Capítulo 29

1.8K 124 4
                                    

Alessandra

Según encendí la pantalla del ordenador de mi despacho y entre en el correo vi un mensaje suyo para una reunión a las 10:00.

Y aquí me encuentro, en mi silla hablando con Akila esperando a que este hombre quiera entrar y empezar a hablar. Como siempre según entra todo el mundo se calla y se sienta en su asiento.

Se pone al lado de la pantalla para que todos lo veamos.

—Buenos días a todos. La reunión de hoy es para definir nuestro primer objetivo. Como todos sabéis vamos a ir a por los Russo, después de haber estudiado vuestros informes actuales. He tomado la decisión de momento de centrarnos en un posible negocio.

Vamos a ver que tontería va a decir este ahora sobre mi familia.

—La droga. Quiero a todos estudiando todo sobre ese negocio. En cuanto tengamos una posición concreta actuaremos. Entendido— todos afirmamos— Ya saben que investigar. Pueden retirarse.

Según dice eso, todos nos vamos a nuestros despachos a empezar a trabajar.

Una vez que llego al mío, me siento y miro en la pantalla del ordenador preguntándome una cosa. Que cojones busco yo.

No entiendo de donde llegan estos rumores, entiendo de drogas, pero es un tema que no me gusta tocarlo.

Por lo que decido empezar, buscando la información de otros sobre lo que han encontrado. Y me paso toda la mañana así buscando cosas que no tienen sentido.

Después de estar un buen tiempo, decido coger mi teléfono para descansar, pero antes que pueda ir a por él, suena el teléfono de mi despacho.

—Teniente García— digo nada más cogerlo.

—Mi despacho ya— cuelga.

—Y muy buenos días para ti también Iván— digo al aire.


Cojo mis cosas y me dirijo a su despacho, mentalizándome con cualquier tontería que me pueda encontrar con este hombre. Llamo a la puerta y su secretaría me mira de arriba a abajo con cara de asco.

—Puedes pasar.

Algún día podré pegar a esta tía, quien coño se cree para mirarme de esa forma. Decido ignorarla y entro a su despacho.

—Sal y vuelve a entrar. — me dice sin desviar la mirada del ordenador.

—Llámame por teléfono con respeto, y a lo mejor me lo pienso— le digo mientras me dirijo a la silla en frente suya.

Sus ojos van hacia mí, estudiando mi mirada.

—Que quieres— me mira, pero no responde— De verdad Iván que coño no te quedo claro ayer.

Llaman a la puerta y me giro para ver quien es.

—Doctor puede pasar por favor— le dice indicando la silla que esta justo a mi lado.

No digo nada, solo me dedico a mirarle y a saludar al médico que se sienta.

—General, gracias por atenderme tan rápido.

Que alguien empiece a hablar porque como no me expliquen ya, que pinto aquí vamos a tener un problema.

—Usted debe de ser la teniente García— afirmo con la cabeza— me alegra poder hablar con los dos a la vez.

—Es el pediatra de aquí— aclara Iván.

Se ha debido de dar cuenta de mi cara.

—Así es, hemos estado observando a Azriel y quiero darles mis felicitaciones. Pues el niño esta avanzando rápidamente. ¿Han notado que habla con más facilidad?

InfiltradaWhere stories live. Discover now