¡Feliz navidad atrasada! Aquí está el especial navideño y pues, jé, no lloren. ¡Espero que les guste su regalito navideño!
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
▬▬▬▬ ☾ ▬▬▬▬
En sus cabezas todo divaga. Pero siguen perdiéndose en el color de sus ojos. Y en la noche cuando hay oscuridad, aún pueden ver que incluso en la penumbra, pueden intentar brillar.
- Hey, Jules.- Alzó su mirada la castaña para ver a Toji mirando directamente a la pista de baile.
Estando en un salón decorado con varias luces coloridas y decoración navideña, siendo rodeados por muchas más personas que habían decidido asistir a aquel lugar para celebrar vísperas de navidad.
Dejo de comer los postres que había servido en su plato para verlo. Ladea su cabeza siente sus mejillas arder;desearía que él fuese lo único que viese hoy, mañana y siempre.
Los ojos de Toji estaban fijos en la pista de baile en donde varias parejas estaban bailando una danza de salón; su mirada tintineaban y brillaba, en su cuello podía percibir la manzana de adán marcada y aquella iconica y linda cicatriz que poseía en sus labios.
❝A veces, desearía ser más. Ser todo lo que necesitas. ❞
— ¿Q.. Qué sucede?. — Cuestiona tímidamente.
No hay pensamientos malos. No hay nada. Excepto él. Sólo él.
Mira como él se pone de pie después de torcer sus labios en una sonrisa al escuchar una nueva melodia que estaba sonando. Da un par de pasos hasta Jules, escucha las profundas pisadas de sus mocasines negros a la par de la melodia.
Alzó la mirada mientras llevo nerviosamente otro pequeño bocadillo a su boca, es tan dulce, no tanto como la mirada que él me dedico cuando estuvo frente a mí.
❝Toji Fushiguro. Señor Fushiguro. A veces siento que hemos cambiado demasiado. Ahora eres tan deslumbrante cuán sol y yo soy, matices oscuras como la noche.❞
Su mano se dirige hasta Jules, se acerca a su rostro, más precisamente a sus mejillas. Con su pulgar acaricia la comisura de sus labios quitando un poco de glaseado que había quedado.
Toji sonríe ampliamente admirando la vista; una Jules tímida que no sabía hacía donde mirar de lo avergonzada que estaba, con sus mejillas del mismo tono que aquel vestido; rojo carmesí.
