108. En brazos de él.

185 68 1
                                    

Las cortinas de la habitación permanecen abiertas, dejando entrar la escasa luz de la luna creciente junto al brillo que produce la contaminación lumínica de la ciudad

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Las cortinas de la habitación permanecen abiertas, dejando entrar la escasa luz de la luna creciente junto al brillo que produce la contaminación lumínica de la ciudad. El rostro pálido de Yoongi por poco brilla de todos modos. Hoseok lo observa con una pequeña sonrisa, recostado boca abajo, recibiendo caricias en su mejilla y su mirada enternecida desde hace varios minutos. Ambos sumidos en un silencio de aquellos que adoran vivir juntos, intentando expresar todo lo que sienten mediante una simple mirada.

Luego de darse una ducha rápida para quitar los restos de su desastre, deciden pedir algo de comer. La verdad es que dormir ha pasado a segundo plano para ambos esta noche. Sólo envueltos en una bata, ambos se trasladan a la mesa para comer lo único disponible en la madrugada: una hamburguesa, patatas y gaseosa. Sintiéndose como un par de adolescentes, se burlan de su menú, tanto como lo disfrutan.






—¿Qué crees que estarías haciendo ahora mismo si no nos hubiésemos conocido? —pregunta Hoseok.

Se encuentran otra vez sobre la cama. Se han quitado las batas para entrelazar sus piernas desnudas, con la cabeza lo suficientemente cerca de las enormes ventanas para mirar el cielo sin tener que salir al frío.

—Probablemente trabajando en la floristería de mi madre en Yeobo —contesta Yoongi—. Si no, puede que estuviese aún en el trabajo de mierda que tenía en Injoon.

—¿Trabajas de contador también?

—Sí, pero me llevaba fatal con la mitad de mis compañeros y la jefa era una bruja. Pagaban mal, encima. Mi experiencia nunca había sido tan mal recibida.

—En el centro te contrataron por la experiencia.

—Por eso vine. Y a conocerte, pero eso no lo sabía aún. —Hoseok ríe bajito y asiente casi para sí mismo, liberando un suspiro después—. ¿Qué hay de ti? ¿Qué estaría haciendo el lindo director Jung en este momento?

—Pues siendo director, y viviendo en el apartamento, probablemente todo estaría normal hasta allí. Del trabajo a casa y de casa al trabajo, cada día.

—¿Crees que hubieses conocido a alguien?

—No lo sé. No lo creo. Tal vez, no tan pronto. No soy capaz de imaginarme con alguien que no seas tú y tu cara de gato.

—Cara de gato —repite Yoongi con burla—. Por lo menos te gusto.

—Mucho más que eso.

Hoseok alza la mano donde lleva su anillo nuevo, dorado y reluciente aun en la oscuridad. La misma mano de Yoongi no tarda en aparecer a su lado.

—Dije toda mi vida que jamás me casaría con nadie, ni loco —menciona Yoongi—. Y mi madre decía «ya quiero verte cuando conozcas a una persona que te enamore tanto que serás el primero organizando la boda» —Eso hace reír a Hoseok nuevamente—. Y pues ya ves, nunca subestimes las palabras de una madre.

Dulces de humo ✎ yoonseok.Where stories live. Discover now