Capítulo dieciocho : Familia.

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La frescura matinal, de los apacibles vientos, me llenaban de regocijo, las suaves mantas que me cubrían, eran tan cómodas y calientitas, que solo incrementaban que mis ganas levantarme, se volvieran nulas.

Arrugué mi nariz, al sentir un leve cosquilleo, perezosamente abrí poco a poco mis ojos, la primera imagen del día ; una sonrisa aconejada, protagonizada por los bonitos labios de aquel pelinegro, dueño de mi corazón.

— Buenos días mi amado lirio. — susurra apacible, con su voz cargada de cariño, mientras con sus dedos, peina mi cabello y lo sitúa tras mi oreja. Él, deja un cálido beso en mi frente, y otro en mis labios.

Mi bonito azabache, estaba sentado al borde de la cama, con uno de sus brazos apoyados en el colchón, para no recargar su peso en mi, aún adormitado, enrollé mis brazos en su nuca, y acerqué nuestros rostros, correspondiendo aquel afable contacto. Fue un beso corto, pero sentí una corriente de calor, subir desde mi vientre hasta mi pecho, acelerándome el pulso, y haciéndome suspirar enamorado.

Fue, hasta cuando estuve lo suficientemente despierto, que divisé aquellos suaves pétalos, con los que el hombre frente a mi acariciaba mi rostro, y sonreí conmovido, porque en mis diecinueve años de vida, nunca alguien me había despertado de esta manera.

— ¿Qué tal amaneció el amor de mi vida? — pregunta con ojitos brillosos, acurrucando mi mejilla en su palma.

— Buenos días hyungie, amanecí bien Jungkookie, y ¿tú? — pregunté acercando mi mano a su moflete, dando una pequeña caricia.

— Feliz, inmensamente feliz de tenerte conmigo, mi amor. Debes tener hambre, espérame aquí, vuelvo en un segundo. — se levantó rápidamente, para ir por lo que supongo es mi desayuno. No obstante, quería tomar un baño antes, y luego comer con él, por lo que dispuesto a levantarme, despegué mi torso del suave colchón, sentándome sobre la cama.

— Hyung, yo puedo ir por la comida.

— Dulzura, ¿seguro que puedes? para ser honesto no creo que... — alude Jungkook, mientras asoma la mitad de su cuerpo por el margen de la puerta.

— Que ¿qué Jungkookie?

— Que puedas ponerte en pie. — comenta un poco apenado, mientras rasca su nunca nervioso.

— Claro que si p-puedo a-ah j-joder ¡duele! — me quejé adolorido, y es que solo había levantado el torso, para recomponerme sobre la cama y al parecer, eso fue suficiente para que un punzante dolor, se instalara en mi espalda baja y mi bonito trasero.

— ¿Lo ves? A eso me refería bebé, no es necesario que te levantes.

Caminó hasta mi, agachándose al borde de la cama, mientras acaricia mi rostro con delicadeza.

— ¿Duele mucho bebé? Traeré una pomada, y el botiquín junto a unas compresas frías para—

— Está bien hyungie, no es necesario. S-solo quiero ducharme antes. — pedí sonrojado, ante su atenta mirada.

— Está bien cielo, vamos a ducharnos. —

"Ducharnos" había sido un plural, un nosotros, y aunque esté nervioso, no niego que siento algo bonito en el pecho.

Mientras Jungkook se dio la vuelta, para sacar unas batas y toallas del armario, aproveché para tratar de moverme, pues literalmente no sentía, ni el más diminuto ápice de fuerza en mis piernas, así que usando solo la fuerza de mis brazos me giré hasta sentarme en la orilla del colchón, topando mis pies en la suave alfombra.

Cerré mis ojos, y apreté la mandíbula con fuerza, en mi rostro una mueca de dolor me delataba, por lo que con una mano en la mesita de noche, y la otra en el colchón, traté de ponerme en pie, pero mis piernas temblaban exageradamente, por lo que caí al suelo de golpe.

Bratvá - KookV ℘Where stories live. Discover now