𝟣𝟤| 𝖫𝖾 𝗏𝖺𝗂𝗌 𝖺 𝗆𝖺𝗍𝖺𝗋

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Lx Aᴍᴇʀʏ

Giré mi vista y vi que alguien acababa de subir a la lancha.

Antes de fijarme en quién era, hice lo que nos había ordenado.
Luego me di cuenta de que era Barry.
Otra vez.

—Ahora vais a bajar de la lancha despacito y delante de mí, ¿entendido?—habló mientras nos apuntaba.

Miré a JJ, quién asintió con la cabeza en silencio, y bajé del barco.

Barry nos llevó hasta su coche, dónde nos ató las manos y nos tapó la boca.
Después empezó a conducir, con la escopeta sobre las piernas.

Yo intercambiaba miradas entre JJ y la ventanilla, para tratar de saber a dónde demonios nos estaba llevando.

—Ahora vamos a ir a un sitio—dijo el pelinegro—Y me vais a contar un par de cosas—

Fruncí el ceño y pensé en qué podría querer este tío ahora.
Bastante nos había jodido ya.

Por más vueltas que le daba, la opción más lógica (si es que algo de los que está pasando la tiene) es que quiera el dinero que JJ le robó.

Pero, ¿qué "par de cosas" quiere saber?
Porque de lo que estoy segura es de que no tiene ni idea de lo del oro.

Llegamos hasta un edificio medio abandonado en medio del bosque, dónde Barry nos hizo bajar del coche.

Entramos en aquel lugar con el camello detrás nuestra, siempre apuntándonos con la escopeta.

—Sentaos ahí—señaló dos sillas que estaban en medio del único cuarto que había en el edificio—¡Ya!—

Hicimos lo que nos mandó y él nos ató cada uno a una silla, aún amordazados.

Después cogió su móvil y llamó a alguien.

—Ya los tengo—dijo al aparato—Si, si, dónde te dije—una pausa—Vale, claro—otra—Pues apúrate, cojones—

Colgó el teléfono y se acercó a mi, para sacarme la mordaza.

—¿Qué vas a hacernos?—pregunté con miedo.

—Eso lo sabrás en unos minutos, monada—sonrió, y luego hizo lo mismo con JJ.

—Eres un desgraciado—dijo el rubio cuando se libró de la mordaza.

—¡JJ cállate!—grité.
Lo último que quería era enfadar a ese colgado.

—Si, tío, haz caso a tu novia—se burló Barry antes de salir del edificio.

—¿Tienes idea de qué puede querer?—le dije JJ.

—Dinero, qué coño va a ser—

—Vale, gracias—rodé los ojos—Me refería a qué quiere hacer con nosotros—

—Yo qué sé, Alexia, este tío es capaz de cualquier cosa, ¿me oyes? Cualquier cosa con tal de conseguir pasta—

Bajé mi vista al suelo y esperamos callados hasta que Barry volvió.
Pero no venía solo.

—Vaya, tíos, cuanto tiempo—
Era Topper.

—Muchísimo—fruncí el ceño, y él sonrió.

—Vale, vamos a hacerlo del modo fácil y pacífico, ¿si?—ambos se pusieron delante nuestra.

—¿Algo de esto te ha parecido pacífico?—preguntó JJ con sarcasmo.

—¿Dónde está el oro?—Topper le ignoró—¿Y dónde están Sarah y John B?—

—No lo sabemos—respondí.

—Yo creo que si—

—Tú crees muchas cosas—habló JJ—Que Sarah estaba enamorada de ti, por ejemplo—

El kook le dio un puñetazo a JJ en la cara.

—¡Topper!—grité—¿¡Qué haces!?—

—Creo que la forma pacífica no va a poder ser—dijo Barry.

—Vamos, gilipollas, ¿dónde está el oro?—inquirió Topper.

—No sé, ¿por qué no le preguntas a tu puta madre?—bromeó JJ, ganándose otro par de puñetazos.

—¿Queréis parar, coño?—pedí—¿Qué vais a hacer? ¿Matarle?—

—Lo que haga falta para conseguir el dinero—

—¡Dínoslo ya, capullo!—le gritó Barry.

—¡Os he dicho que no lo sé!—

Topper y el camello siguieron golpeando a JJ hasta que le salió sangre por la boca y la nariz, mientras yo les suplicaba que parasen.

—Por favor—ya estaba llorando—Por favor, ¿no veis que no lo sabe?—

—Última oportunidad—Topper le miró a los ojos—¿Dónde está el oro?—

—Vale—asintió JJ, intentando respirar—Vale, está bien—

—Eso ya me gusta más—sonrió el pelinegro.

—Acércate—susurró el poge rubio, y Topper lo hizo—Lo tiene Benito—

—JJ—le regañé. Sabía lo que iba a decir.

—¿Benito?—preguntó Topper—¿Qué Benito?—

—Benito Camela—JJ soltó una carcajada antes de que empezaran a pegarle de nuevo.

—¡Dejadle en paz, joder!—rogué llorando—¡Le vais a matar!—

Topper se echó un par de pasos hacia atrás , separándose un poco de nosotros.
—Tiene razón—asintió—Barry, nos hemos equivocado, tío, ven aquí—

Los dos salieron del cuarto, y yo miré a JJ.

—¿Estás bien?—le pregunté—JJ, ¿estás bien?—

—Estoy... estoy perfectamente—sonrió—Esos capullos no saben pegar—

—Eres imbécil—solté—Solo a ti se te ocurre vacilar a tus putos secuestradores—

—¿Pero a que ha estado divertido?—me guiñó un ojo—¿Has visto la cara de esos colgados?—

Negué con la cabeza y vi como Barry y Topper volvían a entrar.
El primero tenía algo en la mano.

Era una jeringuilla.

𝖥𝗂𝗋𝖾 [𝖩𝖩 𝖬𝖺𝗒𝖻𝖺𝗇𝗄]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora