceria para buscar a Hedwig y enviar la carta. Su preciosa lechuza la miraba ansiosa, como si fuera consciente de la situación y el motivo de la carta.

—Necesitas entregarle esta carta a Penélope— le indicó Cordelia a Hedwig mientras le acariciaba la cabecita con delicadeza. Su lechuza cogió la carta en su pico se fue volando.