Capítulo treinta y dos : En esta y otra vida.

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Un adormitado rubio, se removía con gran pereza entre sus gruesas y suaves mantas de invierno, los luminosos e insoportables rayos del sol, traspasaban sus delgadas cortinas, haciendo que sus ojos aún cerrados, ardieran un poco.

Molesto, talló sus ojitos con su antebrazo, odiaba despertarse temprano sin querer, destapó la parte superior de su cuerpo dispuesto a sentarse, pero de pronto el frío le caló hasta los huesos, de verdad extrañaba el clima tropical que su hyung había creado para él, tenía frío, mucho frío, así que volvió a taparse lo más rápido que pudo, dejando fuera de las mantas únicamente sus ojos, los cuales se dirigieron a su despertador.

6:30 am.

Ugh, tan malditamente temprano.

¿Espera qué? Sus ojos fueron de nuevo al despertador.

¡SEIS Y TREINTA AM!

¡MIERDA! ¡MIERDA! ¡MIERDA!

El resultado de su examen salía en media hora.

Vuelto un desastre de nervios,se sentó de golpe sobre la cama, dispuesto a salir de esta, pero no podía gracias a que su sabana estaba atorada bajó un gran peso, apresurado por lo que tenía que hacer, dió una fuerte patada al enorme bulto junto a él, que cayó de golpazo al suelo, suspiró aliviado al haberse deshecho de ese inservible bulto.

Sin embargo, su cabeza le tiró ráfagas de recuerdos de la noche anterior, así que viendo horrorizado como debajo de esas sábanas salía una sedosa y alborotada melena negra, se cubrió el rostro escandalizado.

— ¡A-auch! — se quejó un adormecido Jungkook,
quien sobaba su espalda baja con su mano.

Ups, Jungkook, lo había olvidado.

Y es que estaba tan estresado y desorbitado que olvidó por completo que dormía con su novio.

— ¡HYUNG! — gritó asustado, corriendo hasta rodear su cama y llegar hasta él.

Tarhyung se agachó hasta quedar a su altura, viendo la mueca de dolor que su pelinegro tenía en el rostro.

— ¡Oh por dios! Kookie, lo lamento... ¿te lastimaste algún otro lado? ¿duele mucho? — interrogó un muy preocupado rubio, mientras llevaba su palma a la carita de su hyung, quien negó con el rostro y puso su enorme mano sobre la suya, cubriendo por completo su manita.

Rostro hinchado por recién despertar, su cabello largo enredado y vuelto un desastre, junto a un par de redondos y brillantes ojos negros, semejantes a los de un adorable bebé, así era la tierna imagen que Jungkook proyectaba esa mañana.

Su mirada estaba perdida en algún punto del fantástico y precioso rostro del rubio frente a él, mientras con sus labios rositas balbuceaba cosas ininteligibles.

A Taehyung le brotaban miles de flores en el corazón solo de verlo así, y es que Jungkook tenía pintados cientos de astros en sus cuencas azabaches, sin embargo, la cara del rubio, mutó de una enamorado a una de preocupación, y es que su novio seguía viéndolo como bobo, sin emitir palabra alguna.

Oh por Dios, ¿será que lo boté muy fuerte?

Se preguntó internamente, pero su duda se borró al escuchar la voz ronquita de su hyung, dirigirse a él.

— B-buenos días, mi hermoso lirio.— dijo un adolorido Jungkook, mientras sonreía bobamente viendo a su precioso novio, y acercándose a él para darle un besito de buenos días. Taehyung sonrió, y dió un besito sobre cada mejilla de su hyung.

Bratvá - KookV ℘Where stories live. Discover now