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Abrazaba mis piernas mientras trataba de dormirme, me estaba cubriendo con mi delgada chaqueta que llevaba puesta.
Miré como mis manos ya habían dejado de sangrar, pero aún dolían. Estaba recargada en la puerta de mi departamento mientras escuchaba a mi madre gemir dentro con dos hombres.
Ojalá hubiese alcanzado a sacar mis audífonos.
Miré mi celular para ver que recién eran las 7pm, había terminado la tarea segundos antes de que mi madre entrará enojada a mi habitación arrojando cosas mientras me decía que me largará.
Entre esas cosas me arrojó un vaso de vidrio para luego obligarme a juntar los trozos para evitar que sus amantes se lastimaran. En cambio yo salí herida.
"Papá Ya le deposite dinero a tu mamá. Dile que no me éste molestando en el trabajo."
"Jules Me gustaría verte. Podriamos ir a tomar un café"
"Papá Te he dicho que estoy ocupado. Sal con tu madre."
Apague mi celular mientras sacaba de mi bolso de mi chaqueta un cigarrillo que le alcance a quitar a mi madre de su cajetilla. Lo miré por unos segundos.
Odiaba el cigarro. Me recordaba a mi padre.
Cuando vivió con nosotros por 1 semana, siempre mientras trabajaba en su tablet se fumaba 3 cigarros. Y apesta a toda la casa.
— Vaya, la pequeña ya tendrá nuevos vicios.
Alzó la vista para ver al señor Fushiguro sangrando de la nariz mientras sostenía una bolsa del supermarket, seguro llevaba cervezas.
Al mirarle recordé lo que habíamos hecho días atrás, baje la vista avergonzada.
— No te pongas así, dulzura.— Hablo entre risas mientras quitaba la cerradura de su departamento.— Podemos repetirlo si quieres.— Alce la vista para verle.— O si quieres no, me da igual.
La puerta de su departamento se abre, y yo me limite a seguir mirando el cigarro, deseando tener un encendedor.
— ¿Entrarás o prefieres quedarte allí escuchando a tu vieja?.— Habla entre risas mientras señalaba con la cabeza la puerta de su casa.
