El corazón de Percy

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En poco tiempo llegó la hora de la comida todos los semidioses se reunieron en el comedor donde consiguieron su comida, la cual tuvieron que sacrificar un poco, y comieron. Lo bueno de ese lugar era que todos podían comer lo que querían por lo que Percy había decidido comer pizza ya que, según él, se lo merecía.

Una vez terminó este se dirigió nuevamente a su despacho donde se encontró a Annabeth, la cual traía unos papeles para que este los viera. En el momento en el que Percy se sentó ella dejó caer las hojas en la mesa haciendo que este las viera. Al parecer eran exámenes que habían hecho los semidioses que medían sus conocimientos en la cultura griega.

- Han mejorado. - Dijo ella con una sonrisa, obviamente se sentía orgullosa de que sus clases diesen sus frutos. - Mientras ellos entiendan como eran los dioses antes no creo que intenten levantarse nuevamente.

- Eso no se puede asegurar. - Dijo Percy mientras miraba los exámenes. - Pero no se puede negar de que estos resultados son muy buenas. Buen trabajo. - Dijo con toda su atención en los exámenes

Con esa frase los colores subieron a la cara de Annabeth.

- Me ha parecido escuchar que ya habías terminado el trabajo. - Dijo y este asintió mientras miraba los papeles. - Me preguntaba si querías ir a preparar la biblioteca para la siguiente clase. - Percy asintió. - Genial, La biblioteca estará libre a la siete, te estaré esperando.

Después de eso la chica se retiró del despacho, pero en unos segundos se dio cuenta de lo malo. A las siete y media había quedado con Annabeth y a las ocho con Clarisse. No quería faltar a ninguna cita para no herir los sentimientos de sus compañeras. La primera era Annabeth y él sabía que una clase no tardaba poco en planificarse, pero sabía que Clarisse se molestaría mucho si llegara tarde.

Percy miró el reloj y vio que eran las tres y cuarto de la tarde, tenía que planear algo para poder acudir a las dos citas. Él nunca había tenido una cita ya sea para entrenar o preparar algo, siempre que le tocaba hacer un trabajo en equipo en la universidad o en el instituto siempre se aislaba del resto de mortales para no atraer a monstruos con su olor y luego lo entregaba a parte para que se organizaran, por lo que ahora tenía un gran problema.

Fue pasando el tiempo y este estuvo pensando y a la única conclusión a la que había llegado es que podía hacer una copia de él mismo para que fuese con una de ellas, pero carecería de mentalidad y actividad física, por lo que no era una verdadera opción.

Mientras este pensaba en lo que debía hacer Luke entró en el despacho para entregar su informe, pero cuando vio a Percy agarrándose la cabeza mientras tenía una mirada desesperada clavada en su escritorio.

- ¿Estas bien chico? - Preguntó este un poco confundido por la apariencia del chico.

- Luke. - Dijo este llamando la atención del hijo de Hermes. - ¿Tú ya has tenido alguna cita?

En ese momento algo hizo click en el cerebro de Luke.

- Oh. - Dijo este con una sonrisa. - Ya te has dado cuenta de que las chicas son guapas eh, bueno, sí he tenido citas antes, ¿Qué necesitas?

- Dos chicas me han dicho de quedar con ellas. - Dijo Percy. - Una de ellas a las siete y media y otra a las ocho.

- ¿Y quienes son las afortunadas?

- Clarisse y Annabeth. - Dijo haciendo que Luke abriera mucho los ojos.

- Eso es malo, una chica muy violenta y la otra muy fría si la enfadas. - Dijo Luke. - No es recomendable decepcionarlas. Hagas lo que hagas enfadaras a una, ¿has pensado en dividirte?

- Sí, no es una buena idea. - Dijo Percy.

Siguieron proponiendo ideas bastante estúpidas como ir con cada una haciendo pausas o intentar hacer las dos a la vez de alguna manera que no cuadraba para la cabeza de Percy. Al final estos dos fueron a alguien con más experiencia a pedir consejo, Quirón fue el elegido.

Este escuchó atentamente lo que Percy le había contado. Tras escucharlo este asintió y le dijo que hablara con las dos y que les explicara lo que había pasado y que se disculpara si tenía que cancelar alguna de las dos.

Percy terminó asintiendo y mandó un mensaje a las dos chicas para que fuesen a su despacho a las siete, cuando mandó el mensaje eran las seis menos veinte por lo que se sentó a pensar lo que les iba a decir para intentar no molestar a una de las dos chicas.

En lo que a él le parecieron horas el tiempo pasó y llegó el momento en el que Clarisse y Annabeth entraron en el despachó un poco confundidas solo para ver a Percy mirándolas seriamente

- Imagino que os preguntaréis porqué os he llamado. - Dijo ganando un asentimiento de las dos. - Pues veréis, el caso es que he aceptado quedar con las dos a unas horas muy parejas una sobre otra, quiero pediros disculpas por no darme cuenta de ello y si hay que posponer la cita de una de vosotras pediré disculpas como es debido.

En ese momento, tanto Annabeth como Clarisse se miraron para luego apartarse para hablar entre ellas. Percy no podía escucharlas hablar ya que estas habían bajado su volumen y hablaban con susurros.

El joven esperó sentado en su escritorio y solo podía observar a las dos chicas. Tras unos minutos en lo que parecía ser una pequeña discusión entre las dos al final terminaron y se acercaron a Percy.

- Hemos hablado. - Dijo Annabeth un poco seria. - Y también hemos discutido un poco, pero hemos llegado a la conclusión de que no pasa nada.

Ahora era el turno de Percy para quedarse confundido.

- Si, tras hablar un rato nos dimos cuenta de que no nos importa siempre y cuando sea con la otra. - Dijo Clarisse. - Y que nos dolería si hubieses caído en las garras de una hija de Afrodita.

- ¿Entonces no estáis enfadas porque no me diese cuenta de que las horas estaban muy pegadas? - Dijo Percy.

- No. - Dijo Annabeth mientras se acercaba con Clarisse.

- Después de todo. - Dijo Clarisse con una sonrisa al quedar al lado de Percy.

- Eres nuestro héroe. - Dijeron al unísono para luego darle un beso en las mejillas causando que este se sonrojara causando así la risa de las dos chicas

Tras ese momento Percy junto con las dos chicas se dirigieron a la biblioteca para poder planificar la clase de los semidioses. A Percy le pareció sorprendente que Clarisse ayudase también a hacerla proponiendo el tema de la batalla de las Termopilas como un trabajo que deberían hacer, cosa que Annabeth decidió usar.

Después de la biblioteca fueron a la arena donde las dos chicas hicieron equipo para intentar derrotar a Percy, pero no pudieron.

El tiempo pasó después de ese día. Actualmente, Percy estaba pasando unos días en casa de su madre y tía, pero no podía dejar de pensar en esa pareja de chicas y cada vez que lo hacía su corazón no dejaba de latir con fuerza.

- ¿Acaso es esto lo que llamar amor? - Dijo él mientras ponía su mano en el pecho. - No, no puede ser, no puedo estar enamorado de dos mujeres a la vez, es imposible.

Percy decidió dejar el tema por el momento, lo que no sabía era que a partir de ese momento daría a Afrodita un acontecimiento mejor que cualquier telenovela.

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Ale, un poco de romance, yo os advierto no se me da bien el romance pero por lo menos lo estoy intentando. Si queréis ayudarme con el tema os lo agradecería.

Nada más por mi parte, espero que os haya entretenido, hasta la próxima.

El rey de los mestizosWhere stories live. Discover now