023. Sólo para valientes.

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El día ha sido agotador

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El día ha sido agotador. Sumado a las cargas emocionales con las que Hoseok pretende vivir solo, como si no tuviese alguien en quien apoyarse hasta por el más mínimo problema, ya casi es engorroso y siente ganas de llorar. Eso es algo que le duele. De sí mismo. Haberse criado solo lo ha obligado a salir adelante solo y sin pedir ayuda a menos que no dé más. Como es en pocas situaciones de su vida. Y sabe que Namjoon está allí siempre. De hecho, no ha contestado a sus mensajes desde hace unas semanas.

Como si no fuese ya lo suficientemente malo el día. Hoseok llega al edificio y nota todo a oscuras. Como ya avanza el otoño, el sol suele descender antes de tiempo, por lo que llega a casa cuando casi es de noche. Es por ello por lo que las luces deberían estar encendidas.

—Un corte general —le comenta el portero—. Ha explotado un generador. La mitad del sector se ha quedado a oscuras.

Tras dar un asentimiento, Hoseok busca su estacionamiento y sube hasta su piso por las escaleras.

—¡Hoseok! —le llaman desde algún sitio. Y él, como buen temeroso, se queda estático y busca su celular para iluminar a quien sea que lo haya llamado.

Pega un grito sin querer encontrándose el rostro de Yoongi, junto a su encendedor justo frente a él.

—Eres tú —suspira.

—Soy yo —conviene Yoongi, sonriendo con diversión.

Ambos retornan casi a tientas hacia su pasillo. Una vez están fuera de sus puertas, vuelven a quedar a oscuras cuando el celular de Hoseok vibra en despedida.

—Ash, no puede ser —alega por lo bajo.

—Uh, que mala suerte, director —se burla Yoongi—. ¿Tienes linternas?

—No. ¿Tú tienes?

—Sólo una —se disculpa—. ¿Te da miedo la oscuridad?

—¿No? —Al menos no puede ver su clara expresión aterrada de mentiroso. Hoseok se sobresalta cuando siente una mano sobre su hombro, luego escucha la risita de Yoongi—. Te detesto.

—¿Quieres venir conmigo hasta que vuelva la luz? —ofrece con suavidad.

—Sí.

—Adelante. —Yoongi ilumina la entrada de su casa, abriendo con Hoseok casi pegado a su brazo. Posterior a ello, entran juntos—. Espera aquí —le dice, extendiendo el celular para que pueda alumbrar su alrededor mientras él busca a tientas el farol que los acompañará por ahora.

Yoongi se tarda un poco, pero reaparece desde la cocina con el objeto iluminando entre sus manos y con una sonrisa triunfal. Momento en que Hoseok apaga la linterna del celular y lo deja sobre un mueble que está justo a su lado.

—Tiene pilas. Estamos salvados —anuncia—. Puedes sentarte. ¿Te ofrezco algo de beber?

Hoseok asiente a medias y continúa en silencio. Es su primera vez dentro del espacio personal de Yoongi y lamentablemente no puede indagar por ningún sitio, porque no se ve nada. También tiene miedo de que le haga alguna mala broma, sólo por hacerle gritar y verse como idiota. Aunque en lo de verse como un idiota él coopera cada día con creces y sin trabajo alguno.

Dulces de humo ✎ yoonseok.Where stories live. Discover now