Capítulo seis : Ésta es mi casa.

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El resto del día, sin el misterioso hombre de cabellos negros, fue extraño... ¿por qué?, pues Misuk junto a los demás del personal, me tuvieron eligiendo cortinas, cubrecamas, colores para interiores, revistas con todo tipo de sofás, alfombras, plantas, etc. Y no solo eso, ver corriendo a tanta gente de un lado para otro me ponía nervioso, lo más raro es que entraban a una sola habitación al finde un pasillo.

Traté todo el día, de no darle tantas vueltas al asunto, pero el hecho de que estoy en una casa completamente desconocida, enorme, rara  y bastante singular a decir verdad, me tiene mal, es decir, ¿quien no se siente incómodo fuera de casa? Por ello, decidí volver a  la habitación, y dedicarme a ordenar todas las ideas de mi cabeza.

En primer lugar,  el hecho de que no estoy en Corea, sino en Rusia.
Esto, definitivamente necesito comprobarlo, ¡es que coño! estamos es abril, uno de los meses que comprende el invierno Ruso, pero no, yo me desperté con pajaritos contando y toda la cosa.

Luego , Yeji está muerta, y su asesino está obsesionado conmigo, ah y como si fuera poco, estoy atrapado en este lugar, que parece la ex mansión de Drácula y lo peor de todo :  no sé cuándo podré volver a casa.

La hora de cenar está previa, y la ansiedad en mi pecho crece a cada minuto. Él va a volver... y no sé porque me inquieta tanto, dos pequeños toques en la puerta, me hacen salir de mi transe.

— Señorito Kim, el Señor Jeon  se encuentra en la pieza, esperando por usted para cenar.

— G-gracias... emm ¡Misuk!.

— ¿Si señorito?.

— ¿En serio debo bajar? ¿No puedo cenar aquí ?.

— ¿Se siente mal?.

— No, pero-

— Entonces, no hay excusas, debe bajar a cenar.

— Pe-pero-

— Lo espero afuera. — y sin más, dando una rápida reverencia, cerró la puerta.

Molesto, corrí hasta la cama, y me tiré de boca, pataleando en un mini berrinche. No tengo elección, debo ir si o si. Con disposición a dirigirme a cenar, pasé frente al espejo inmenso de la habitación y deteniendo mi paso, dedico cortos segundos para analizar mi aspecto, ¡mierda! parezco un espantapájaros, todo me queda enorme. El hoddie, me llega hasta los muslos, y el chándal gris literalmente me traga las piernas, y eso que me hice como cuatro dobleces para no arrastrarlo.

Una corriente eléctrica me llega desde el cuello, sacudiéndome los hombros, de los nervios de verme tan mal. Alejando aquella imagen de mi aspecto, salgo de la habitación, rumbo a mi destino.










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Lo primero que vi al entrar al gran salón, fue la imponente figura, del hombre de mis pesadillas, recostado en un pilar,  justo al lado de una de las ventanas, mientras movía con elegancia una copa, con lo que deduzco es champagne.  Sus orbes negros, enfrascados solo en  mi, no hace más que incrementar mis nervios. Aún así, camino  y conforme me acerco , sonríe, amplia y sinceramente hacia mi.

— Buenas noches Tae, ¿Qué tal pasaste el día pequeño? — se acercó a mi, y depositó delicadamente, un beso en cada una de mis mejillas, no pude evitar que mis mofletes se pintaran de un suave sonrojo, no me juzguen, me atrapó desprevenido ¿ok?

Cuando dimos la vuelta, sentí mis ojos casi salir de sus cuencas, la pieza constaba literalmente, solo en una extensa mesa, tallada de la más fina y brillante madera, en medio de ella, se abrían paso orgullosos, hermosos adornos florales y herméticos cerámica, oro y plata. En medio de la mesa, hallábase una columna de candelabros de mesa, brillantes y pulcros, dorados cual oro, e iluminando con la luz de sus velas, el precioso salón.

Bratvá - KookV ℘Where stories live. Discover now