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— ¿Seguro que te encuentras bien, Toji?
Aquel hombre musculoso e imponente estaba encerrado en el baño mientras respiraba de manera agitada. Las palmas de sus manos estaban sobre los azulejos del baño de aquel motel mientras
El agua fría caía de gota en gota en su musculatura mientras él sentía un tic en su ceja mientras tenía su vista baja.
Joder. ¿Es esto una puta broma de mi jodido inconciente?
La puerta del baño se abre dejando a la vista a cierta mujer desnuda que le miraba con confusión al verlo con una de sus manos en su frente mientras reía secamente.
— Apenas íbamos a follar, ¿Qué pas..?
— Nada importante.— Contestó entre risas nerviosas.
La mujer no lo conocía casi; no era un hombre hablador de su vida privada, sólo tenían sexo y ella le daba un par de billetes. Llevaban haciéndolo por 2 años y en todo ese tiempo, ella jamás lo había visto de aquella forma.
Parecía asustado.
— Estás temblando.
— El agua está putamente helada.
La mujer se recarga en el marco de la puerta del baño mientras veía como él cerraba la llave de la regadera para salir de allí. Camina hasta la mujer sin importarle mojar todo el piso.
Su cuerpo estaba totalmente mojado; gotas de agua resbalaban por su musculatura y su cabello estaba desordenado. Le veía con una amplia sonrisa.
Tratando de olvidar lo que había sucedido.
— Entonces, ¿Vas a querer que te folle como una puta?
— Algo te está atormentando, ¿No es así, Toji?
— No soy uno de tus jodido pacientes, psicóloga de mierda.
La mujer se carcajea ante la abrupta respuesta de él. Da unos pasos hacia él para conectar su mirada con la de él.
— Estabas a punto de meterla y te detuviste para salir corriendo a la ducha. El Toji normal me hubiese follado bruscamente sin vacilar.
— Sólo fue un pensamiento de mierda, no importa.— Alardea mientras tomaba de la cintura a la mujer para pegarla a su cuerpo.
