me mentiste

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[Camila]

Pasaron tres meses desde mi cita con Lauren, los tres meses en los que estuve más feliz que nunca. Élla era demaciado linda, detallista y tierna. Todos los días me regalaba una rosa y salíamos más seguido.

Todo había ido perfecto con ella, pero ahora no creía que fuese así.

Estabamos afuera de mi casa, dentro de su camioneta, el silencio reinaba. Élla estaba neutral, dijo que debía decirme algo importante, pero no podía distinguir si era algo bueno o malo, no tenía expresión alguna en su rostro y llevabamos veinte minutos dentro de la camioneta.

—Camila… se que esto que te diré debí decirtelo mucho antes, pero me es difícil— suspiró

—Tranquila, Lern, solo dilo— tomé su mano, estaba temblando. Debía ser algo realmente malo lo que debía decirme.

—Camila, yo..— guardó silencio bajando la cabeza.

Un auto negro se estacionó frete al de Lauren, era el de mi padre, me puse nerviosa al verlo bajar molesto. Del auto también salió Shawn.

—Camila, espérame aquí adentro de la camioneta porfavor— solo asentí

Lauren se apresuró a salír de la camioneta. Mi padre la apuntaba con el dedo mientras le gritaba. No sabía que era lo que discutían, pero suponía que era por encontrarla aquí conmigo ya que Lauren no se había parado por aquí hasta hoy y mi padre pensaba que yo ya no tenía contacto con Lauren. Shawn me miraba de manera extraña, segundos después el se acercó a Lauren y le soltó un golpe en la cara. Me apresuré a salir de la camioneta.

—¡Que te pasa, no la vuelvas a tocar!— le grité acercandome a Lauren. Élla no hacía nada, parecía no haberle dolido en golpe pero su labio sangraba.

—Camila, te prohibí acercarte a élla, pero parece que no te importo mi plabra y seguiste viéndote con élla— la señaló mi padre —así que supongo que tuvo el tiempo suficiente para contarte quién es en realidad y que vida lleva—

—¿De que hablas, papá?— pregunté molesta. No entendía por que se esforzaban en decirme siempre lo mismo.

—Oh, ¿no tuviste el valor de decírselo Lauren?— preguntó Shawn con burla

—¿Decirme que?— pregunté

—Camila…— dijo Lauren siendo interrumpida por mi padre

—Que es una asesina, manipuladora y transgresora— dijo mi padre.

—¿Que?— pregunté aún en shock, estaba procesando lo que mi padre acababa de decir.

—¿No sabías que tu noviesita vende droga?— me preguntó Shawn fingiendo asombro —¿ni eso le dijiste Lauren?—  le preguntó negando con decepción fingida

—Élla no… no vende droga— dije negando. Estaba abrazada de el brazo de Lauren. La miré, élla solo apretaba la mandíbula, pero no decía nada —Lauren, tu no… no haces eso, ¿verdad?— pregunté con temor mientras soltaba su brazo para mirarla bien.

—Camila, yo…—

—Díselo, dile sobre las peleas ilegales que realizas en el gimnasio, o ya sé, mejor por que no le dices de los trabajitos que haces— le dijo mi padre

—¿Qué…? ¿Qué trabajitos?— pregunté nerviosa de que fuera verdad lo que mi padre y Shawn decían.

—Oh, mira, te lo diré yo, ya que tu novia parece ida— dijo Shawn acercándose a mi

—No somos novias— me alejé más de Lauren. Seguía sin decir nada y su silencio me aterraba.

—Como sea, te lo diré—

—Shawn… no d..— porfin iba a hablar Lauren, pero mi padre la interrumpió

—Tuviste oportunidad para decirselo, pero no lo hiciste, ¿acaso quieres seguirle mintiendo a mi hija?— preguntó molesto acercándose a élla. Volvió a quedarse callada.

—Bueno Mila, pues resulta que Lauren tiene un tipo servicio, un servicio en dónde alguien paga cierta cantidad de dinero por desaparecer a alguien y élla junto a sus tres amigos se encargan de desaparecer a la persona que el cliente le pida. Pero Lauren es la que suele acercarse a sus víctimas para manipularlos y llevarlos a lugares dónde élla y sus amigos puedan hacer su trabajo— dijo Shawn. Lauren suspiró con pesadez.

—¿Que amigos? ¿Y como que desaparecer?— pregunté intentado procesar lo que decía

—Zayn, Ty y Halsey, si, creo que así se llama la chica peliazul— Shawn sonrió antes de volver a hablar —Y sobre lo de desaparecer, me refería acabar con la vida de esa persona. Claro, antes le hacen algunas cosas malas, ¿no es así Lauren?—

—¿Lauren… tu no… no haces esas cosas, verdad?— pregunté con dificultad 

—Si no nos cres, hija, te enseñaré un pequeño video— mi papá sacó su celular y me lo mostró. Era élla, élla era la del video, era Lauren la que sostenía un arma, la que le disparaba a un hombre arrodillado.

—Lauren…— dije con la voz quebrada. No podía creer que élla fuese tal mala, no quería creerlo, pero era élla la del video.

—Camila yo…— intentó acercarse. Me alejé de élla con temor.

—¿No pensabas decirme que clase de persona era verdad?—

—Camila, yo quería— la interrumpí

—¿Hasta cuando pensabas seguir ocultandome todo lo que haces?—

—No quería que te alejaras— intentó tomar mis manos. Me solté de su agarre con brusquedad

—No me vuelvas a tocar, seguro pensabas utilizarme para alguna de tus mierdas—

—Camila, ¿recuerdas que había veces en las que Lauren llegaba golpeada a la universidad? ¿Recuerdas que te advertí?— me preguntó Shawn —pues llegaba golpeada por esas peleas ilegales que organiza y en las a veces participa— frunci el ceño. Lauren me había mentido.

—Tu me decías que entrenabas un deporte de contacto. ¿No era cierto verdad?— le dije con decepción, élla negó —seguro también mentiste sobre lo de tu familia—

—No— dijo casi inaudible. ¿Como podía creerle? Ya no podía

—Ahora que mi hija sabe todo sobre ti, quiero que te larges de aquí y no te vuelvas a acercar a élla—

—Si élla quiere ese, que élla me lo pida— le dijo Lauren a mi padre —Camila, déjame explicarte las cosas— me pidió

—¿Explicarme que? No hay nada que explicar, todo esta muy claro. Yo te pregunté sobre el gimnasio al que siempre tenías que ir con urgencia y me dijiste que le ayudabas al dueño a cuidar de el y no solo me mentiste sobre eso, me mentíste sobre muchas cosas más. Seguro me mentíste cuando dijiste que comenzabas a sentir cosas por mi, y yo tan estúpida te creí— limpié algunas lágrimas. Yo si me estaba enamorando de élla —no quiero que te vuelvas a acercar a mi, no quiero que me vuelvas a tocar, ni que me vuelvas a hablar— me giré para entrar a casa

—Camila— me detuvo del brazo. Le solté una cachetada y me soltó

—Me das asco— mentí mirandola con repudió. Entré a mi casa y subí a mi habitación.

Me había dolido demaciado decirle esas palabras, yo jamás podría sentir asco por élla, yo la quería, me había enamorado de élla. Pero me mintió demaciadas veces y era muy seguro que también lo hiciera cuando decía que sentía cosas por mi, y que comenzaba a quererme. Pero alguien como élla ni siquiera podría sentir nada. Ahora entendía por que ni siquiera había llorado al contarme sobre su familia, élla no sabía siquiera como hacerlo.




























Dos capítulos en un dia, caboom, como les quedó el ojo😏

Al chile si me mame al subir dos capítulos en un día, así que no sean malos y voten mis queridos bananos.

Cold gazeWhere stories live. Discover now