029. Haberte conocido.

297 88 9
                                    

—Disculpen —dice alguien detrás de ambos

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

—Disculpen —dice alguien detrás de ambos.

Porque nada puede ser perfecto.

La mandíbula de Hoseok se tensa al instante y su expresión se endurece, al punto en que aprieta los dientes sin darse cuenta de ello, una vez gira su cabeza al mismo tiempo en que Yoongi lo hace para mirar a la mujer que se encuentra allí de pie. Sucia, haraposa, con el cabello algo despeinado y dos manos vacilantes que juguetean la una con la otra para evitar que se noten del todo los temblores que le acomplejan la movilidad correcta de éstas.

¿Es posible? La única manera de saber que esto es real es simplemente por el hecho de que no está borracho.

—No hacemos caridad —sentencia Hoseok y toma el antebrazo de Yoongi para jalarlo en dirección a su vehículo que se encuentra a un par de pasos.

—Disculpa, disculpa, sólo es una cosa —habla la mujer detrás de ellos.

Yoongi se detiene de golpe y le da a Hoseok una mirada extrañada de cejas unidas. Con suavidad se libera del agarre y vuelve a acercarse a la mujer.

—¿Sí?

—De casualidad ¿tendrán un cigarro que me puedan vender? —pregunta, aguzando la vista hacia Hoseok, quien de inmediato desvía la suya y se cruza de brazos en una negación absoluta—. Lamento si los molesto.

Antes de poder abrir su boca, Hoseok es interrumpido por la amable voz de Yoongi otra vez.

—No pasa nada —dice, internando una mano dentro de su bolsillo para sacar la cajetilla casi llena que ha comprado esta mañana—. Ten. —Se la ofrece a la mujer.

—S-Sólo será uno-uno —balbucea ella.

—No, no, tómala. —Sonríe—. Estoy intentando dejarlos. No me importa.

Durante los segundos en que la mujer intenta tomar la cajetilla con sus manos temblorosas, Hoseok se la arrebata a Yoongi y la lanza al suelo en un acto infantil, siendo nuevamente escudriñado por unos felinos ojos que no comprenden nada de lo que está pasando.

—Vamos —dice Hoseok, caminando por su cuenta hacia su vehículo.

—Hoseok —le llaman a su espalda, pero no es precisamente Yoongi—. Hijo.

El corazón se le sube a la garganta al punto de casi ahogarse. Su cuerpo ya tembloroso por el frío genera temblores más intensos, sintiéndose casi desfallecer por el ataque de ansiedad al borde de llegar.

Son años, incontables años en que su relación con aquella mujer perdida se ha desvanecido por completo, cada pizca de amor que alguna vez sintió por su madre ha sido reemplazada por rencor puro, odio, decepción y asco. Las marcas infringidas por ella han quedado en su cabeza y se reviven en pesadillas durante sus noches más difíciles.

Continúa caminando hacia su vehículo, siendo detenido por un tacto que su cerebro reconoce desde hace más de veintisiete años.

—Suélteme, por favor —murmura.

Dulces de humo ✎ yoonseok.Where stories live. Discover now