021. Herido.

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La mañana termina cuando el sol comienza a iluminar contra su ventana directamente

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La mañana termina cuando el sol comienza a iluminar contra su ventana directamente. Hoseok se hace algo de comer y también se ducha. Pretende tener un día tranquilo y silencioso para olvidar el dolor de cabeza que ni un antiinflamatorio ha tenido ganas de quitar. Finalmente ha repuesto el botiquín vacío y piensa en si será buen negocio cobrarle a Yoongi por cada pastilla que se lleve.

Su celular vibra un par de veces, mientras él se encuentra en el balcón observando el mar que le gustaría visitar sino estuviese a punto de explotarle la cabeza desde que se ha levantado. Es como un tipo de señal anticipada para lo que no sabe que le espera, porque quién llama no es Namjoon, es Yeun. Sentirse tan nervioso de repente debería ser ilegal. Ha pasado una semana desde que recibió la mejor noticia de su vida y Hoseok sólo piensa en todo lo que debe comprar para su bebé cuanto antes.

Contesta la llamada con una sonrisa totalmente inconsciente que se desvanece poco a poco al oír la voz desgastada de Yeun. La reconoce a la perfección, ha estado llorando. Se le clava una espina de malas noticias mucho antes de que ella pueda siquiera mencionar una palabra de lo que sucede. Hoseok escucha con preocupación, con la vista enfocada en Yoongi quien lo mira desde su balcón con curiosidad al no recibir una sonrisa como saludo de vuelta.

—Está bien, tranquila —murmura Hoseok al teléfono—. Voy camino a verte, ¿en qué habitación estás? Sí..., sí, Yeun, está bien. Tranquila, por favor... Nos vemos.

No se mueve aún si ha terminado la llamada, algo golpeado por la noticia repentina de Yeun en una clínica con llanto recargado en la voz.

—¿Hoseok?

—Ahora no, Yoongi, tengo que irme.

Toma sus cosas lo más rápido que puede. Sabe que es mala idea manejar así de nervioso y pisando el acelerador cuando la velocidad máxima permitida es otra, pero debe llegar a la clínica cuanto antes. El tráfico este sábado por la mañana es relativamente normal, y eso significa un retraso que no se quiere permitir.

El nombre de la misma clínica donde se realizó un millón de tratamientos de fertilidad junto a su exmujer brilla a un par de metros en tanto busca un estacionamiento. Dentro no sabe exactamente qué hacer, hace un par de preguntas hasta que por fin encuentra a Yeun en una lista que no es precisamente en el área de maternidad que él se esperaba.

—¿Hoseok?

Se detiene en seco y gira la cabeza en dirección a la voz femenina que acaba de llamarle, es la señora Song, su exsuegra, sosteniendo un vaso de café entre sus manos, quien lo mira con una expresión de suma confusión mientras se acerca a él para sentarse a su lado.

—¿Qué haces aquí?

—Yeun me llamó.

—Ash, esa niña —se queja la mujer—. ¿Te lo contó?

—Me ha pedido que venga, ¿ha pasado algo? ¿el bebé está bien?

—No te lo ha contado —afirma ella y tras un asentimiento añade—: Ven, todavía no puedes pasar a verla. —Hoseok se deja guiar hasta la sala de espera, donde la señora Song lo obliga a sentarse y luego posa una de sus manos sobre la suya para darle un par de palmadas—. Lo lamento, Hoseok.

Dulces de humo ✎ yoonseok.Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα