09.- LA ECONOMÍA: EL FRUTO DE LA CRISIS

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Otra consecuencia fue que cientos de miles de personas en Lovetopía se encontraron sin trabajo de la noche a la mañana. El nuevo Gobierno resolvió el problema de dos maneras.

Por un lado, el gobierno lovetopiano inició una agresiva política de inversiones públicas que emplease la mano de obra parada. Por supuesto, nada que ver con aquel fiasco de la época de Zapatero que resultó en un despilfarro faraónico de recursos públicos en la renovación de aceras, jardines y cementerios. El nuevo gobierno apostó, en primer término, por la construcción de la red de tranvías en las ciudades y de ferrocarriles entre grandes poblaciones. Como medida complementaria, arrancó la puesta a punto de la infraestructura de aguas residuales y unidades de reciclaje necesarias. El establecimiento de los nuevos sistemas de equilibrio fue un objetivo político y social desde los inicios de Lovetopía. Además, se incentivó el desmantelamiento privado de todas las instalaciones nocivas o inútiles del antiguo régimen, como las gasolineras o las vallas publicitarias.

La segunda gran medida fue la adopción de la semana laboral de 20 horas. Esta medida, por si sola, multiplicó por dos el número de empleos disponibles. La resaca fue que disminuyeron en casi la mitad las rentas individuales. Para minimizar los efectos negativos, se mantuvo durante años un control riguroso sobre los precios. Los artículos afectados fueron principalmente la alimentación y productos de primera necesidad.

Sin embargo, un efecto positivo de esta segunda medida fue que la población se encontró, de repente, con muchísimo tiempo libre. Personas de todas las edades y condiciones se organizaron espontáneamente, con la ayuda de las redes sociales, para asistirse unas a otras. Este ejercicio de generosidad colectiva consiguió mantener en funcionamiento todos los servicios sociales que se consideraron críticos para el bienestar de los individuos.

No hay duda de que el período de transición que siguió fue de una gran turbulencia. Aun hoy, muchas personas lo recuerdan con emoción, aunque aseguran que nadie careció de alimentos, ropa, casa o tratamiento médico. Eso sí, la población soportó una serie de incomodidades graves. Mucha gente se vio privada de aquellos elementos de confort conseguidos a base de sacrificios y esfuerzo. La gran mayoría tuvo que renunciar a los coches, a los tan sofisticados platos preparados, a los vestidos, a los accesorios de última moda y a las intervenciones de cirugía estética. Algunas empresas de servicios, tan útiles a la hora de arreglar las pequeñas averías domésticas, tuvieron que cerrar.

Este cambio de vida se hizo especialmente difícil para las personas mayores. Sin embargo, un hombre anciano le quitó importancia a esta época de cambios después de haber crecido de niño en la Valencia de la post-guerra, refiriéndose a la Guerra Civil española.

"En aquella época, nos alimentamos de ratas y hortalizas podridas y pasamos mucho frío", comentó sonriente. "Si comparamos aquello con la experiencia lovetopiana, créame si afirmo que todo ha sido relativamente fácil y cómodo".

Para los jóvenes, estas perturbaciones representan esa especie de aventura que acompaña a los años de guerra. Es posible, si adoptamos el punto de vista lovetopiano, que la perspectiva de un posible ataque por parte de España o sus aliados de la OTAN hiciese menos penosos los sacrificios sufridos.

Según algunos, el hecho de que el gobierno adoptara como objetivo la supervivencia y la regeneración nacional, bajo un plan fundamentalmente humanitario, tuvo mucho de reconfortante y sirvió para intensificar la solidaridad entre las personas. Raros fueron los casos de individuos que, presa del pánico, se dedicaron a acumular reservas alimenticias. La generosidad en todo lo concerniente a los alimentos, tan característica de los lovetopianos de hoy, proviene de aquella época.

Hay que añadir a todo lo anterior que los territorios donde se halla ubicada Lovetopía son muy abundantes en recursos naturales. Esta ventaja natural ayudó a la transición. Lo templado del clima mediterráneo favoreció la vida al aire libre e hizo de las restricciones de petróleo, exigidas por la nueva política económica, una mera molestia. En ningún caso fue una cuestión de vida o muerte, como habría ocurrido de tratarse de los rigurosos inviernos del Norte. La población, a su vez, estaba excepcionalmente versada en materias de agricultura, naturaleza y conservación.

#lovetopía. El nuevo mundo que llevamos en nuestro corazónOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz