𝟣𝟣| 𝖣𝖾𝗆𝖺𝗌𝗂𝖺𝖽𝖺𝗌 𝖼𝗈𝗌𝖺𝗌 𝗊𝗎𝖾 𝗈𝗅𝗏𝗂𝖽𝖺𝗋

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Lx Aᴍᴇʀʏ

Llegué a casa después de diez minutos aguantando las lágrimas.
Una vez dentro de mi cuarto, simplemente las dejé salir.

Esto es muy duro.
Demasiado para mi.

Solo quiero que todo se acabe... aunque sea por un segundo.
Que se pare todo, por favor.
Solo quiero una vida normal. ¿Es mucho pedir? Padres normales con problemas normales; sin hermano y abuela muertos, sin violaciones, sin amenazas...

Parece que éste viviendo en una puta película americana, de esas en las que la protagonista acaba solucionado todos sus problemas por su cuenta.
Pero yo no sé cómo solucionarlos. No tengo ni puta idea.

¿Como puedo superarlo todo? ¿Cómo puedo olvidar lo que me hizo Topper? ¿Se puede olvidar algo así?

No lo creo.
Es imposible.

Aún así, tengo demasiadas cosas que olvidar.
Tengo demasiada oscuridad.

Me levanté de la cama limpiando un par de lágrimas y entré en el cuarto de Jake sin que nadie me viera.
Ya dentro, lo único que hice fue meterme en su cama e imitar la posición en la que había estado hacía un minuto; tapada por las mantas.

Él no tenía que irse.
Tenía que haber sido yo.

—Ten cuidado, Alexia, por favor—me rogó mi hermano antes de entrar en casa de Clarisse, la chica que nos había invitado a aquella fiesta.

—Sabes que siempre lo tengo—le quité importancia—Nunca me he emborrachado, y me mantengo sobria durante toda la fiesta—

—Lo único que quiero es que estés bien—mi hermano me miró con cara de corderito degollado, y yo sonreí.

—Estoy bien, Jake, no soy imbécil. Sé lo que puedo hacer y lo que no—

—Si pasa cualquier cosa, o simplemente quieres irte...—

Le interrumpí.
—Te llamo. Lo sé. No seas coñazo—bromeé sin maldad.

—Algún día me lo agradecerás—hizo una pausa—Y si cualquier chico intenta hacerte algo...—

Tampoco le dejé terminar esta vez.
—Le partes la cara—terminé—Tranquilo, en serio, soy capaz de defenderme—

Y una mierda soy capaz de defenderme.
Topper me hizo lo que le dio la gana.

Te necesito, Jake, ¿no lo ves?

Sólo ha pasado un año desde que te fuiste, y yo casi muero un par de veces y ahora estoy hecha una mierda.

Todos te necesitamos aquí, idiota.
A ti y tus chistes de mal gusto, tus desayunos especiales cuando estaba enferma y tus horribles cánticos de Navidad.

Porque tú eras lo que mantenía esta familia en pie, eras nuestras columnas.
Y un edificio sin columnas se derrumba.

Tal como nosotros no hemos dejado de derrumbarnos desde que te fuiste.

Escuché mi móvil sonar un par de veces, pero no contesté hasta que lo hizo por quinta vez.

—¿Si?—hablé, ya que ni siquiera me había fijado en quién me había llamado.

Alexia, soy JJ—escuché al otro lado del teléfono—¿Puedes salir?—

¿Ahora?—miré la hora; eran las seis de la tarde—¿Pasa algo?—

¿Puedes venir al muelle?—

Si, claro, ¿pero qué pasa?—pregunté confusa.

Tú solo ven, ¿vale?—

Dame cinco minutos—

Me levanté de la cama de Jake y eché un último vistazo rápido antes de suspirar y cerrar la puerta, para salir de casa lo antes que me fue posible.

Corrí hasta el muelle por si había pasado algo gordo, algo malo.

Sin embargo, cuando llegué fruncí el ceño.

JJ estaba solo, sentado en la proa de la lancha de los poges, con las manos en la cabeza.

—¿JJ?—le llamé, y él se incorporó.

—Vamos, sube—

Él me ayudó y luego nos sentamos ambos dónde antes estaba él solo.
Estuvimos varios segundos en silencio, hasta que el rubio habló.

—Sé que te pasa algo—dijo—Algo gordo—

—No me pasa nada—mentí.

Él me miró con el ceño fruncido.
—Mientes muy bien—comentó—Pero yo también, y sé identificar si alguien me está mintiendo—

—En serio, estoy perfectamente—

—¿Por qué lo haces?—me preguntó—¿Por qué me mientes?—

—Porque la última vez que quise decir la verdad todo se fue a la mierda—solté sin más.

Él miró al suelo por unos segundos, y luego volvió a mirarme a mi.
—Esto es diferente. Puedes decirme la verdad ahora. Nadie va a impedírtelo—

—No lo entiendes, JJ, el problema viene si te lo cuento—dije levantando un poco la voz.

—¿Por qué? ¿Qué te ha pasado?—

Iba a responder, de verdad que si, porque en ese momento sentí que si no se lo contaba todo iba a explotar.

Pero entonces alguien nos interrumpió.

—¡ARRIBA LAS MANOS!—

𝖥𝗂𝗋𝖾 [𝖩𝖩 𝖬𝖺𝗒𝖻𝖺𝗇𝗄]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora