Capítulo siete : Corre, corre.

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La suave brisa matinal, colándose por las finas cortinas, le acariciaba las mejillas. Sus hebras negras, se ondeaban al compás del viento.

Tomar una ducha en la madrugada, siempre había sido un gusto culposo. Sacrificaba horas de su preciado sueño, para tomar una relajante ducha en un absorto silencio, mientas, observaba el sol nacer entre las faldas de las montañas y los preciosos rayos iluminaban el verde viñedo de su mansión.

Cerró sus ojos, aspirando hondo, el aire puro calando hasta sus pulmones. Sin embargo, tres suaves golpes, hicieron eco en la madera oscura de la puerta. Cerró con fuerza los ojos, tratando de calmar su creciente ira, odiaba con ahínco ser interrumpido en sus duchas. Y ésta, era la primera vez que alguien se atrevía a hacerlo.

— Señor.— las delgadas piernas, de la mucama tras la puerta, claramente flaqueaban, el corazón latiéndole tan fuerte, que lo sentía en la garganta. Sabía claramente que no debía interrumpir a su jefe, y menos en su preciada ducha matutina.

El gruñido del otro lado, era la autorización para su entrada. Y así lo hizo, cuando hubo ingresado a la pieza, dio una reverencia de noventa grados.

— Imagino qué pasó algo, lo suficientemente importante, como para que oses interrumpirme así. De lo contrario... sabes lo que sucederá ¿cierto?

— S-si señor, llegó esto para usted. Es lo que había estado esperando, tiene la estampilla y sello, así que, pensé que lo querría de inmediato. — extendió el sobre aún inclinada sobre su espalda.

Tomó el sobre entre sus manos y asintió hacia su empleada unos segundos.

— Vete.

Luego del sonido seco, de la puerta cerrarse, sus profundos ojos negros, observaban con sumo cuidado, la elegante decoración,  junto a aquel distinguido sello. Sonrió, pensó que nunca llegaría, pero lo hizo.

Sus dedos comenzaron a desunir el papel, dispuesto a leer el ya conocido motivo de aquella correspondencia. Sin embargo, fue interrumpido por el timbre de llamada. Inhaló profundamente, buscando en su interior, un poco, de aquella paciencia que jamás había conocido.

Acercó su teléfono a su oído.

— Buon giorno a te, caro amico.

"buenos días, amado amigo."

— Vaya, ¡pero que sorpresa!, ¿a qué se debe el motivo por cuál soy merecedor de tu llamada? —

— Quería saludarte, veo que ya has recibido mi recado. —

— Jungkook, amigo, tu no eres así, vamos, ve directo al meollo del asunto. Ambos sabemos que no nos gustan los rodeos.—

—Song Joong Ki, mio amico, la tua poca pazienza mi offende —

"Song Joong Ki, amigo mío, tu escasa paciencia me ofende."

—Jungkook devo lodare il tuo accento nella mia lingua madre —

"Jungkook debo alabar tu acento en mi lengua natal"

Luego de aquellas palabras, la risa cargada de puro sarcasmo, no se hizo esperar, y con toda la sorna del mundo, tras la línea telefónica, Jungkook escupió :

— ¿Tu lengua madre?, por favor, no me jodas. Volverte embajador de Italia no te convierte en un originario de esas tierras. Sigues siendo ruso, no seas tan pedazo de mierda, olvidando tus raíces. Y respecto a mi acento, claro que es limpio, asisto a negocios en mis bases de Italia muy seguido, así que he practicado un poco.

— Jungkook...

— Joong Ki , Joong Ki ... si piensas, que no estoy enterado de tus movimientos, estás equivocado. Te diré esto una tan sola vez, en nombre de nuestra fraternidad, ya marchita y no lo repetiré una vez más . No te acerques a TaeHyung, él, es mío, sabes que lo venero, es mi adoración y vida. Y nadie, absolutamente nadie, puede puede acercarse a él, ni tocarlo o mirarlo. Dejaré pasar este fallo, pero no habrá piedad en una segunda ocasión. Soy un hombre de misericordia, pero la gracia es concedida una tan sola vez. ¿Ha quedado claro?—

Bratvá - KookV ℘Where stories live. Discover now