Capítulo 11

2.2K 180 4
                                    

Una vez que nos reunimos para evaluar la misión, nos adentramos al club.

Me encuentro en el despacho de Francesco con Iván.

—Si me pudieses decir que es lo que buscamos exactamente, podría ayudar más— no responde— Se han llevado el ordenador para analizarlo, que hacemos aquí.

—Buscando pruebas que le relacionen con nuestra próxima misión— responde sin parar de buscar en los libros de la estantería.

—Y podrías decirme cual es— me mira con el ceño fruncido.

—Seguro que has oído hablar de los Russo—mi piel se pone de gallina, mi cara no expresa emociones y no dejo de mirarle—por lo que tu cara dice, sí que has escuchado sobre ellos. Ya sabes que buscar no pares hasta que te lo ordene.

Empiezo a buscar cosas que obviamente no van a estar aquí. La gente piensa que estamos involucrados en este tipo de negocios sucios, pero no es así, son simples rumores que no se quien coño los empezó.

Y es por esos rumores que Lidia no está aquí.

Estos cabrones piensan que estábamos metidos en negocios sucios, pero no esa así, en ese aspecto nos parecemos a ellos, no toleramos esas mierdas. Ellos no sabían que nosotros íbamos a estar ahí para eliminar la droga, pero paso lo que paso.

Y a me me vale todo una mierda, van a pagar.

Son las 2:30 de la mañana, cuando Iván deja de buscar documentos

—No hay una mierda joder. Vámonos

—General Castello— se para, nunca le he llamado así ¿porqué me han salido esas palabras de mi boca? — me gustaría saber que es lo que va a pasar con el chico.

El sabe perfectamente a quien me estoy refiriendo. Y es un tema que me importa, quiero asegurarme de que ese niño este con una buena familia, no quiero imaginarme por todo lo que ha pasado. Y quiero ayudarle, porque a pesar de que no le conozca , esos ojos me han hipnotizado totalmente.

—Supongo que lo llevarán a un orfanato hasta que alguien le busque hogar. —me responde con una cara de pena.

Ese niño no necesita eso. Quien sabe cuanto tiempo ha estado solo en esa celda. Solo se me pasa una idea por la cabeza.

—No. Deja que se quede conmigo este fin de de semana. — no ha dejado de mirarme— Por favor, ese niño lo necesita, no soy capaz de dejarle solo.

—Vale. Vámonos y mientras te llevo a las instalaciones, llamaré a quien se este haciendo cargo de él.

Salimos del club en silencio, y nos montamos en uno de los coches. Iván coge su teléfono y se pone a llamar a alguien.

—Hola, soy el General Castello , llamaba para saber la ubicación de un niño de la misión que ha surgido esta noche— se hace el silencio en el coche— Entendido, gracias. — cuelga.

Durante el viaje no dice nada, solo se ha puesto a escribir correos desde el móvil. Tras 30 minutos, por fin llegamos a la base, nos bajamos del coche e Iván sale disparado dejándome atrás.

—General Castello— se gira según grito su nombre— me puede decir donde puedo buscar a Azriel. —me mira confuso— es el nombre del niño— le digo aclarándole.

—En algún momento te he dicho que te alejes de mi. Yo creo que no, así que cierra esa boca y sígueme. — gilipollas quería decirle.

Sigo sus pasos, nos adentramos a un edificio nuevo, en la entrada ignora a todas aquellas personas que demandan su atención. Este hombre no destaca por su simpatía.

InfiltradaWhere stories live. Discover now