091. Cuando el cielo cae.

165 65 7
                                    

Hoy Namjoon no lo acompaña, Hoseok maneja con precaución y mira a su alrededor, buscando, como todos los días, si su padre ha regresado para pedirle perdón por desaparecer e intentarlo otra vez

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Hoy Namjoon no lo acompaña, Hoseok maneja con precaución y mira a su alrededor, buscando, como todos los días, si su padre ha regresado para pedirle perdón por desaparecer e intentarlo otra vez.

Busca por todos sitios con dificultad debido a la lluvia intensa que desciende como si el cielo estuviese cayéndose. Y encuentra. El portero del condominio discute acaloradamente con una persona, quien gira de inmediato cuando el inútil señala su vehículo, como diciéndole que ya ha llegado para que deje de molestarlo. El corazón de Hoseok explota. Cuando dice que la ansiedad lo espera a la vuelta de la esquina, lo dice de manera literal.

El cabello negro. Las piernas delgadas. La mala postura. Su rostro impasible. Sus ojos felinos. Quien se encuentra en la reja de la entrada al condominio completamente empapado no es Jung Jihun implorando su perdón, es Min Yoongi.

Debe detener su vehículo para que el portón grande se abra y entra con lentitud, sintiendo la mirada de Yoongi sobre él mientras eso sucede. Como cada día, debe registrar su ingreso y apenas se detiene, entiende que es real. Que no se lo ha imaginado sin razón aparente, definitivamente Yoongi está de pie a un lado de su vehículo con una mochila colgando de su hombro, mirándolo con una expresión que no sabe definir para sí mismo, pero que cualquiera notaría a simple vista que lo ve con ternura.

—¿Puedo? —pregunta, asomándose por la ventanilla del copiloto, cuya ha bajado para hablar con el portero en realidad.

Sólo asiente. Notándose algo adormecido de repente al ver como Yoongi se encuentra a su lado. El pecho está a punto de explotarle. Podría vomitar debido a la mezcla de emociones, mientras le desea una buena tarde al portero y se dirige a su habitual estacionamiento.

Durante varias semanas, incluso podría decir meses, soñó y se imaginó entrando al condominio con Yoongi a su lado, como antes de que todo pasara. Antes de la enfermedad. Antes de que se marchase. Lo imaginaba bien vestido, oliendo dulce, con su sonrisa de dientes pequeños y su característico sentido del humor que le hacía estallar en carcajadas para luego besarlo y susurrarle cuanto amaba escucharlo reír. En su cabeza todo era como antes en un abrir y cerrar de ojos, incluso en ocasiones imaginaba que nada había sucedido y que jamás se había ido.

En el estacionamiento que le corresponde el motor de su vehículo se apaga poco a poco, dejándolos a ambos en absoluto silencio, acompañados únicamente por el sonido de la lluvia golpeando con furia el techo del vehículo. Y a Hoseok en un estado de vulnerabilidad aplastante. Yoongi podrá poner un dedo sobre él y explotará, se derrumbará y reconstruirá, sólo para repetir el ciclo hasta convencerse de que realmente está allí, justo a su lado.

—Hoseok —dice Yoongi—. No sé cómo iniciar.

Luego de unos segundos en silencio, Hoseok responde:

—Podrías comenzar diciendo qué haces aquí. —Y su voz suena más dura de lo que pensó.

—Creo que es obvio.

Dulces de humo ✎ yoonseok.Where stories live. Discover now