Bratvá - KookV ℘

Capítulo sesenta y uno: Amor en tiempo de Guerra.

— Al entrar al palacio las órdenes son claras, todo lo que respire será exterminado, todos a excepción de él.

El príncipe Taehyung, a él lo quiero vivo e intacto.

Podrán identificarlo fácilmente, él... es rubio, su cabello rizado besado por el sol y sus ojos dorados como oro y dulces como miel. Y lo más importante, está embarazado, así que deben tratarlo con tal delicadeza que le sea imposible sufrir algún daño tanto él como al pequeño ser en su vientre.

La Mafia China invadirá el palacio rojo para colocarse en la cima, y despojar del poder a la Mafia Rusa de una vez por todas en siglos.

__________________

"Las hojas marrones pintaban los pastizales, al son de una leve brisa que le mecía las pestañas.

Las campanillas de oro que colgaban en el marco de la puerta tintinearon, y su añejo entrecejo pareció captar fúnebremente el auge de un mal agüero.

La presión en el pecho, ese cosquilleo en la punta de los dedos, y ese inasequible asco que le devolvía las visceras a la garganta le dejaba ácido el paladar.

Algo malo se avecinaba.

No podía equivocarse.

Y en ese preciso segundo, el automático giro del pomo abrirse por su cuenta se lo confirmó.

Un par de pulcras botas negras que anunciaban su desdicha.

El caballero de negro con un cigarrillo entre sus finos labios cual zafiro le miraba triunfante, traía un bastón tallado de las más fina madera en sus manos.

¿Como podía hoy la muerte verse tan elegante?

— Jungkook...

— Semion. — contestó con lúcido sarcasmo el azabache, exhalando plácidamente las casi transparentes nubes de humo gris.

— A-a q-que

— Por favor — interrumpió Jungkook — No me vengas con la mierda de "a que debo el honor de tu presencia en mi morada" porque lo sabes, y perfectamente.

— J-Jungkook

— "Lo siento, perdóname por favor, no es lo que tú crees, no quise hacerlo" ¿de verdad no vas a preparar un mejor argumento que eso?

Sabes que vine a matarte ¿no es así? Entonces, al menos esfuérzate un poco más. Que el final de tus días merezca la pena.

— Jungkook, por Dios ¡SOY TÚ ABUELO!

— Si, ¡Y TAEHYUNG MI ESPOSO! Y padre de mi hijo, así que no me vengas con estúpideces, porque conoces perfectamente cuál es tu lugar en esta jerarquía.

Vendiste información de mi esposo, TU ZAR, a la mafia China, y lo sabes perfectamente.

— Me preguntaron por mi biznieto, y solo le comenté cuántos meses de embarazo tenía... jamás haría algo que pusiera en riesgo la vida de Taehyung, y lo sabes, sabes que lo adoré desde el primer momento que lo vi...

— Semion...

— Nunca quise hacerles daño Jungkook

— Semion

— ¡¡No!! ¡Déjame hablar! ¡¡Déjame explicar cómo fueron las cosas por una maldita vez en la vida joder!! — gritó exaltado el hombre mayor, observando como el contrario suspiraba sin expresión, sentándose imperial sobre una de las sillas de madera, cruzando con elegancia sus piernas y prestándole total atención.