Capítulo dieciséis : Peter Pan.

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Kim TaeHyung



— ¡Ahg!, menudo frío, ouh... — joder, se me congela la cara, tengo dos cucharas frías en las bolsas oscuras bajo mis hinchados ojos. Y es que desde que encontramos a Jungkook, fue toda una odisea.

Luego que me quedé llorando abrazado a su inerte cuerpo bajo la lluvia, casi me infarto pensando que estaba muerto de una sobredosis o algo por el estilo, pero el hombre moreno que estaba con Misuk, me dijo que era normal tener un desmayo en las condiciones de Jungkook, pues inyectarte metanfetamina, meterte coca y luego mezclarlo con vino, whisky y vodka, no es algo que se haga todos los días, y coño si lo haces pues no es que tengas muchas ganas de vivir que se diga.

Lo trajimos cargado hasta la habitación, bueno, yo no sino el hombre peliplateado y lo compadezco muchísimo, traer un gorila de dos metros como Jungkook aún sea en el elevador, ha de ser jodidisimo.

Cuando llegamos a la habitación, Namjoon si no mal recuerdo su nombre, metió una especie de pastilla rosa bajo la lengua de Jungkook, y dijo que era necesario o de lo contrario, no duraría más de dos horas sin que tenga que ser trasladado al hospital, para que le hagan un lavado de estómago.

Suspiré exhausto y dejé las cucharas en la mesita de noche. Mis ojos admirando la imagen del bonito pelinegro que yace tendido en la cama.

Mi vista, se pasea por aquel rostro níveo, que está aún más pálido de lo normal, bajo sus ojos cerrados, donde antes había una piel tersa y clara, hoy hay dos oscuros círculos casi morados, sus labios rositas hoy están decolorados y deshidratados, y por último, está esa horrible bolsa de suero conectada en su brazo derecho. Me destroza el alma verlo tan mal y es que hace unas horas, estaba despidiéndose de mi, para ir al trabajo.

Es increíble la relatividad del tiempo, como tu mundo puede dar mil vueltas a trescientos sesenta grados en cuestión de horas, minutos, o segundos.

No he podido dejarlo solo, ni un solo segundo, ni despegar mis orbes de su cuerpo tendido en la cama, tampoco he dejado que nadie más le cuide, quiero asegurarme yo mismo, que esté bien, que se sienta cómodo y sobre todo ; ser el primero en verle despertar.

Escucho tres suaves toques, en la puerta, seguido de un ; —Taehyung, ¿se puede? — reconozco ese tono de voz tan grave, es Namjoon.

— Si, pasa. — escuche la puerta ser abierta, y el resonar de sus pasos acercarse cada vez más.

— Deberías comer algo, estar aquí sin dormir, comer y beber, terminará por consumirte y no podrás cuidarlo más...

Sin volver a verlo, fruncí el seño molesto, qué parte de no voy a moverme hasta que despierte no entienden ¡coño! — No iré a comer, me niego rotundamente a dejarlo solo.

— Amm, creo que te estás precipitando...— giro mi rostro, con claro gesto de irritación, ante su insistencia, pero entonces lo veo parado, sosteniendo dos bolsas con una sonrisa burlona en su cara.

— Eres muy impulsivo chiquillo, y terco también, ahora entiendo a qué se refería Jungkook con que eras un caso peculiar. Toma, no sé qué tan imprudente sea hacer esto, pero Jungkook lo compró ayer para ti, dijo que te gustaban mucho, así qué ya que te niegas a qué te preparen algo, al menos come esto. La otra bolsa ábrela por tu cuenta.

— Jungkook... ¿traía e-esto para mi? — pregunté despacio, y bajé la mirada, a la vez que jugaba inquieto con mis deditos, sobre mi regazo.

— Si, así es. Pero luego sucedió todo este alboroto con Yeji y las dejó en el auto, por la prisa de encontrarte y saber que estabas bien. Amm... sin más que decir, te dejo comer tranquilo, así que buen provecho.

Bratvá - KookV ℘Where stories live. Discover now