✎ : ❝ Jung Hoseok es un trabajador social dedicado a los niños que sufrieron la misma suerte que él: el abandono y la desesperanza. Su pasado es un lienzo roto y mal pintado desde donde una mínima pieza deja de encajar para desmoronar todos sus anh...
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—¿Sí?
Hoseok es despertado a las cinco de la mañana, restando dos horas al sueño que tanto trabajo le está costando conciliar el último tiempo.
—Buen día, Jung Hoseok, habla con la directora Lee.
De golpe se acomoda en la cama y silencia el micrófono un segundo para aclarar su garganta. Luego dice:
—Buen día, directora Lee. ¿En qué le puedo servir?
Lee Min-yun es la directora general de los ciento cincuenta hogares de menores estatales instaurados a nivel nacional con el mismo nombre donde él trabaja: Servicios mejor infancia. Nadie recibe una llamada por su parte a menos que sea estrictamente necesario. Hoseok ahora mismo tiene el corazón en la garganta.
—Jung Hoseok, lamento despertarlo a esta hora, pero lo necesito en el departamento de administración hoy, temprano. Tendremos una reunión extraordinaria y lo necesitamos en ella. —Ante su silencio la mujer cuestiona—: ¿Es un inconveniente para usted?
Hoseok toma una bocanada de aire, esperando que no se haya escuchado a través del celular.
—Para nada —contesta con seriedad—. Estaré puntualmente en el edificio, como cada mañana.
—Muy bien. Nos vemos, señor Jung.
De los nervios que carga consigo, Hoseok llega casi corriendo al edificio. Ha dejado hasta su vehículo mal estacionado. En la entrada se detiene para acomodarse el cabello y la ropa justo antes de saludar a Goeun, quién le entrega una pequeña sonrisa. Toma un profundo respiro mientras acomoda su corbata, al mismo tiempo en que mira con curiosidad, no a la chica, sino a la persona que está a su lado con la cabeza agachada, enfocado en unos papeles. Es un hombre. Probablemente más joven que él, o así parece, bien vestido y ordenado.
—Buen día, señor Jung —saluda Goeun ante su silencio curioso.
—Buen día, Goeun —dice él sin mirarla, pues está enfocado en llamar la atención del desconocido.
Entonces, apenas habla, el hombre quita su atención de las hojas y la coloca sobre él con una expresión aburrida. Impasible, más bien. Con un par de mejillas sonrojándose poco a poco y un par de ojos felinos y oscuros. El cabello negro le cubre la frente y genera un contraste absoluto con su pálida piel y sus labios rosa.
—Buen día —le saluda con la misma tranquilidad que transmite su presencia.
—Buen día —repite Hoseok.
—Señor Jung —llama Goeun—, disculpe que lo moleste, pero la directora Lee espera por usted en la sala de reuniones desde hace una hora.
—Oh. —Pestañea varias veces para poder enfocarse en ella de verdad—. Sí, sí, si pregunta..., voy subiendo y había mucho tráfico.
Con un asentimiento Hoseok avanza rápido, pero más digno que durante su camino al edificio. El ascensor marcha a la octava planta y él entra en el piso donde sólo trabajan el director general Kang y su secretaria personal, desviándose de inmediato a la sala de reuniones.
