𝟣𝟢| 𝖯𝗈𝗌𝗂𝗍𝗂𝗏𝗈

3.5K 211 36
                                    

Lx Aᴍᴇʀʏ

—¿Y bien?—volvió a preguntar Sarah.

—Positivo—respondió Kiara.

Ambas miramos a la rubia expectantes, ya que mantenía una mueca neutra.

—Qué... ¿q-qué voy a hacer?—susurró—Oh, mierda—

—Tranquila, estamos contigo—habló Kie—No pasa nada—

—¡Mierda! ¿Qué voy a hacer ahora?—

—Sarah—le cogí las manos—Sarah escúchame, ¿vale? Vas a tener que pensar muy en serio lo que quieres hacer. Sea lo que sea que decidas, nosotras vamos a apoyarte—

—Oh por Dios, no puedo creerlo—

—Creo que deberías hablar con John B—sugirió la morena.

—No—negó Sarah—No, quiero estar sola—

—Date una semana para pensarlo, ¿si?—forcé una sonrisa—Tranquila, sabrás que hacer—

[...]

Sarah y Kie acababan de salir de mi habitación después de que la morena y yo pasáramos media hora intentando consolar a Sarah.

Me apoyé en el marco de la puerta, cerré los ojos y suspiré.

—¿Todo bien?—JJ apareció delante mía.

—Si, no es nada—mentí—Movidas de las chicas—forcé una sonrisa y volví a entrar en la habitación.
El rubio me siguió.

—Llevas unos días rara—

—¿Qué? No, eso no es cierto—negué.

—Como digas—se encogió de brazos luego metió las manos en sus bolsillos—Pareces agobiada—

¿Agobiada? ¿Por qué iba a estarlo?

No sé, tal vez porque tengo que planear una jugada infalible para recuperar 400 millones de dólares, o porque Sarah está embarazada y tengo que ayudarle en cualquier decisión que vaya a tomar.
Claro que también puede ser por el hecho de que haya al menos dos personas que quieren verme muerta y tienen el poder y los medios para cumplir sus amenazas.

—Estoy perfectamente—asentí intentando ocultar mi nerviosismo—¿Y tú? ¿Cómo estás?—

JJ soltó un bufido y miró al suelo por unos segundos, negando con la cabeza. Después volvió a levantar la vista.

—No acabo de pillarte—caminó hacia dónde yo estaba, hasta quedar a menos de un metro de mi.

—Bueno, sería aburrido si lo hicieras, ¿no?—bromeé.

El rubio rió un poco, y después recortó la distancia que nos separaba.
Me besó con pasión, y poco después ya estábamos ambos desnudos y tumbados en la cama, acariciándonos y sintiéndonos.
Nos movimos entre las sábanas una vez más, expresando todo el amor que sentíamos, esta vez de un modo más pasional, menos delicado.

[...]

Salí de la habitación dejando a JJ en la cama, con la excusa de que tenía sed.
La verdad es que no quería que me viera preocupada. Me preguntaría, y yo tendría que volver a mentirle.
Así que me puse unos pantalones cortos y una sudadera y me dirigí a la cocina.

Allí estaban Pope y Kiara, ambos tomando una especie de batido.
Nada más verme, la chica me hizo un par de señas para indicarme que quería hablar conmigo en privado ahora mismo.
Yo rodé los ojos y caminamos hasta la habitación de John B, que estaba vacía.
Kiara cerró la puerta y luego me señaló.

—¿Desde cuándo?—preguntó, aparentemente sorprendida.

—¿Desde cuando qué?—respondí con dejadez.

—No jodas, ¿desde cuando os acostáis? JJ y tú—

Ahora fui yo quién abrió mucho los ojos.
—¿Cómo... cómo lo...?—

Kiara rió.
—Sal al pasillo—

Yo lo hice, y ella empezó a saltar en la cama, dejando oír, bueno, el típico sonido, supongo.
Volví a entrar en la habitación aguantando la vergüenza mientras Kie aún reía a carcajadas.

—Va, ¿desde cuándo?—repitió.

—El día de mi cumpleaños—respondí, sonriendo.

—Wow, qué romántico—se llevó las manos al pecho—No me lo esperaba de JJ. Me tenía más pinta de hacerlo hasta en el coche—

—Joder—le lancé un cojín, ligeramente sonrojada.

—¿Y cómo es acostarse con JJ Maybank?—volvió a preguntar, entre risas.

—Me voy a ir de la habitación, Kiara—dije, y salí de allí, aún escuchando sus carcajadas.

—¿Pasa algo?—preguntó Pope al ver mi mueca.

—Tu novia está loca—respondí, y salí al porche—Cooper—saludé a Liam—¿Como estamos hoy, soldado?—hice un saludo militar y después me senté a su lado.

—Vigilando, comandante, no parece que haya moros en la costa—habló imitándome.

—Te aviso; mañana por la mañana voy a salir con un amigo—le advertí de buenas a primeras.

—Ah pues me alegro por ti—

—Bah, tienes celos de mi amplio círculo social, ¿verdad?—bromeé.

—Me siento amenazado—rió el rubio.

De pronto, escuchamos pasos acercándose a la entrada.
Ambos nos levantamos y Liam bajó su mano derecha hasta el lugar dónde tenía una pistola, por instinto.
Me hizo un gesto para que no hiciera ruido y luego se giró hacia dónde provenían los pasos.

Se fueron acercando poco a poco, cada vez más, hasta que su dueña apareció delante del porche.

—¡Jazzlyn!—fui hacia ella—¿Qué pasa? ¿Estás bien?—

—Es... es papá—dijo—Ya sé lo que planea—

𝖥𝗂𝗋𝖾 [𝖩𝖩 𝖬𝖺𝗒𝖻𝖺𝗇𝗄]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora