Ella no lo haría

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No pude encontrarme con Shawn en ninguna de las últimas clases, necesitaba que me contestara mis preguntas, pero debería esperar a la cena que tendría con el, esta noche.

Llegué a casa pensativa, caminé distraída hacia mi habitación.

-¡Camila!- sonó la voz de mi padre a mis espaldas

-¿Por qué?- pregunté al girarme y verlo a los ojos

-¿Qué?- preguntó confundido

-Te conté lo que sucedió con Shawn, te dije que me había engañado, ¿por qué le pediste que ne invitara a cenar esta noche?-

-Hija... quizás solo confundiste las cosas, no creo que Shawn haya sido capaz de algo así, siempre te a querido demaciado como para hacerte algo así ahora- dijo tranquilo

-Pero...-

-Pero nada, hija. Aparte, Shawn quiere disculparse por lo de la piscina-

-¿Piscina? ¿Qué tiene que ver una piscina en todo esto?- el abrió los ojos como platos al escucharme, justo como si hubiera recordado algo -Lo siento papá, pero si intentas convencerme de que salga con el para regresar, estas muy equivocado- intenté sonar tranquila

-Irás con Shawn a esa cena, no se discutirá eso- sentenció alejándose de mi

-Papá, no contestaste mis preguntas, ¿que tiene que ve...-

-Yo también te amo kaki, adiós- dijo antes de salir por la puerta principal

Esto comenzaba a molestarme, ¿Por qué no pueden decir las cosas sin tantos rodeos?

Me miraba frente al espejo analizando cada parte de mi cuerpo. Llevaba una blusa verde, jeans negros, botas negras y el cabello amarrado en dos trenzas. No tenía el mejor cuerpo del mundo, pero a mi parecer era pasable a los estándares sociales que la gente suele poner pero no cumplir.

Mi celular sonó, era un mensaje de Shawn avisando que estaba afuera de mi casa. Eran las nueve en punto, siempre era muy puntual.

Salí de mi casa, el estaba dentro de su auto. Fui hasta el y me adentre en el auto.

-Te ves muy linda hoy- dijo mirando su celular manteniendo el ceño fruncido.

-Ni siquiera volteaste a verme-

-No hace falta, tu eres una chica naturalmente guapa y no hay manera en la que puedas verte mal- seguía mirando su celular, lo miraba con cierta preocupación

-¿Todo bien?- pregunté sin mucho interés. Me mantenía concentrada en Lauren, esa chica de ojos esmeralda rondaba por mi mente a toda hora, llegaba a ser molesto que me interesara mucho en ella, pero no podía hacer nada contra eso.

-Si... todo esta más que bien- dijo forzando una sonrisa. Algo lo preocupaba, no parecía creer sus propias palabras.

-Okey- me giré a la ventana y el arrancó el auto.

El camino fue en total silencio, no era incomodo, no sentía rencor hacia el por engañarme. Al final yo también yo había engañado, de manera distinta, pero seguía siendo engaño.

Habíamos llegado a un restaurante de comida china, era un lugar al que frecuentemente asistíamos, la comida era deliciosa allí.

Fuimos a la mesa de siempre, cerca de un gran ventanal.

-Ahora si, ¿podrías responder a mis preguntas de esta mañana?-

-No, será mejor que primero cenemos- dijo sonriente. El mesero del lugar se acercó a nosotros y tomó nuestra orden. Yo no me encontraba con demaciado apetito, con las preguntas y Lauren rondando por mi mente me era difícil pensar el comer o cualquier otra cosa.

Cold gazeWhere stories live. Discover now