Capítulo veintitrés : Rostro de cielo.

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Capítulo dedicado a : Anonymous_Publishers Espero te guste💕✨

— Entonces, necesitamos desembarcar dos cargamentos más, los Turcos han confirmado que la mercancía estará aquí en dos días. Siria, acaba de rendirnos informe de las tres toneladas de polvo blanco, que enviamos, así que suma un total de seiscientos noventa y dos mil, ciento cuarenta y tres millones de dólares, en ganancia neta, que han sido transferidos a tu cuenta en estos momentos.

...

— ¿Jungkook?

— Lo extraño...

— ¡Hey! ¡Jeon!

— De verdad te extraño mucho, pequeño bebé llorón...

— ¡Jungkook mocoso!, ¿estás prestándome atención? — cuestionó alterado el moreno, pues había estado rindiéndole informes a Jungkook, y este estaba inmerso viendo un recuadro, mientras balbuceaba cosas inaudibles, desde el otro lado de su escritorio.

El azabache, simplemente negó, sin despegar sus orbes negros de aquella fotografía, que había mandado a enmarcar en oro puro, y que solía tener en su escritorio, pero que ahora, se encontraba en sus manos.

Pasó, dos de sus dedos por sobre aquella fotografía, acariciando con dulzura el bonito rostro de su amado rubio, sonrió con nostalgia, contagiándose de aquella cuadrada e infantil sonrisa de su bebé, que a pesar de ser una fotografía, lograba transmitirle tanta paz y felicidad.

— Qué estarás haciendo eh, ¿pequeño gatito bebé? espero hayas bebido tus vitaminas, y terminaras tu merienda...

— Mierda... — masculló incrédulo— Definitivamente que a ti, te perdimos. — dijo el peliplateado, negando con su cabeza.

Al parecer, ahora había captado exitosamente la atención del pelinegro, quien simplemente emitió un sonido nasal, preguntando qué sucedía.

— Si tanto lo extrañas, ¿por qué lo llamas? —

— Porque si escucho su voz, temo salir corriendo de vuelta a casa, para tenerlo en brazos y comérmelo de besos. — sinceró el azabache.

Y es que, desde aquella noche en que había tomado a su novio, se quedó a cuidar de él durante dos días, que por cierto, se ausentó de sus labores, razón por la que se le acumularon pilas de documentos que sellar y firmar, que le había desencadenado un gran cansancio mental, y arduas jornadas laborales.

Aunque, siempre se tomaba el tiempo de volver a casa y comer los tres tiempos con su bebé, no le había quedado lugar de salir y llevarlo a pasear o tener citas desde hace una semana. Cabe recalcar, que Taehyung también había estado en actividades evaluadas, por lo que sus tiempos libres no coincidían, no obstante, eso lo les impedía convivir en casa, charlar y pasar lindos momentos juntos.

Pero... eso no era suficiente, no para Jungkook, quien era verdaderamente ambicioso a la hora de estar con su bebé, pues ansiaba verlo todo el día, escuchar su voz, su risa, ver sus brillantes y redondos ojos de miel.

— Disculpen — reverenció un hombre de mediana edad, quien vestía un overol que parecía haber sido blanco, pero que ahora se encontraba lleno de varios tonos de pintura. Las miradas de ambos hombres de traje, fueron hasta él, invitándole a proseguir.

— Señor Jeon, Señor Namjoon, buenos días, sólo decir, que el retrato está listo su majestad. —

— ¿Lo está? — preguntó enérgico el pelinegro, su mirada y semblante decaído, habían cambiado a uno animado y sus ojos negros, parecían brillar de la emoción.

Bratvá - KookV ℘Where stories live. Discover now