— No quiero follar contigo, si quieres dinero te lo daré.— Lo aleja de ella con una sonrisa mientras se dirigía a la cama en donde estaba arrojada toda su ropa.

Toji quedó boquiabierto ante aquello, veía a aquella mujer vestirse mientras él seguía desnudo.

— Joder, ¿Quién te crees para dejarme así, puta de mierda?.

— Nadie.— Ríe mientras se acomodaba sus tacones.— ¿Sabes algo, Toji? Me tengo mucho amor propio como para no follar con alguien que tiene en mente a alguien más.

Aquel aprieta sus labios ante aquel comentario, observa a la mujer colocar un par de billetes en la mesa. Lleva sus manos a su nuca para chasquear la lengua.

— Si necesitas alguien con quien hablar, puedes ir a mi consultorio.— Deja una tarjeta sobre la mesa justo al lado de los billetes.— Y te recomiendo que pienses eso que está pasando por tu mente, parece que te atormenta bastante.

— ¡Estas diciendo mucha mierda! A mí no me sucede nada, joder.

La mujer camina hasta la salida de aquella habitación para girar su cabeza para ver a aquel hombre vistiendose mientras maldecia.

— Cuando una persona sufre de algo, es la última en aceptarlo.

Sale de aquel motel dejando al hombre sólo. Una vez vestido se sienta en la orilla de la cama mientras colocaba sus codos sobre sus piernas, sus manos estaban sobre su frente.

¿Desde cuando se sentía tan jodido?
Siempre supo que su vida era una mierda, pero, últimamente todo se sentía aún más.

Cuando estaba apunto de follar con aquella mujer, se detuvo; no era nada en particular malo, en realidad todo era algo muy normal. Se estaban besando, tocandose, volviéndose un terrible lío, pero claramente no era un gran lío como lo que pasaba por la mente de él.

Cuando cerró sus ojos por un instante, la miró, se la imagino con sus mejillas rojizas mientras lloraba debajo de él, mientras su espalda se arqueaba y de sus labios salía un tímido gemido; se había puesto tan duro de sólo imaginarlo, de imaginar a Jules debajo de él.

— Joder, ¿Tanto me gusta follarte como para verte en alguien más?.— Ríe mientras tocaba su frente.

Giro su cabeza hasta el mueble que estaba al lado de la cama para ver aquellos billetes y chasqueo la lengua molesto. Tomó en manos cada uno para guardarlos en sus pantalones.

❝— Toji, amor. Pareces asustado, tranquilo, estamos aquí contigo, tú hijo y yo te amaremos siempre. ❞

— Cállate.— Susurro irritado mientras giraba el pomo de la puerta dispuesto a salir.— Cállate, por favor.

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— ¿Qué clase de monstruo eres?.

Un cigarro estaba en la comisura de sus labios mientras apuntaba con su arma en dirección de cierto líder de un pequeño grupo delictivo.

Había ingresado a aquella organización y había asesinado a cada persona allí dentro, era un mar de sangre y cadáveres, pero en su cabeza todo estaba bien, era una buena paga.

↪Daddy Issues↩| Toji Fushiguro |Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt