Jacob

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Maratón 1/5

El padre de Erika se llamaba Jacob, había sido bastante agradable, y esperaba que eso no cambiara al beber. Me había ofrecido una copa de whisky después de comer. Vi la  carita de Erika formarse muy triste al ver que su padre bebería. 

—Princesa, ¿puedes ir a tu habitación a jugar? Quiero hablar un momento con Lauren— dijo su padre. Ella solo asintió y sin decir nada subió a su habitación, supongo. 

La casa era grande y elegante, muy linda también. Estaba descuida y maltratada. El sillón de piel tenía algunas quemaduras de cigarrillo, y había muchas, realmente muchas botellas de tequila y whisky vacías y acomodadas cerca de las escaleras.  Se encontraba limpia, pero el olor a alcohol y cigarrillo penetraban los sofás y toda la casa en general. No era repugnante el olor, pues olía a aromatizante, pero tampoco era agradable el olor execivo de aromatizante que intentaba disfrazar el olor a alcohol y cigarrillo, pero no lograba disfrazarlo.

El padre de Erika llevaba una chamarra negra, no se la había quitado hasta ahora. Tenía severas cicatrices de cortaduras en algunas partes de los brazos. 

—Quiero agradecerte por lo que has hecho por mi hija— dijo sirviéndome más whisky

—No tiene nada que agradecer, realmente no he hecho nada— fui sincera

—Le has dado dinero, las has llevado a comer, por helados y las has hecho sentir bien de nuevo— suspiró con pesadez —ella me contó que algunas veces incluso te pusiste a vender las rosas con ella, por que le dió pena recibir tu dinero— recordaba esos días, fueron lindos —y te agradezco todo eso, yo… No he sido un buen padre para ella, y ayer la vi regresar con una pizza, el dinero de la rosas y una gran sonrisa por ti— me señaló —ella te quiere mucho, le… Le recuerdas a su madre, eres muy similar a ella  y desde que te conoce ha estado más sonriente, así que déjame agradecerte una vez más, y las veces que sean necesarias, porfavor— sonrió de medio lado. Su sonrisa era triste al igual que su mirada. Ahora sabía por que Erika apesar de ser tan pequeña, siempre lograba ver la tristeza que reflejaban mis ojos, era porque los de su padre también la reflejaban y conocía esa mirada que acompañaba el dolor del alma. 

—Supongo que por eso usted me llamó Clara, hace un rato— 

—Si… Siento eso, es solo que… Aún me duele demaciado y verte fue como si hubiese regresado al día en que la conocí— bebió el contenido de si copa y sirvió más

—No quiero que piense que quiero decirle que hacer, pero no creo que deba darle esa imagen a su hija— lo señalé y dejé mi copa de whisky en la mesa de cristal que había en medio de nosotros 

—Yo…— dejó la copa y la botella de whisky aun lado 

—¿Usted quería hablar conmigo para agradecerme?— asintió —agradezcame consiguiendo un trabajo para que su hija deje de vender las rosas. ¿Ustede es consiente del peligro que corre en la calle al estar sola? Ella debería de estar estudiando, no trabajando, esa es la responsabilidad de usted. Así que agradezcame inscribiendo a Erika a la escuela y consiguiendose un trabajo. Yo aprecio mucho a Erika y no me gustaría saber que creció en el ambiente que usted le da ahora mismo— 

—Tienes razón… No he sido consciente del peligro que corre afuera, ni de la imagen que le estoy dando…— 

Mi celular sonó

—Emm, disculpe, tengo que contestar— asintió y me levanté

[Llamada en curso]— [Louis T]

—¿En dónde estas? Zayn te esta buscando, dice que no estas en la universidad y vine por ustedes antes porque Harry dijo que había algo importante que hablar y le urge que vayamos a dónde nos citó— 

—Estoy… Ahorita te mando mi ubicación para que pases por mi— dije antes de colgar. Le mandé mi ubicación. 

—¿Todo bien?— preguntó Jacob al verme regresar al sofá

-—Si, es solo que ya me tengo que ir. ¿Podría llamar a Erika?— 

—Claro, iré a hablarle— se levantó y subió al segundo piso. 

Miraba la casa mientras esperaba, un pequeño retrato en la pared llamó mi atención, era una mujer pero desde donde estaba yo no sé distinguía, debía ser la mamá de Erika, me dio curiosidad saber como era o el parecido que tenía con ella así que me levanté para acercarme. 

—¿Ya te vas ojitos?— preguntó abrazándome.

—Si Eri, había olvidado que un amigo tenía que hablar conmigo— 

—Ash, ya ves papá, me la robaste mucho tiempo y ya no pude jugar con ella— Jacob y yo reímos por la manera que lo dijo

—No te preocupes, si tu papá me permite venir, vendré a jugar contigo otro día— dije poniéndome de cunclillas para estar a su altura. Eri miró a su padre pidiéndole permiso con la mirada, Jacob asintió.

—Dijo que si, ojitos— dijo con emoción antes de salir corriendo —dejame tu número para llamarte y saber cuando si puedes venir a jugar— me entregó un lápiz y un cuaderno pequeño

—Ten, puedes marcar o mandarme mensaje cuando quieras— le entregué el cuaderno con mi número

—Gracias— me abrazo y correspondí su abrazo

Mi celular sonó de nuevo, era un mensaje de Louis diciendo que ya estaba aquí. 

—Ya me tengo que ir, llegaron por mi— dije al separarnos

—Te acompaño a la puerta— dijo Jacob

—Adios ojitos— se despidió y subió las escaleras de nuevo

Jacob me acompañó hasta la puerta

—Lauren, yo… Haré lo que me dijiste, conseguiré un trabajo y Erika ya no volverá a salir sola a la calle, ni venderá nada— aseguró apenado 

—Eso espero en verdad, y gracias por la comida. Me tengo que ir— 

—Adios, y de nuevo gracias. Y puedes venir a ver a Erika cuando quieras, ya que no la encontrarás otra vez en el semáforo— 

—Gracias, y adiós, nos vemos luego— salí de la gran casa. Estaba el auto de Louis estacionado frente a la casa. Fui hasta el y me subí al auto

—¿Que hacías en esa casa?— preguntó Louis curioso. Arrancó el auto. 

—No seas chismoso— le respondí dándole un ligero golpe en el hombro. Yo estaba sentada de el lado del copiloto, Zayn estaba en los asientos de atrás y Louis manejando. 

—¿Que te dijo el director? ¿Ya no te permitió entrar a clases?— preguntó Zayn. Había olvidado que vi a mi hermano besarse apasionadamente con Camila esta mañana.

Cold gazeWhere stories live. Discover now