sin pertenecerme

607 97 31
                                    

Camila quitó su mano de mi boca y se giró, abrió el pestillo del cubículo sin dejar que la puerta se abriera. No sabía que estaba pensando hacer, la miré confusa. Ella se acercó a mi y me pidió seguirle la corriente, aún sin entender su plan, asentí. 

Pensé que saldría del cubículo, pero no fué así. En cambio, junto sus labios a los míos y comenzó a besarme con necesidad. No puedo siquiera intentar engañarme, ya que no me resistí, ni siquiera lo intenté. 

Había extrañado tanto sus besos, sus labios, sentirla, la había extrañado demasiado. Al besarme, fui despojada de mi orgullo. 

Quise recordar que Camila había besado a mi hermano para sentir deseo de separarme de ella y acabar con el beso, pero solo me impulsó a querer borrar cualquier tipo de marca que pudiese haber dejado Christopher. Entonces la tomé de la cintura y la pegué por completo a mi cuerpo. Ella puso sus manos sobre mi abdomen frotandolas de arriba abajo. 

El vestido que ella traía era bastante corto, y se aderia a la perfección en su cuerpo.

De un momento a otro dejó de importarme la situación en la que nos encontrabamos y todo lo que había sucedido. La pegué de espaldas a la pared y con sutileza bajé mis manos a sus glúteos. Por primera vez la había tocado de esa manera. Nuestros cuerpos estaban sumamente pegados, y el calor se hacía presente en mi cuerpo.

Apreté levemente sus glúteos, ella jadeó con tanta delicadeza y fragilidad que la excitación se hizo completamente presenté en mi cuerpo logrando que mi centro palpitara. 

La puerta del cubículo se abrió y maldije para mis adentros. Olvidaba el por que nos besábamos. 

Mike mostraba completo asombro. Agradecía que mi madre no estaba a su lado y no nos veía.

—Es una falta de respeto hacer eso, no debería estar usted aquí. Y por si no se da cuenta, estamos algo ocupadas suegris, así que si le importa— dijo Camila antes de cerrar la puerta del cubículo. Mike se quedó boquiabierto y yo con el corazón a mil.

A Camila pareció importarle mierda la situación y volvió a besarme, esta vez con más que necesidad.

Escuché salir a Mike y Clara del baño. Me separé un poco de Camila y la miré a los ojos, sus ojos mostraban exitación y deseo. Estaba levemente agitada y me miraba directo a los labios. 

Nunca antes la había tocado más allá de un caricia en su pierna y siempre con su permiso, y no era mi intención hacerlo ahora en un baño. Pero caí en cuenta de que sus ideas eran diferentes a las mías cuando con lentitud acercó sus labios a mi oreja y susurró

—tocame— de manera sensual y exitante. Sentí todo en mi encenderse de nuevo con el sonido de su voz. 

La miré a los ojos y puse mis manos en sus piernas, comencé a trazar un camino invisible con el roce de mis dedos subiendo lentamente hasta llegar a su vestido, el cuál comencé a subir con lentitud. Me detuve en sus caderas y puse mis manos nuevamente en su trasero, esta vez puse mi pierna entre las suyas y la besé nuevamente con incontenible deseo. Apreté levemente su trasero haciendo lentos movimientos de adelande hacia atrás sobre mi pierna logrando tener contacto con su zona íntima mientras continuábamos besándonos. Ella jadeaba audiblemente entre besos, logrando incrementar mi excitación. Estábamos igual o incluso ella aún más excitada, lo sentía en su húmedo centro que frotaba contra mi pierna.

De pronto Camila dejó de besarme negando con su cabeza. Mantenía los ojos cerrados.

—Quiero que me toques— susurró sobre mis labios. 

Sus manos fueron nuevamente a mi abdomen y comenzó tocarlo con delicadeza mientras subía a mis pechos. Nos mirábamos fijamente a los ojos, yo esperaba sentir su roce. Su mirada encendía todo dentro de mi, no podía negar que la lentitud con la que subía a mis pechos comenzaba a quemar sobre mi cuerpo. 

Masajeó mis pechos con delicadeza y deseo, sus labios fueron hasta mi cuello y en un rápido movimiento cambiamos de posiciones. Ella sobre mi y yo de espaldas a la pared. 

Continuó besando mi cuello bajando lentamente por mis hombros. Bajó un poco la parte del vestido que cubría mis pechos y comenzó a besarlos en las partes dónde el sostén se lo permitía. 

Me dí cuenta que estar con ella de la manera en la que nos encontrábamos, después de tener semanas sin siquiera dirigirnos la palabra, no era la forma correcta de aclarar las cosas. Yo estaba enamorado de ella, pero no sabía si ella lo estaba de mí o solo quería terminar con lo que iniciamos en el baño. 

Nunca me acosté con alguien por amor, siempre lo hice intentando borrar las marcas que los hombres dejaron en mi cuerpo, quería encontrar a alguien que se deshiciera de ella, pero nadie lo logró. 

No podía dejar que Camila continuara con esto si ella no sabía que mi cuerpo ni siquiera era mío, ya no lo era desde hace mucho. Sentía de alguna manera aún sentir que les pertenecía a esos hombres, y así era, porque se habían llevado una parte de mí, dejándome vacía. Se había robado mi inocencia con cada maldita embestida en la que les suplicaba detenerse. Daba asco, Camila me lo había echo saber una vez, y esa vez quedó marcada en mi. 

A pesar de que sus besos lograban infinidad de cosas en mi, no me sentía completa, sentía esa parte de mí sucia y vacía. Sentía que le mentía a Camila... y Camila no debía estar con alguien tan repugnante como lo era yo. Camila no merecía tan poca cosa, Camila no merecía estar con alguien que aún carga con esas marcas sobre su cuerpo. No merecía un cuerpo sucio, ella merecía alguien quién si pudiese pertenecerle, y esa nunca sería yo. Nunca podría pertenecerle si ni siquiera me podía pertenecer a mi misma. 

Con el asco y vergüenza que sentía hacia mi, separé Camila de mi cuerpo y le pedí que parara. 

—Camila, yo.. yo no puedo, lo siento— intenté salir del cubículo. Ella me lo impidió y me hizo mirarla a los ojos. Comenzaba a odiar mirarla a los ojos, su mirada lograba todo en mi, ella me miraba y mi corazón se arrodillaba ante ella. 

—Lauren, yo no puedo seguir así, no puedo y no quiero. No puedo seguir mintiendome, me gustas y me gustas demaciado, como nunca nadie ante me había gustado. Estoy enamorada de ti, y se que lo arruiné al no permitirte explicarme nada. Y quiero que me perdones por ser tan estúpida, yo no quiero a tu hermano de la manera en que quizás piensas. Papá me obligó a estar con el y a besarlo frente a ti para que te alejaras de mi. Y se sintió realmente mal besar otros labios— acarició mi mejilla y dejó un corto y casto beso en mi labios —se que las cosas no son así de fáciles, pero... Por favor, dame un última oportunidad— 

—No...— contesté con dolor 

—¿No?— sus ojos se llenaron de lágrimas 

—No, no podemos intentarlo de nuevo, al menos no hasta que me dejes decirte todo lo que tengo para decir— 

—Escucharé todo lo que tengas por decirme— acarició suavemente mi mejilla y contorneó con su pulgar mi labio inferior, eso me hizo sentir un deja'vu. Fue lo mismo que yo hice con ella el día que la besé por primera vez. 

Sonreí con tristeza y la besé, quizá sería la última vez que lo haría. Dudo mucho que después de saber todo de mi, quiera volver a besarme o tocarme. Dudo que siquiera quiera verme de nuevo a los ojos, hasta yo sentía asco de mi, cualquiera lo haría.






























Tengan lindo día 👍

Cold gazeWhere stories live. Discover now