Capítulo cincuenta y dos : Bienvenido.

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— A-ah, hyung e-spera, duele...

— ¿Duele? ¿Duele mucho mi amor? — preguntó Jungkook preocupado, mientras sentaba a su bebé dentro de la tina con todo el cuidado del mundo.

— Mh... duele mucho — contestó con ojitos llorosos el menor, y es que aunque quería evitarlo, su bonito trasero dolía horrores, ¡maldito Jungkook y su pene perfora órganos! Pensaba furioso mientras apretaba las toallas tibias que Jungkook había puesto en la tina para que se sentara.

— Lo siento... — se disculpaba cabizbajo el pelinegro, mientras por fin dejaba estable a su pequeño esposo dentro de la tina.

Taehyung apretó fuerte la mandíbula, haciendo rechinar sus dientes unos segundos mientras el dolor cesaba. Jungkook entró a la tina, sentándose detrás de él y recostando la delgada espalda de su chico en su pecho, abrazándolo con delicadeza por la cintura, Jungkook dejó repetidos besitos sobre su melena rubia, y prontamente a ello Taehyung sintió como el alivio llenaba su sistema, había algo en las caricias de Jungkook que lo sanaban de cualquier mal estar.

— Fui... muy brusco ayer cielo, yo... por eso, quiero decir lo siento. Por favor perdóname, debí ser más cuidadoso y-

— Está bien... — interrumpió Taehyung mientras tomaba la enorme mano de su pelinegro, observando lo extremadamente pequeña que se veía su mano al lado de la contraria — T-también soy responsable de ello... — continuó con las mejillas teñidas de rojo.

Y es que de solo recordar todo lo que había dicho y hecho la noche anterior hacía que su rostro se sintiera caliente.

No había sido cuidadoso al montar a Jungkook, y lo sabía, pues a pesar de los llamados constantes del contrario para que lo hiciera de a poco, él simplemente lo ignoró y terminó sentándose tan profundo como podía sobre la intimidad de su esposo.

Y como si no bastara, después de sentir que sus piernas no daban para más, le pidió a Jungkook que terminara el trabajo, y claro... para cerrar con broche de oro, él mismo Taehyung había sido que pidió hacerlo más fuerte...

Jungkook solo había sido complaciente con su esposo, y había obedecido sus pedidos...

— Hyung — llamó de la nada, sorprendiendo al contrario cuando lo miró con reproche desde abajo.

— ¿Q-qué sucede mi amor? ¿Por qué me miras de esa forma?— preguntó el pelinegro, viendo al bultito de persona que más amaba en el mundo haciéndole una mirada que más que intimidarlo parecía querer asesinarlo.

— Tú, ¿por qué me hiciste caso cuando dije que lo hicieras más fuerte? Debiste desobedecerme — reclamó molesto mientras se intentaba arrodillar sobre la tina para encararlo, pero en su lugar se llevó una punzada en su colita — ¡A-hh! — se quejó haciendo una mueca de dolor.

— Bebé ten cuidado, no te muevas mucho...

Yo lo siento mucho... prometo ser más cuidadoso de ahora en adelante. —

— No quiero. — contestó el más bajito cruzándose de brazos, y Jungkook simplemente ladeó el rostro confundido. — No quiero q-que seas cuidadoso es solo que... desearía que simplemente no doliera tanto al día siguiente — balbuceó bajito el rubio, mientras abultaba su boquita en un puchero, en el cual un sonriente azabache dejó múltiples besitos.

— Ahh... — suspiró Jeon — Parece que me casé con un bebé caprichoso y llorón— bromeó Jungkook picando la mejilla de su niño con su dedo — Primero, me regañas por ser muy brusco, pero luego dices que no quieres que deje de serlo... entonces ¿qué debería hacer su esposo honorable Zar de Jeon? —

Bratvá - KookV ℘Where stories live. Discover now