amenazas

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Después del beso, Lauren y yo fuimos a comer. En realidad solo yo había comido, Lauren no había tocado ni un poco de su comida.

Fuimos a su casa y vimos unas películas, bueno, ella veía la película y yo la veía a ella.

—¿Que fue lo que más te gustó del documental?— me preguntó con una ligera sonrisa en el rostro

—Todo, estuvo increíble— dije con seguridad

—Camila, ni siquiera estábamos viendo un documental— se burló

—¿Ah no?— frunci el ceño —vaya, yo juraba que si— rió negando con la cabeza

Mi celular comenzó a sonar, era mi papá.

—Camila, llevamos una hora esperándote. Te dije muy claro que te quería en casa antes de la cena con…—

—Número equivocado— colgué antes de que pudiera terminar de regañarme. Eran las nueve de la noche

—¿Te llevo a tu casa?— preguntó burlona

—Si porfavor—

Al salir de su casa nos encontramos con Oliver.

—Hola Camila, que gusto verte de nuevo— me saludó sonriente. Esta vez vestía menos formal.

—Hola, igual es un gusto verlo de nuevo señor—

—Evitemos la típica discusión de las formalidades, solo dime Oliver— asentí

—Voy a llevarme la camioneta—

—Si, ¿a dónde vas a llevar a tu novia? Es que a las 10 tenemos que ir al gimnasio y una de las chicas nos quedó mal, quería saber si podrás llegar a tiempo para cubrirla— dijo Oliver

—Aún no es mi novia y la iré a llevar a su casa, no tardaré, así que si podré cubrirla— Lauren entrelazó su mano con la mía y me llevó a la camioneta

—Adiós Camila— se despidió Oliver

—Adiós— me despedí antes de entrar a la camioneta

Le di mi dirección y me llevó a mi casa, fuimos en completo silencio. Yo iba con una boba sonrisa. Las palabras de Lauren me habían echo hasta olvidar el regaño que me esperaba en casa. Ese –aún no es mi novia– me hacía ilusión. Me hacía creer que existía la posibilidad de tener una relación con Lauren.

No llevabamos mucho tiempo de conocernos, pero yo tenía claro lo mucho que Lauren me gustaba. De echo comprendí que me gustaba incluso antes de saberlo.

Élla había sido la causa por la cuál el "amor" o interes hacia Shawn se habían desvanecido. Mi atención siempre era robada por élla, creí que era simple curiosidad, pero era más que eso. Siempre lo fue.

—¿Es aquí?— preguntó estacionándose frente a al auto de mi padre. Había dos autos más, lo que significaba que los padres de Lauren y su hermano aún no se iban

—Si— se bajó a abrirme la puerta —Gracias, y gracias por traerme—

—Gracias por escucharme— me tomó de las manos con delicadeza —espero no cambies de opinión y quieras alejarte de mi por lo que hice— dijo con tristeza

—Lauren, claro que no, y deja de culparte por eso, porfavor. Tu no tuviste la culpa— le recordé. Me acerqué un poco más a élla

—Eres tan hermosa— dijo acariciando mi mejilla. Me miraba atenta —o sea… toda tu en general— bajó sus manos a mi cintura y me acercó a élla con delicadeza —¿puedo?— preguntó cerca de mis labios

—Cuantas veces quieras— respondí con una sonrisa. Juntamos nuestros labios y nos besamos lenta y tiernamente. Sentía que podía hacerme adicta a sus besos.

Esa sensación que sentía al conectar nuestros labios era simplemente inefable.

Nos separamos y nos miramos a los ojos por unos segundos. Amaba sus ojos.

Se acercó de nuevo a mi y dejó un corto y casto beso en mis labios.

—Camila, siento interrumpirte pero llevamos esperándote más de una hora— dijo mi padre acercándose a nosotras. Abrí mis ojos como platos y tragué nerviosa. Nunca antes le dije a mis padres que me gustaban la mujeres, ya que ni siquiera yo lo sabía hasta ahora.

Lauren se separó de mi, entrelazó nuestras manos y se acercó a mi padre.

—Buenas noches señor Cabello, soy Lauren, mucho gusto— le extendió la mano en forma de saludo. Mi padre le correspondió el saludo —quiero pedirle una disculpa, yo retrase a su hija, élla me pidió ayudarle a estudiar para un exámen y yo la entretuve más de lo debido— se disculpó

—Me agrada que hayas venido a disculparte por haber retrasado a mi hija a la cena familiar— dijo acercándose a ella, parecía querer intimidarla pero Lauren ni se inmutaba —pero que seas una Jáuregui no significa que me agrades, así que no quiero que te vuelvas a acercar a ella, o te aseguro que tu y yo tendremos problemas. Así que alejate de mi hija, dudo mucho que quieras desfigurar ese lindo rostro— le dijo amenazante

—Camila es mayor de edad y puede decir con quién estar o con quién no, que usted sea su padre no le da ningún derecho a querer controlar los sentimientos de élla. Yo tampoco soy una niña, y con todo respeto, no me alejaré de su hija a menos que sea élla quién me lo pida, lo siento pero no acataré las ordenes de usted— dijo Lauren con firmeza. Yo estaba en shock. Mi padre amenazaba a Lauren.

—Mira Jáuregui, te lo repetiré una vez más para que te quede suficientemente claro— mi padre estaba notablemente molesto —No vuelvas a acercarte a Camila, o te…— Lauren lo interrumpió

—Disculpe que lo interrumpa pero me quedó suficientemente claro la primera vez, y puede guardarse sus amenazas, porque no cambiarán mi decisión. Que tenga buena noche, con permiso— dijo cortésmente —Te veo después, Camila— me dio un tierno beso en la frente y se subió a su camioneta

Cold gazeWhere stories live. Discover now