𝟣𝟣| 𝖠𝗅𝗀𝗈 𝗀𝗋𝖺𝗇𝖽𝖾

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Lx Aᴍᴇʀʏ

—Él no sabe que yo lo sé, por supuesto—habló Jazzlyn una vez entró en casa y los demás se sentaron a escucharla.

—¿Estás segura?—le preguntó Kie.

—Si—respondió ella—Completamente—

—¿Entonces?—preguntó John B—¿Qué es lo que planea?—

—Va a derribar todas las propiedades que ha comprado—

—¿Cuantas son?—

—Al menos veinte—dijo Jazz—Bueno, lo que va a hacer es derribar todo eso y construir algo en su lugar—

—¿Qué?—inquirió Pope.

—Una cárcel—

Ahí fue cuando me di cuenta de que algo no cuadraba. En realidad, muchas cosas no lo hacían.
Sin embargo, escuché a mi hermana atentamente.

—Quiere derribar las casas de los poges, porque la mayoría o tienen hipotecas sin pagar o muchas deudas—explicó, y yo fruncí el ceño—Además, muchos de los que viven aquí son delincuentes, ya sean camellos o ladrones—

Asentí en silencio, ceñuda.
No me creía una palabra.

—Y tiene pensado encerrar a los... bueno, delincuentes, y a los que no lo sean ponerlos a trabajar allí—terminó mi hermana.

Esto era un truco de mi padre. Quería hablar conmigo, casi seguro.
¿Por qué iba a hacer algo así, si no? Usar la estrategia de un mafioso de mi serie preferida.
Exactamente mi serie preferida, qué coincidencia.

—Qué horror—traté de disimular—¿Qué sugieres, Jazz?—

—Bueno, solamente le falta una propiedad por comprar—respondió—Una tienda a las afueras. Ha quedado con el dueño mañana por la tarde, para firmar el contrato. A las cinco en punto—

Volví a asentir.
—Bien—

—¿Bien?—dijo Rafe, y todos me miraron—¿En serio?—

—Hay que impedir como sea que compre esa propiedad—habló John B con seriedad.

—Lo sé—asentí—De eso me ocupo yo—

—Alexia, ¿qué te pasa?—JJ me miró confuso.

—Nada. Yo me encargo de todo—hice un gesto con la mano, quitándole importancia.
Tenía muchas cosas en las que pensar.

—¿Y... qué tienes pensado?—Kie se cruzó de brazos.

—Usar el dinero de mi herencia para comprar esa propiedad—respondí, improvisando.

No me era nada difícil inventar una excusa, una mentira, pero esta tenía que pensármela un poco más.
¿Sabía Jazz que era una trampa? ¿Estaba colaborando con papá? ¿Y qué pintaba mamá en todo esto? ¿Ella lo sabía?
Debía ir con pies de plomo en cuanto a todo.

—¿Qué? Eso es una locura—

—No, es un chantaje—negué—Se lo daré a cambio del triple, o incluso más—

—Podrías estar en peligro. ¿Piensas meterte en la boca del lobo?—

—No me hará daño—

—¿Cómo lo sabes?—preguntó Sarah.

—Porque, aunque se haya desvinculado de mi, sigue siendo mi padre—respondí—Iré. Caso cerrado—

—No, ni hablar—JJ se levantó—¿Estás loca? ¿Y si no es tu padre quién va? ¿Y si es Ward?—

—Vale—yo también me levanté—Pues iré con Liam. ¿Contento?—

—No del todo—

—Llevará su arma—sonreí con ironía—¿Ahora?—

—Pues mejor, la verdad—asintió en un tono alterado.

—Pues me alegro—dije del mismo modo.

—Si, yo también—asintió con un gesto exagerado.

—Genial—hablé.

—Genial—repitió.

Ambos salimos del porche.
Él entró en casa y yo salí fuera, dónde estaba Liam, con la espalda apoyada en el tronco de uno de los árboles cercanos.

—Tú—le señalé—Y yo. Tenemos que hablar—

El rubio frunció el ceño, confundido.
—¿Qué?—

—Quieres ayudarme, ¿no? Y protegerme, y todo ese rollo, ¿verdad? Bueno, entonces tienes que saber un par de cosas—

—Claro. Dime—

—La primera; mi familia se ha desentendido de mi, cosa que por supuesto ya sabes. Lo que no sabes es por qué—empecé—Bueno, básica y rápidamente los poges y yo encontramos el Royal Merchant. Conseguimos los 400 millones y mi padre y Ward Cameron nos los robaron—

—Espera, para un momento—levantó la palma de su mano derecha—¿Encontrasteis el Royal Merchant? Joder—

—Si, si, bueno—asentí—Ahora una pregunta; ¿estás dispuesto a ayudarnos? Al 100% con nosotros. Porque eso tiene pros pero también algunos contras—

—¿Qué clase de contras?—

—Para ti no demasiados—respondí—Las peores partes siempre me las acabo llevando yo—

—Vale, pues si, estoy dispuesto a ayudaros—

—Bien—sonreí—Otra cosa, necesito que me acompañes a un sitio. Mañana a las cinco—

—¿Qué sitio?—

—Una especie de tienda. Voy a comprarla—

—Oh... a comprarla—

—Si. Tienes que venir. Ya sabes, por si acaso—

—Bueno, está bien—asintió—Si, te acompaño—

Volvimos al porche poco después.
Kiara me dijo que mi hermana me había dejado algo antes de irse, y me tendió el anuario de Jake. Lo cogí y fui a la habitación.
Me senté en la cama y lo abrí.

Había un par de páginas en las que él no salía, pero aparecía en la primera foto del equipo de baloncesto.

Jake Amery
Capitán del equipo
(segundo año)

Así era como le iban a recordar en Chapel Hill. Como el capitán del equipo de baloncesto.
¿Ese era él? La universidad le describía en tres palabras. Capitán del equipo.
Resumen todo su ser en tres líneas. Tres jodidas líneas.

Seguí pasando las páginas buscándole en las fotos de grupo. Aparecía en muchas.
Jake era un chico muy popular. Sabía ganarse a la gente. Era amable y sincero.

En una de las fotos salía con Alex Mitman.
Sonreí al verles juntos.

Aparecían en el pabellón de baloncesto, calentando.
Jake estiraba las piernas mientras le decía algo a Alex con una sonrisa, y él reía a carcajadas.
Mi hermano vestía una camiseta de Los Ángeles Lakers, de Kobe Bryant, la versión en negro y violeta. Era una camiseta preciosa.
Me la había dejado un par de veces, y yo aún la tenía en mi armario.
En realidad, tenía muchas camisetas suyas.

Pasé un par de hojas más, hasta que llegué al apartado en el que ponían una foto de cada alumno con una frase debajo. Podía ser de autoría propia o alguna que te gustase por cualquier cosa.

Sin embargo, antes de encontrar a mi hermano, cerré el anuario.
Esto no tenía que leerlo solo yo.

Dejé el libro sobre mi mesilla de noche y luego me tumbé en la cama.

Algo estaba a punto de pasar. Algo muy grande.

𝖥𝗂𝗋𝖾 [𝖩𝖩 𝖬𝖺𝗒𝖻𝖺𝗇𝗄]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora