𝖥𝗂𝗋𝖾 [𝖩𝖩 𝖬𝖺𝗒𝖻𝖺𝗇𝗄]

𝟤𝟩| 𝖠𝖼𝖺𝖻𝗈 𝖽𝖾 𝖾𝗇𝗍𝖾𝗇𝖽𝖾𝗋𝗅𝗈 𝗍𝗈𝖽𝗈

𝗡𝗲𝘅𝘁 𝗱𝗮𝘆
Lᴇx Aᴍᴇʀʏ

Estábamos intentando hacer una vida normal para cuando llegase Big John.
El castaño estaba hecho un manojo de nervios, era casi insoportable.
Consultaba la hora cada cinco minutos, esperando la entrada de su padre.

Los demás tratábamos de calmarle y le decíamos que no sabíamos la hora exacta a la que iba a llegar.
Tal vez por la noche.

—¿Quién eres y qué haces en mi porche?—

O tal vez ahora.

Salimos rápidamente de la casa y vimos a Big John en la entrada.
Tenía el cabello, del mismo color que su hijo, muy revuelto. Usaba gafas y lucía barba y bigote.
Se había encarado con Liam.

—Papá—John B y su padre se dieron un fuerte abrazo.

Los demás nos miramos.
Todos estaban felices, pero yo no podía dejar de pensar en por qué demonios mi padre tenía el número de Will de Casio.
Y, sobretodo, para qué. Porque seguro que era para algo malo.

Ayer no había llamado al otro número porque pensé que ya había tenido suficiente por un sólo día.

—Estás vivo—consiguió vocalizar John B—No me lo puedo creer—

—Te he echado de menos, hijo—habló su padre—No sabes cuánto—Big John nos miró a los demás uno por uno—Kiara—le saludó—JJ, Pope—

—Soy Alexia—me presenté—Una amiga de su hijo—

Omití mi apellido, pero por cómo me miró supe que ya conocía a mi padre, y él le había hablado de mi.

—Yo soy Sarah—habló la rubia.

—Es mi novia—dijo John B, y rodeó su cintura con su brazo.

—Yo soy Rafe—el rubio forzó una sonrisa—Encantado—

—Y él es Liam—le di un golpecito al policía en el hombro—Digamos que me sigue por seguridad—

—¿Dónde has estado?—le preguntó el castaño a su padre—Todo este tiempo...—

—¿Podemos hablar dentro?—el hombre ladeó la cabeza, tal vez algo nervioso.

¿Le contaría a John B la verdad?
La verdad es que no lo creo. No querrá meter a su hijo en todo esto.
Y lo más importante, mi padre no quiere que lo haga.

—Lo que tengas que decir puedes decirlo delante de ellos—habló John B con firmeza—Fueron mi familia cuándo tú no estabas—

El hombre nos echó otro vistazo y luego suspiró.
—He estado en las Bahamas—

Inconscientemente miré a JJ, quién también tenía la vista fija en mi.

—¿En las Bahamas?—John B se mostró confuso—¿Por qué?—

—Porque tenía que desaparecer un tiempo—respondió Big John—Ward trató de matarme, hijo, no podía quedarme en los Outer Banks—

—¿Y por qué no me llamaste?—

—Creía que era lo mejor para ti. Para no involucrarte en el tema del oro. Pero cómo ya lo han conseguido... ya no hay peligro—

Bajé la vista.
Oh, señor Routledge, tengo la sensación de que el peligro no ha hecho más que empezar.

[...]

—No lo entiendo—me llevé las manos a la cabeza—Joder, no lo entiendo—

JJ y yo acabábamos de entrar en mi cuarto después de haber hablado con Big John largo y tendido.

Nos había dicho que ÉL se había comprado el billete y que ÉL se pagaba el hotel en las Bahamas.

—¿Quieres calmarte?—el rubio parecía nervioso—¿Acaso quieres que sospeche y le vaya con el cuento a tu padre?—

—¡No!—negué—Claro que no. Pero esto... esto es un puto laberinto y llevamos días dando vueltas sin sentido, caminando por nuestros propios pasos—

—¿Y si llamamos al otro número?—

—Si, vale—asentí y cogí mi teléfono. Suspiré y marqué el número, para después poner la llamada en altavoz.

—Buenos días, habla con Caleb Harrison, ¿en qué puedo ayudarle?—

—Verá, mi padre me dijo que le llamara—improvisé—Él es Dylan Amery. Yo soy su hija... Jazzlyn—

Si ese tío conocía bien a mi padre, sabría que me mandó a la mierda, y no me diría nada.
Jazz, sin embargo, sigue siendo de la familia.

—Oh, si, Dylan, ¿cómo está?—

—Está bien—asentí—Como le decía, me encargó que le llamara y me dijo que usted ya sabría por qué. ¿Puedo hacerle una pregunta?—

—Claro—

Dirigí mi vista a JJ, y él asintió en silencio.
—¿A qué se dedica exactamente?—

—Es una pregunta un poco extraña, pero me dedico al marketing político y soy agente electoral—

Se me iluminó la mirada.
—Oh, muchas gracias—sonreí—Gracias, pero tengo que dejarle—

Colgué la llamada y miré a JJ.

Joder, acabo de entenderlo todo.