La cena

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Miraba aterrada a través de la ventana. La camioneta se detenía poco a poco y la inmensa necesidad de escapar parecía tomar cada vez más fuerza en mí. Quería bajar de la camioneta, quitarme los tacones y correr tan lejos como me fuese posible.

—Tranquila, Camz, solo es una cena, todo saldrá bien— aseguró Lauren a mi lado, mientras acariciaba mi pierna intentando tranquilizarme.

—¿Como es que estás tan tranquila? O sea, estás apunto de conocer formalmente a mis padres, quiénes por cierto están o estaban en contra de nuestra relación— la miré curiosa.

—Estoy tranquila porque te tengo a mi lado, contigo me siento tranquila y segura. Para mí cualquier lugar se siente como estar en casa si tú estás allí— aseguró dejando un casto y corto beso en mis labios. No sé como, pero ella tenía demasiado control sobre mí, incluso más del que yo misma tenía —Vamos, tus padres deben estar esperándonos— dijo Lauren abriéndome la puerta. Ni siquiera noté cuándo bajó de la camioneta.

Tomé mi bolso y bajé sintiendome un poco más tranquila. Caminé con lentitud hacia la entrada.

—¿Que haces?— pregunté viendo a Lauren devolverse —Te dije que no necesitabas comprarles nada, ni siquiera se lo merecen— la regañé al verla bajar tres bolsas de regalo. Estuve tan sumida en mis pensamientos durante todo el día, que ni siquiera me dí cuenta en que momento había comprado todo eso, menos que venían con nosotras.

—Ten, es para tu hermana— me entregó la bolsita de regalo —Vamos, antes de que te arrepientas— me tomó de la mano y caminamos hasta la entrada.

Los nervios y las ganas de vomitar no tardaron en regresar, y esta vez más fuertes.

Llevé mi mano hasta el timbre, cerré los ojos y tomé aire, los volví a abrir, me tomé unos segundos, necesitaba valor para…

—Oye, yo iba a hacer eso— me quejé al ver a Lauren precionar el timbre

—Lo siento, Camz, pensé que te estabas arrepintiendo— se disculpó queriendo besarme, pero justo abrieron la puerta.

Mi madre me miró solo unos pocos segundos, antes de desvíar su mirada hacia Lauren. La miraba de arriba abajo, con los ojos entrecerrados.

—Buenas noches señora Cabello, soy Lauren Jauregui, es un gusto— estiró su mano en forma de saludo, mi madre no le correspondió hasta segundos después de "examinarla"

—Sinuhé Cabello— sonrió levemente —Pasen— le dí una rápida mirada a Lauren antes de entrar

Mi madre nos llevó a la sala, dónde nos esperaban Sofía y mi padre.

—¡Kaki!— gritó Sofía al verme y corrió a mi brazos en cuanto me arrodillé para estar a su altura

—¿Como estás, princesa?— le pregunté sin dejar de abrazarla. La había extrañado bastante

—Ahora estoy bien, pensé que me habías abandonado para siempre— confesó con tristeza.

—Claro que no, enana, jamás haría eso—

—Buenas noches señor Cabello, quiero agradecerle por esta invitación, realmente me alegra volver a verlo— escuché decir a Lauren.

Me separé de Sofía y miré a mi padre, quién estaba de pie frente a Lauren, mirándola de manera intimidante, pero ella ni se inmutaba. Estaba teniendo un deja'vu

—Camila y yo le trajimos un pequeño detalle, espero sea de su agrado— habló Lauren nuevamente estirandole una de las bolsas de ragalo. Mi padre no dejó de mirarla y aceptó el regalo luego de unos segundos, minutos, no estoy segura —Tambien le trajimos uno a usted, espero le guste— se dirigió esta vez a mi madre, estirandole la otra bolsa de regalo

Cold gazeWhere stories live. Discover now