promesas rotas

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Y como si no me conociera, paso a mi lado ignorando mi presencia y tomando la mano de Christopher. Y lo peor, fue que ni siquiera sentí ganas de querer detenerla, ella estaba bien, estaba feliz, estaba con alguien que quizás si la merecía, no tenía caso meterme en su camino. Lo mejor sería irme, salir de su camino y no ocasionar incomodidades para ella, si es que tan siquiera lograba hacerla sentir algún tipo de sensación con mi presencia, lo más seguro era que fuese una sensación desagradable. 

Sentí una mirada sobre mí, me giré un poco y conecte mi mirada con la de Shawn, fue extraño, pensé que se acercaría a mi y aprovecharía el momento para joderme, pero solo me miraba de manera extraña. Me veía con lastima. 

Lo ignore y caminé fuera de la universidad. Caminé de regreso a mi casa, pero antes, pasé a ver a Eri.

—¡Ojitos!— dijo al verme. Dejó la cubeta con rosas en el suelo y salto a mi en un abrazo —Pensé que no te vería hoy— 

—Te prometí que vendría, y aquí estoy. Algunas personas si cumplimos nuestras promesas— dije al recordar lo que había visto hace unos minutos. Camila no había cumplido su promesa. 

[Flashback] 

La miraba riendo mientras llevaba unas palomitas a su boca. Cada que la miraba me sentía más convencida de que ella había logrado cambiar algo en mi. Por que por primera vez quise cuidar a alguien incluso de mi. 

—Camzzi…— la llamé. Me sentía estúpida por hacerlo, siempre lo hacía para que ella respondiera y así asegurarme de que fuese real el momento que estaba viviendo. 

—Mande— me dijo al girarse y mírame con esa dulzura que me hacía perderme en ella al conectar nuestras miradas 

—Nada— sonreí mirándola 

Pasaron unos pocos minutos y volví a llamarla. 

—Camzzi— me miró sin decir nada —¿en verdad te gusto?— 

—Claro que lo haces Lern, me gustas mucho— me tomó me la barbilla y junto nuestros labios en un casto beso —eso es indudable— 

—¿Y sientes algo por mi?— 

—Lern, siento muchas cosas por ti, muchas cosas que creí haber sentido antes, pero nunca como lo siento ahora contigo— acarició mi pierna con delicadeza

—¿Como sabes que lo que sientes no es solo atracción física?— me miró con una ceja levantada 

—Porque me sigues gustando y haciendo sentir todas esas sensaciones incluso cuando estas con un humor de la mierda— reímos —simplemente lose— levantó los hombros 

—Yo no lose— fui sincera —oh lose pero no se que lose— hizo una cara burlona hablo enserio, yo… No se como se supone que se debería sentir querer a alguien, pero se que no quiero hacerte daño— dije sintiéndome mal por aún no haberle podido decir quién soy 

—No lo harás, Lern— tomó mi mano —yo te ayudaré a que te quede claro que siente por mi— me dió corto y casto beso en los labios

—Camila…— tomé sus manos. Era momento de decirle todo de mi. La miré a los ojos y como nunca antes, la cobardía se apoderó de mi —Prometeme que el día en que sepas todo de mi, no te alejarás sin dejarme darte una explicación— 

—Lo prometo… Nada de lo que hayas hecho hará que me aleje de ti, de eso estoy segura— beso mis manos 

—También prometeme que serás paciente al quererme, y no te irás apesar de mis cambios de humor—

—Te lo prometo— le dí un beso en la frente y me recosté en su hombro 

[Fin del flashback] 

Las promesas se hacían para intentar cumplirlas, pero ella ni siquiera lo intentó.

—¿Que te parece si vamos a desayunar?— pregunté sonriedo

—Hoy no puedo ojitos— dijo sonriente 

—¿Porque?— pregunté poniéndome en cunclillas para estar a su altura

—Papá y yo comeremos juntos, hoy vino conmigo a vender las rosas y fue a comprar de comer— Eri estaba muy emocionada

—Listo, princesa, vamos a casa— escuché una voz masculina hablar a mis espaldas. 

Me levanté y me giré a verlo. Era la primera vez que tenía algún tipo de contacto con el. Al verme, abrió los ojos como platos, dejó la cubeta en el suelo y encima dos cajas de pizza. Por un momento creí que el hombre había visto un fantasma.

Se acercó poco a poco a mi, me mantuve quieta, Eri me tomó de la mano. Esto era extraño. 

—Clara...— susurró al poner sus manos sobre mis hombros. Ese era el nombre de mi madre, a quien por cierto, no veía desde hace años. 

—Te lo dije papá, se parece mucho a mami— dijo Eri con emoción. 

El hombre me abrazó con fuerza y comenzó a llorar, juré poder sentir el dolor con el que eo hombre lloraba. 

Yo odiaba los abrazos, solo dos personas podían hacerlo, Camila y Erika. Aún así, correspondí a el abrazo del hombre. 

Busqué con al mirada a Erika, ella miraba a su padre con preocupación y tristeza. 

—Lo siento yo... Aún duele— dijo al soltarse —tu eres Lauren, ¿cierto?— preguntó dándome la espalda mientras limpiaba sus lágrimas 

—Eh, si, yo soy Lauren, mucho gusto— le extendí mi mano al verlo voltear de nuevo

—Es un gusto por fin conocerte, mi hija habla mucho de ti— dijo estrechando mi mano —siento lo de hace un momento— se disculpó 

—No se preocupe, todo bien— 

—Papi, ¿Lauren puede venir a comer con nosotros?— preguntó Eri 

—Oh no, no quiero incomodar, mejor otro día vamos por un helado, si tu padre te da permiso— dije rápidamente

—Claro que puede hija, solo si ella quiere— dijo mirando a Eri, enseguida me miró a mi —Llevo tiempo queriendo conocerte, Erika habla mucho de ti y quería conocer a la chica que suele pasar mucho tiempo con mi hija, solo que... No estaba en mi mejor momento, así que me agradaría que aceptaras comer con nosotros— dijo con una sonrisa triste de medio lado

Miré a Erika y sonreía esperando mi respuesta

—Esta bien— respondí




























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