una cita

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[Lauren]

Aprendí a estar sola desde muy pequeña y terminé por enamorarme de mi soledad. Crecí sin el amor de mis padres, sin su atención, sin mí familia y rodeada de odio y violencia. Poco a poco me di cuenta de que ya no necesitaba de eso, y tampoco lo quería.

En las calles me lastimaron y me endurecieron. Me obligaron hacer cosas que lograron hacerme perder el remordimiento y la empatía hacia las personas. No conozco lo que es el amor, nunca antes había sentido eso por alguien ageno a mi familia. El único sentimiento que me acompañaba era el odio y la tristeza. Los conocía a la perfección, como no hacerlo cuándo eran parte de mi. El odio siempre ha estado presente en mi vida, al igual que la tristeza. Nada dolía, solo los recuerdos.

Estaba bien así, no necesitaba sentir nada por nadie, no necesitaba a nadie sintiendo nada por mi. Tenía a Oliver, eso lo era todo para mi. No buscaba nada más, tampoco quería sentir nada más. Pero llegó élla, y eso cambió.

No quería llegar a este punto en el que me encontraba ahora. No quería sentir nada por nadie, ni siquiera por élla. Pero ya lo hacía y no me arrempetía.

Había derribado una barrera con ella, la dejé entrar a mi vida. Élla lograba hacerme  sentir cosas extrañas con su simplemente presencia. Y con sus besos sobre pasaban esas sensaciones. Había besado muchas bocas, pero nunca había besado a nadie como la besé a élla.

Los besos eran insignificantes para mi, algo pasajero, algo de un rato. Pero no los de élla y me jodia haber sentido tantas cosas con un solo beso. El primer beso guardo su sabor, el segundo conservó el recuerdo del momento y la sensación de querer volver a probar sus labios,  y el tercero guardo la duda. La duda que desataba preguntas interminables sobre lo que sentía, ¿Qué sentía exactamente? No lose, pero creo que me aterraba. Es normal temerle a lo desconocido, es normal oponerse a enfrentar lo ageno. Estamos acostumbrados al ciclo que formamos para mantenernos innatos a nuestra zona de confort, nos resistimos a los cambios por el miedo a que lo que esta por venir pueda llegar a lastimarnos. Peto yo nunca había sentido miedo a nada, y no comprendía por que mi cuerpo temblaba con solo verla.

Quería descubrirlo, descubrir que sentía realmente. Quería descubrirlo con ella, pero no sabía si sería capaz de hacerlo por el miedo a lo que élla estaba logrando en mi. Élla me debilitaba de alguna manera, no quería doblegarme ante nadie, pero con élla lo hacía inconteniblemente.

Me miraba frente al espejo mientras me repetía que debía controlar lo que sea que estuviera sintiendo, pero parecía que ni una sola parte de mi cuerpo captaba mis peticiones. Antes de dejarme llevar por eso que sentía, primero debía descubrir que era exactamente y quería llevar las cosas de manera buena, quería hacerlo bien y para eso le había pedido una cita a Camila. Apesar de que llevabamos un rato saliendo, nunca le pedí cita formal. Salíamos al cine, a veces por un helado o a cenar, pero no a una cita.

Faltaban poco para las siete, así que me apresuré a irme a la casa de Camila. Me aseguré de llevar mi bolsa y mi celular antes de salir. Tomé las llaves de la camioneta y me fui en dirección a la casa de Camila.

La llevaría a cenar a un restaurante de comida italiana. Era un muy buen restaurante, y el favorito de Oliver. Solo  esperaba no equivocarme al haber elegido un restaurante italiano, no sé, quizá ni siquiera le guste.

[Corte comercial]

No olviden votar, recuerden que cada que un camren shipper vota  en cada capítulo de cold gaze, una banana sonríe. La decisión es de ustedes. ¿Hacer, o no hacer sonreír una a una banana? No sean egoístas y voten para que todas las bananas del mundo sonrían.

Por una banana felíz🍌

[Fin del corte comercial]

Agradecia no sentirme tan adolorida como esta mañana. Tuve casi todo el día para descansar, ya que terminé llendome de la universidad esta mañana y ya no me dolía tanto el cuerpo.

Llegué a casa de Camila, eran las 6:50pm, estaba nerviosa. Esperé estacionada afuera de su casa. Sentí que había pasado demaciado tiempo y pensé que quizás no habría aceptado, ya que le pedí una cita por medio de una hoja de papel que le mandé con Zayn, junto a las rosas. No se lo que había contestado, supuse que había sido un si, ya que le pedí en la nota que si no quería aceptar, me mandara mensaje avisandome.

A las siete en punto la vi salir de su casa, se veía muy bien. Aunque bueno, ella siempre lucía bien. Llevaba puesto jeans blancos, una blusa blanca que dejaba un poco descubierto su abdomen, un blazer negro y tacones blancos. Su cabello lo llevaba suelto. Ni siquiera había las palabras suficientes para poder describir lo bella que se veia.

Salí de la camioneta para abrirle la puerta y saludarla.

—Hola— me saludó sonriente.

—Hola— la miré embobada. Esa mujer era una obra de arte andante —luces… preciosa— fui sincera.

—Gracias, tu también luces preciosa—

Entramos al auto y ahí estaba de nuevo el miedo, no tenía idea de que hacer o que no. No quería arruinarlo y según Mike, siempre fui buena arruinando las cosas, así que ahora esperaba no hacer nada  que arruinara la cita.

Durante el camino al restaurante hablamos sobre como estuvo su día, yo solo le conté algunas cosas sobre el mío. También me agradeció por las rosas.

Al llegar al restaurante los nervios se hicieron más intensos, no tenía idea de que se hacía en una primera cita. Juro que la idea de buscar en Google *que hacer en la primer cita* me era tentadora.

En verdad estaba nerviosa, afortunadamente élla no lo notaba, había aprendido a mantener el control sobre mí y podía ocultar a la perfección mis emociones. Lo aprendí hace pocos años,  después de haber golpeado a Christopher cuando intenté hablar con el. Pues ya me había topado años atras con el, tenía 17 años y me emocioné al verlo, me reconoció y me ofendió frente a sus amigos, yo lo golpee, después de eso no nos volvimos a encontrar hasta ahora.

Al entrar nos llevaron a nuestra mesa, había reservado una mesa para dos esta mañana. Bueno, lo había hecho Zayn, yo tuve que ir a verme con Louis, por eso mismo no pude hacerle la invitación a Camila personalmente.

Louis me había marcado en la mañana, justo antes de poder acercarme a Camila. Había un pequeño problema respecto a Matthew. Pues existía la posibilidad de que el supiera lo que intentamos hacerle en la fiesta hace unos meses atrás. Pero no estabamos seguros de que era lo que el sabía.

El mesero nos tomó la orden. Yo pedí espagueti de tómate y filete, Camila pidió pizza.

La cena transcurrió en una agradable he interesante plática. Estaba conociendola un poco más y por suerte la cita iba bastante bien, o al menos lo iba a mi parecer, ya que después de minutos los nervios se esfumaron, siempre me sentía realmente cómoda con Camila.

—¿Enserio te gusta cantar?— pregunté

—Si, desde muy pequeña lo hago— dijo sonriente. Pude darme cuenta que su sonrisa era aún más resplandeciente al hablar de algo que le gustara.

—Me encantaría poder escucharte cantar algún día—

—Lo harás— me aseguró guiñando un ojo

Élla era increíble, podía escucharla hablar por horas y nunca me casaría de su bella voz. Creo que había caído, había caído en la manera en la que me trataba. Nadie nunca me había tratado como élla lo hacía.

















Mientras escribía este capítulo me preguntaba, ¿Las camren habrán leído alguna vez una historia camren? Espero que si lo hayan hecho.

Pero bueno, cambiando de tema, ¿ya dieron su lloradita camren del día de hoy?

Cold gazeWhere stories live. Discover now