Capítulo 24

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Alessandra

Durante el día de hoy nos lo hemos pasado revisando todo, antes de entregárselo a Iván. Cuando vimos que todo esta perfecto, Matías fue a entregárselo y el resto decidimos aprovechar y entrenar con nuestro equipo.

Llevo una hora y media entrenando intensamente con mis soldados y al verlos ya en sus límites decido dar por terminado su entrenamiento. Pero no el mío.

Llevo un par de días sin entrenar tan afondo, y necesito más tiempo, por lo que decido ir al vestuario a coger mi móvil y cascos antes de ponerme a correr.

Soy una persona que le gusta correr para despejarme, aunque aquí tenga que hacer el mismo recorrido todo el rato por la pista, me sirve. Es el momento, donde te centras en tu respiración y dejas que la música te lleve, me encanta. Cuando empiezo a notar que mis músculos empiezan a doler, paro y miro la hora.

He corrido durante una hora y media, ya es suficiente.

Me dirijo a los vestuarios y en el camino me encuentro a Akila.

—Ahí estas, llevo un buen rato buscándote.

—¿Qué pasa? — respondo quitándome los auriculares.

—Iván ha llamado para una reunión en media hora. Como no habías contestado me ha pedido que te busque— la miro con cara extraña.

Las pocas veces que ha llamado a reunión, nunca le he contestado, porque ahora manda a buscarme para avisarme de esto.

—Vale, gracias por avisar. Me daré prisa.

Me voy corriendo al vestuario pues tengo que ducharme, vestirme e ir a mi despacho a por todo.

Según entro en mi despacho, tiro la bolsa a una esquina, y voy a entrar a mi correo para saber si necesito llevar algo algún papel.

Como no dice de que se trata, cojo unos papeles para apuntar cosas y salgo de allí.


Entro en la sala de reuniones y según visualizo a Akila y Matías me voy con ellos.

—Donde estabas— me pregunta Matías estudiándome.

—Estaba entrenando, y me he tenido que duchar rápidamente.

—Eso se ve a simple vista— dice una voz grave detrás de mí. Me giro y le veo cruzando sus brazos mirándome. —Empecemos soldados.

Y todo el mundo se sienta y le escucha. La primera parte de la reunión ha sido valorando los planes que hemos hecho durante estos días, discutiendo cual sería el más eficiente. Una vez decidido cual vamos a usar, Iván tomo la decisión de en vez de que lo ejecutásemos nosotros lo hiciesen otro equipo.

—Con perdón mi general— dice Alonzo— pero creo que debemos de ser nosotros quienes realicemos esta operación, pues lo hemos elaborado y tenemos los conocimientos necesarios en caso de que algo salga mal.

—No quiero que pierdan su tiempo en coger a unos yonkis— le responde apoyando sus manos en la mesa— tenemos una misión más importante que vamos a comenzar desde hoy mismo.

Según dice eso, en mi cabeza se viene esa conversación que tuvimos en el despacho del club el viernes por la noche. Donde menciono a mi familia, recordando eso, se me ponen los pelos de punta.

—Empezamos una nueva misión—trago saliva según le escucho decir esto— En esta no quiero ni un solo error o se van a la puta calle.

Esta empezando a hablar con rabia, tiene ganas de esta misión y yo también, porque juro que le voy a joder vivo.

InfiltradaWhere stories live. Discover now