Capítulo veintiuno : Las comillas de su boca, son mi cita favorita.

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— Jungkook, las cosas no pueden ser así, debes ir despacio, con más calma ¿lo entiendes?

— ¡Conocerse más!

— ¡Si eso! Conocerse más. — dijo el señor Jeon, apoyando la idea que Namjoon había aportado con anterioridad.

— ¿Conocernos más? Pero si lo conozco más, de lo que él mismo lo hace.

— ¿Y él a ti? ¿Te conoce? Le has contado tus pasatiempos, o tus comidas favoritas, o que si te pica una pequeña hormiga te da alergia que casi la palmas... ¿y cosas así? — Jungkook entrecerró los ojos, mientras veía pensativo toda la ciudad, a través de la ventana de su oficina.

— Lo ves, hay cosas que deben forjarse, cosas que concretar, esto del noviazgo no es sólo pasarla lindo, es también conocerse, y conocerse con veracidad, defectos y virtudes, todo. — dijo comprensivo el moreno de bonitos hoyuelos.

— Namjoon tiene razón hijo, podrías tener...

— ¡CITAS!  — gritaron exaltados al unísono. El pelinegro dió un brinco en su sitio, derramando un poco de café frío sobre su bonita corbata gris.

— ¿Cita?  ¿Y como se hace eso?

— Amm... debes invitarlo a salir, tu sabes, a comer algo que él desee, platicar, comprarle flores...

— ¿Flores? Ya le planté un jardín completo.

— No importa, entonces amm... ¿comprarle algo lindo? Ir con él a una tienda y esperarlo dos horas, mientras se prueba cincuenta prendas para después comprarse dos, eso hacen los donceles.

—Comprarle ropa... pero si compré la colección de inverno y verano de Gucci, Chanel y Versace solo para él. — los ojos de ambos hombres, parecían platos, ¿a caso había algo que Jungkook no le hubiera dado a Taehyung?

— Pues da igual, aún pueden hacer muchas cosas, ir a un museo, un centro turístico...

— A un parque de diversiones...

— El punto es que no tienen prisa, hay mucho tiempo para disfrutarlo juntos ¿no crees?  — Jungkook asintió convencido.

Quiero casarme con Taehyung.

Frustrados, ambos hombres estrellaron la palma de su mano en su frente, mientras negaban con la cabeza.

— Me rindo, llama a Aliona, que se haga cargo ella, Jungkook es caso perdido.






































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Por otro lado, un bonito castañito se encontraba preparando un delicioso  dulce de manzanas horneadas para su novio, claro, con la ayuda de su linda suegra, quien se había quedado para hacerle compañía unos días, luego de que su padre y mejor amigo tuvieran que regresar a Corea.

Pues, después de volver de donde el abuelo Semion, su hyungie y familia le habían preparado una bonita fiesta de bienvenida, al principio le resultó gracioso, pues se había ausentado un solo día, pero ellos parecían haberlo extrañado mucho. Tal vez estaba exagerando, pero desde que conoció a Jungkook, se sientía más especial, más amado, y sabe perfectamente qué todo eso, se lo debe a un azabache de aconejada sonrisa.

Su Jungkook, se la pasaba consintiéndolo y mimándolo en todo, a menudo luego del trabajo, Jungkook regresaba a casa con sus ojitos rojos y  aspecto cansado, debido a su trabajo, sin embargo, en sus manos siempre había un detalle para él ; un bonito ramo de flores, un postre, o algo que por muy pequeño que fuera, lo hacía feliz, porque eso significaba, que aún allá en su trabajo, su novio había pensado en él.

Bratvá - KookV ℘Where stories live. Discover now