𝗡𝗲𝘅𝘁 𝗱𝗮𝘆
Lᴇx Aᴍᴇʀʏ
Me desperté algo desubicada, pero se me pasó pronto.
Miré a ambos lados y vi que JJ no estaba en la habitación, lo que me hico fruncir el ceño.
Pensé que tal vez estaría desayunando e intenté no darle mucha más importancia.
Me levanté y me vestí rápidamente, para después salir de mi cuarto.
Fui hacia la cocina y me serví un vaso de zumo de manzana y luego fui al salón.
Ladeé la cabeza con confusión al ver que Pope, Kie y John B estaban sentados en el sofá con extrañas muecas de nervios y enfado a la vez.
—¿Tíos?—hablé—Dónde... ¿dónde está JJ?—
Los tres se levantaron y se miraron entre si.
—Alexia, ¿por qué no te sientas?—dijo John B.
—¿Qué pasa? ¿Está bien? ¿Le ha pasado algo?—me preocupé.
—No va por ahí—negó Kiara—Siéntate—
Posé mi vista por cada uno de ellos.
—No entiendo nada—
La morena suspiró.
—¿Sabes? Creo que lo mejor será que hablemos... en tu cuarto—
Pope y John B asintieron, y Kie y yo fuimos a mi habitación.
—Vale, ¿me vas a decir de una vez qué es lo que ocurre?—me crucé de brazos.
—Oye te lo cuento porque a mi me gustaría saberlo—
Intenté respirar con normalidad, pero me estaba agobiando.
Empezaba a imaginarme mil situaciones diferentes, todas igual de malas.
—Kiara, me estás poniendo nerviosa—hablé.
—Vi a JJ con una chica—
Cogí mucho aire y lo solté poco a poco.
No, tenía que ser un error. Él no haría eso.
—Es imposible—negué—¿C-cuándo? ¿Cuándo lo viste?—
—En la fiesta—respondió—Pasé al lado de la cabaña de la playa y le vi... a través de una ventana. Estaba en una habitación con una chica llamada Payton, y, bueno...—
—No...—fue lo único que conseguí pronunciar.
—Lo siento—Kiara me abrazó y yo me aferré a ella con fuerza—Lo siento, Lex—
Me separé de la morena poco después, y bajé la vista hasta que escuché cómo se abría la puerta principal.
No fui hacia allí porque no tenía fuerzas para hacerlo. Esperé a que JJ apareciese en la habitación.
Kiara me miró con tristeza y luego le dirigió una mueca de enfado al rubio, para a continuación salir de mi cuarto, dejándonos solos.
—¿Te acostaste con ella?—pregunté con un hilo de voz.
—Si, pero Alexia déjame explicártelo...—
Le interrumpí.
—No hay nada que explicar—
JJ se acercó a mi e intentó cogerme las manos, pero yo las aparté. Estaba al borde de las lágrimas.
—Lex, estaba muy borracho... nunca lo había estado tanto, no sabía lo que hacía, yo...—
—No me creo nada—negué—¿Por qué lo hiciste?—
—Ya te lo he dicho, estaba muy borracho—
—No, JJ—di un paso atrás—No quiero hablar contigo, no quieto verte—
—Vamos, no... déjame explicarlo—
—Vete—la primera lágrima se resbaló por mi mejilla derecha.
—Alexia, por favor—
—Te he dicho que te vayas—Me di la vuelta, pero el rubio me agarró de la muñeca ya me dio la vuelta—Suéltame—
—¿Por qué no lo hablamos? Con calma—
—¿Con calma?—empecé a levantar la voz—Te lo di todo, JJ, y tú...—negué con la cabeza— ¿sabes? Dá igual, vete—
—Por favor—
—Tío, te ha dicho que te vayas—John B y Pope entraron en la habitación, y el castaño se cruzó de brazos.
—¿Es en serio?—JJ se giró hacia ellos.
Pope le hizo un gesto con la cabeza para que saliera de la habitación, y él lo hizo después de que me dirigiera una mirada suplicante que yo ignoré.
—Déjanos hablar con él—dijo el moreno, y ambos salieron de la habitación.
JJ Mᴀʏʙᴀɴᴋ
Cerré la puerta de la casa con un golpe seco y me paré en el porche. Me llevé las manos a la cabeza y suspiré.
Esto no podía estar pasando.
—Oye, ahora estás cabreado, ¿así que por qué no vas a dar una vuelta?—habló Pope cuando él y John B llegaron a la entrada.
—Tienes que estar de broma—ladeé la cabeza con el ceño fruncido.
—Eso ha sido una putada tremenda—dijo John B—A ninguno de nosotros nos apetece verte por aquí ahora—
—No... no voy a irme—
—No me hagas echarte, tío—
Negué con la cabeza y salí de allí.
Esto era una mierda.
¿Por qué tengo que ser tan gilipollas?
—EL DÍA ANTERIOR—
—¿A qué has venido?—mi padre dio un trago a la cerveza que tenía en la mano.
—Sólo he venido a buscar una cosa—dije sin darle importancia y me dirigí a mi cuarto. Había venido a por mi ropa, ya que Alexia me había convencido para quedarme definitivamente en la casa de John B. Él estaba de acuerdo, claro.
—¿Qué haces?—volvió a preguntar. Acababa de entrar en mi habitación y había visto como estaba preparando una bolsa con mis cosas.
—Me voy a quedar con John B—respondí—Y con Alexia—
—¿Alexia? ¿Y quién es esa? ¿Tu zorra particular?—
Me di la vuelta y le empujé contra una pared, para luego quedar a centímetros el uno del otro.
—No vuelvas a llamarla así—le advertí—Es mi novia—
Me separé de él y seguí con la bolsa.
No tenía pensado perder más tiempo aquí.
—Así que ahora tienes novia—volvió a hablar mi padre—¿Cómo decías que se llamaba?—
—Alexia Amery—dije sin ganas.
—¿Amery? ¿De la familia de kooks?—pareció sorprenderse.
—Pues si—
—Eso no te va a durar ni dos días—rió él—Te va a mandar a la mierda—
Cerré los ojos con desesperación.
—Cállate—
—¿Acaso crees que le interesas a una chica cómo ella?—siguió hablando mientras yo intentaba con todas mis fuerzas no escucharle—Nah, para nada. Estará contigo porque eres guapo y todo ese rollo. Pero ella irá a la universidad y tú no—
—Cállate—repetí.
—¿O qué piensas que va a pasar? ¿Que se casará contigo? ¿Con alguien cómo tú? Alguien cuyo único futuro es cambiar ruedas en un taller o pasar droga a los niños pijos con los que ella va a quedar—
Cogí aire y lo solté poco a poco, tratando de calmarme.
—Te he dicho que te calles—
—Solo quiere tener una aventura con un tío del barrio pobre y luego se irá a Stanford para casarse con un capullo rico al que sus padres den el visto bueno. Se rodeará de otras chicas como ella y les contará que se tiró a un muerto de hambre—
Me giré de golpe y volví a empujarle.
—¡Estoy hasta los cojones de tu mierda!—
—¡Te va a dejar y terminarás como yo!—
—¡YO NO SOY COMO TÚ!—
Le di un puñetazo en la cara y él me golpeó en el pecho.
Volvimos a pelearnos, pero esta vez tuve más cuidado que la última, para que no me diera en la cara y no se me notara.
Terminamos los dos bastante jodidos, pero como esperaba mi rostro estaba bien.
Salí de casa pensando lo que acababa de decirme. Sobre Alexia.
En realidad podría tener razón.
¿Me dejaría cuando entrase en la universidad? ¿Saldría con los tíos de allí? ¿Se casaría con alguno de ellos?
Tal vez era verdad. O tal vez tendría que pasar. Para que ella fuera feliz.
Esa era mi prioridad, ante todo. Alexia tiene que tener un buen futuro, y si para eso tiene que dejarme...
—HOY—
Lᴇx Aᴍᴇʀʏ
—Oye, Alexia, ¿quieres algo?—Kiara volvió a asomarse por la puerta.
—No, creo... es igual—negué con la cabeza y volví a coger el ordenador bajo la mirada confusa de Kie.
—Eh, ¿qué haces?—
—Tengo que mirar un par de cosas—
Me senté en la cama y abrí el documento que me tocaba. El número 296.
—Lex, ¿que es eso?—se acercó a mi con el ceño fruncido.
—Es... es sobre el oro—me limpié una lágrima y examiné el texto que tenía delante.
Kiara suspiró.
—La verdad no me esperaba que reaccionaras así. Tal vez deberías...—
La interrumpí.
—Esto es importante. Muy importante—
—No más que lo que sientes—ladeó la cabeza.
—Son 400 millones de dólares—dije—Es nuestro futuro. Es más importante—
—Alexia, no...—
Volví a cortarla.
—¡No quiero hablar, ¿vale?!—bajé la vista—Lo siento, es que... es que no lo entiendo...—
La lágrimas empezaron a salir de nuevo.
Me tapé los ojos con las manos y Kiara me abrazó con fuerza.
—Por qué...¿por qué lo ha hecho?—musité.
—Tranquila, no pasa nada—
—Le di... todo... estoy haciendo todo esto por él—
—Oye, mírame—puso sus manos en mis hombros—JJ es el chico más complicado que vas a conocer en tu vida—asentí entre lágrimas—Pero no puedes ignorar tus sentimientos. No puedes simplemente esconderte en tu ordenador—
Volvimos a abrazarnos y yo lloré en su hombros, desahogándome.
Kiara se quedó a mi lado toda la tarde, y Sarah llegó poco después.
Ambas pasaron el día conmigo, mientras yo lloraba abrazada a un cojín.
Durante la tarde, la misma pregunta no salió de mi cabeza.
¿Por qué?
No lo había hecho porque si, tenía que haberle pasado algo. Pero, ¿qué?