Una perfecta señorita [VOL. I] [Theo Nott]

Capítulo 45

Cordelia se ocultó detrás del profesor Snape.

Luego del que señor Moony confesará que era un hombre lobo, su primer instinto fue ocultarse detrás de su jefe de casa que estaba presente.

—¡Por favor Bambi, Moony no te hará daño!— le trató de calmar su padrino. — ¡Apártate Snape!

—Sirius cálmate— dijo el señor Moony colocando una mano sobre su hombro — Estas asustando a Cordelia.

—Si Black, cálmate— agregó el profesor Snape con algo sarcasmo— O la niña pensará que eres un salvaje.

—Tu, quejicus— su padrino alzaba su varita pero un golpe con el ejemplar de El Profeta en su cabeza lo detuvo.

Cordelia se aferró a la túnica del profesor Snape mientras su padrino era reprendido por el señor Moony.

Era una suerte que Eowyn tuviera que irse a Fraser Hall por unos asuntos por un par de días.

—Cordelia — dijo el señor Moony tratando de buscar las palabras — Se que es difícil comprender lo que acabas de saber. Pero ten presente que jamás te haría daño.

—Tu no, pero el lobo si— intervino el profesor Snape.

—¡Cierra la boca quejicus! — gritó su padrino ganándose otro periodicaso del señor Moony.

—Como decía — continuó con una expresión de tranquilidad aun con el periódico en sus manos— Tu seguridad es prioridad de Sirius y mía. Severus aquí presente amablemente se ha ofrecido a prepararme el matalobos para disminuir el riesgo de que ataque a alguna persona.

Cordelia miro al profesor Snape.

—Lupin es un buen candidato para probar nuevas variantes de la poción— le dijo el profesor Snape— Pero si siente insegura ante la presencia de Lupin puede ir a Malfoy Manor donde seguro Narcissa la recibirá muy a gusto.

Cordelia medito unos momentos observando al Señor Moony. Era amable con ella, le ayudo con las cosas complicadas de sus tareas. Además, el profesor Snape era un experto en la rama de pociones, así que estaba confiada que el matalobos funcionaria porque estaba hecho por el profesor Snape.

—¿No me harás daño?— preguntó aun detrás del profesor Snape.

—Nunca, cachorrita— le sonrió el señor Moony.

Se separo un poco del profesor Snape. Y abrazó al señor Moony.

Sus padres fueron amigos del señor Moony, y si estuvo cerca de ellos cuando Cordelia aun era una bebé, y el hubiera sido peligroso sus padres se habrían alejado de él.

—"Pero confiaron en Pettigrew y mira como acabaron"— le dijo una vocecita en su cabeza. Cordelia la aparto y abrazó mas fuerte al señor Moony.

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El profesor Snape uso el laboratorio de pociones en Potter Estate para preparar la dosis de matalobos para el señor Moony.

Cordelia se quedaba sentada, con su texto de Oclumancia, mirando los cambios que el profesor Snape se movía con una gracia al momento de mezclar ingredientes y cortar las plantas necesarias. La próxima semana era luna llena y la poción estaba casi lista.

Su padrino y el señor Moony permanecerían en la casita del árbol durante la noche con un hechizo de bloqueo.

—¿Esto es Luparia o acónito, Potter?— preguntó el profesor Snape haciendo que Cordelia quitará su mirada del libro. Sostenía una planta con hojas violetas oscuras.

—Es la misma planta, señor.— contestó Cordelia.

El profesor Snape solo asintió con la cabeza.

—¿Por que esta poción es difícil de preparar?— preguntó Cordelia.

—Debe suprimir el instinto de la bestia de cazar— le respondió mientras revolvía un poco el caldero— Además de todos los ingredientes con caros e imposibles de conseguir. Y Black no le pesa la mano en gastar lo necesario en su precioso lobo.

Cordelia no era ajena a las interacciones hostiles de su padrino contra el profesor Snape, era como un resentimiento y fricción que llevaba años.

¿También habrá sido así con mi padre?

—¿Y porque hacerle cambios a la receta original?

—Cuando terminas tu bordado y vez que una de tus puntudas esta torcida ¿Qué haces Potter?

—La trató de corregir para que quede perfecta.

—He ahí tu respuesta— le dijo —¿Por que conformarse con las recetas básicas cuando puedes aumentar la efectividad a su máximo potencial?

—¿Muchas personas son conformistas, verdad?

—La ambición no están en todas las personas.

Cordelia asintió con la cabeza mientras recordaba una entrada al diario de Rhea.

"El conformismo es una trampa de arena de la cual muchos se niegan a salir"

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Cordelia se abrazó a Hermione, tanto tiempo separadas se sintieron años.

—¿Qué tal Francia?—preguntó Cordelia mientras se sentaba a lado de Hermione en el Caldero Chorreante. Ya fue por sus túnicas y su padre junto al señor Moony fueron por lo demás de la lista. — ¿Y tu amigo felino?

Junto a ellas estaba una bandeja de galletas y humeantes tazas de té. Un mini león estaba dormido en el regazo de Hermione. Un gato muy grande de color jengibre y esponjoso.

—Francia estuvo maravilloso— sonrió Hermione mientras hundía sus dedos cubiertos por los guantes en el pelaje del gato — Estuvimos las dos primeras semanas en Paris, mis padres me dejaron explorar el distrito mágico de Paris por mi cuenta. Y luego pasamos en el resto de las vacaciones en la campiñas. ¿Sabias que hay una población de fae? También me tope con estudiantes de Beauxbatons

—¿Y que tal es el Paris Mágico?

—Siento que puede gastar el fideicomiso que mis padres armaron para la universidad y aun si siento que no compraría todo bonito del lugar— dijo divertida al pequeño león — Y este es Crookshanks, la dependiente de la tiendo dijo que ya tenia mucho tiempo en la tienda y bueno, hace tiempo quería un gato.

—¿Y ya enviaste tu baúl a Potter Estate?

Cordelia le extendió la invitación a Hermione para permanecer esta ultima semana antes de ir a Hogwarts.

—Brissa asustó mi papá, que aun no tomaba su café mañanero para funcionar— rio Hermione— Pero, si ya mi baúl esta en tu casa.

—Nos vamos a divertir lo que quede de las vacaciones— le dijo Cordelia— Terminamos nuestras tareas y estamos cerca de la playa.

—¿Y alguna novedad en mi ausencia?

Cordelia quiso contarle del PPP (Pequeño problema peludo) del señor Moony, pero su padrino dijo que era un secreto.

—Tengo mi propio piano— sonrió Cordelia.