✎ : ❝ Jung Hoseok es un trabajador social dedicado a los niños que sufrieron la misma suerte que él: el abandono y la desesperanza. Su pasado es un lienzo roto y mal pintado desde donde una mínima pieza deja de encajar para desmoronar todos sus anh...
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La directora Lee concede a Hoseok una semana para vivir el duelo por el fallecimiento de su madre de manera inmediata apenas se lo menciona.
Toda la semana se mantiene en su apartamento la mayor parte del día. Por las mañanas lleva a Yoongi al trabajo y se abstiene de ir por él en las tardes para que Namjoon no cuestione de más la estrecha relación que mantienen, ya que éste permanece a su lado todos los días para cuidarlo y acompañarlo. Sin nada mejor que hacer.
—No es necesario que lo hagas —masculla Hoseok, viendo como Namjoon entra a su apartamento como si nada con una caja de pizza por enésima vez en la semana.
—Pero traje pizza. —Namjoon abulta los labios.
—Pues gracias.
—¿Por qué estás de mal humor ahora?
—Sólo quisiera estar solo hoy, Nam.
—¿Y por qué no me lo dijiste?
Hoseok se lanza a su cama y se cubre hasta la cabeza.
—Te lo he dicho toda la semana, es que no escuchas.
—Perdón por querer cuidar de mi hermano triste.
—Sólo dame este día, ¿sí? —Asoma los ojos humedecidos—. Un día. Es todo.
Namjoon desvía la mirada y lanza un pesado suspiro, luego asiente y se acerca a la puerta de la habitación.
—Te dejaré la pizza en la cocina —anuncia—. Nos vemos después.
—Adiós, Nam.
Algo se relaja en su pecho cuando la puerta de la entrada suena, dando a entender la salida de Namjoon. Ha sido sencillo, considerando que pudo reclamar y negarse de forma rotunda sin problema unas veinte veces antes de ceder.
No es que le moleste la presencia de su mejor amigo, Hoseok agradece su disposición y su buena compañía, comprende que tiene buenas intenciones, pero no ha podido recomponerse del duelo como corresponde. Namjoon no le da paso a sus lágrimas y no lo contiene, sólo lo observa o cambia el tema para que lo olvide y así jamás podrá salir adelante. Necesita esa instancia de sufrimiento casi agobiante antes de levantarse de la cama y continuar. Anhela que la presión en su pecho se detenga y para ello debe llorar hasta deshidratarse.
Es como lo hace. Permanece bajo las sábanas, apoyado en la almohada que huele a Yoongi y la empapa de su dolor hasta que le duele la cabeza. Apenas se levanta a beber un vaso de agua y a atender los llamados de la naturaleza cuando ya no puede más. Los párpados inflamados le pesan. Sin embargo, al final del día, cuando su celular vibra un par de veces (señal de que Yoongi está afuera esperando a entrar a casa), algo en su pecho ha terminado de doler, entonces es capaz de recibir a su novio con una sonrisa real.
—Hola —susurra, apoyado en el hombro de Yoongi, con los brazos rodeando con fuerza en su cintura.
—Hola, cariño. —La cabeza de Hoseok recibe un sonoro beso—. ¿Cómo te sientes?
