𝟤𝟫| 𝖸𝖺 𝗇𝗈 𝗌𝗈𝗒 𝗇𝖺𝖽𝖺

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Lx Aᴍᴇʀʏ

—Vale, JJ, ¿estás listo?—le pregunté cuando recibí un mensaje de Pope diciéndonos que uno de los hombres acababa de entrar en el restaurante del hotel.

—Si, vamos—asintió, y salimos.

Caminamos de la mano hasta la parte del restaurante, y al llegar buscamos con la mirada al hombre que Pope había descrito como alto, de pelo negro y traje azul marino.
No fue difícil encontrarlo.

Kiara tenía la segunda llave que me habían dado en recepción el día anterior, así que supusimos que ya estaría en la habitación.

Elegimos una mesa algo cercana a la de aquel hombre, pero no demasiado.
Cuando nos sentamos, envié un ok al grupo de WhatsApp que teníamos para informar sobre cada cosa que pasaba.

—No tienes que estar mirándole todo el tiempo—rió JJ—Se acabará dando cuanta—

—Si, es cierto—asentí—Es que tengo la sensación de que si aparto la vista un segundo desaparecerá y todo se irá a la mierda. Es ridículo, lo sé—

—No, no lo es. Nos jugamos mucho, pero tienes que tranquilizarte un poco, ¿vale?—

Abrí el menú y pensé qué pedir.

—¿A ti qué te apetece?—me preguntó el rubio.

—Ahora mismo no creo poder comer nada—respondí.

—Bueno, no pasa nada, pediremos algo ligero—

Cuando llegó el camarero, pedimos un par de platos y seguimos vigilando al hombre del traje azul marino, quién cenaba sin ninguna preocupación aparente.

Pocos minutos después sonó mi teléfono.
Era una notificación del grupo de WhatsApp.

✨Dudes✨| pulsa para ver...
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Rafe <3
El segundo tío acaba
de salir
21:07

Rafe <3
Tienes vía libre, Kiara
21:07

—Espera, ¿se va a levantar?—me sobresalté—Dios mío, se está levantando—

Cogí el teléfono y escribí un par de abortad, y de Kiara, sal de ahí.

—Mierda—JJ se llevó las manos a la cabeza.

Nos levantamos, dejamos la cuenta pagada y corrimos hacia la habitación.

Cuando cruzamos la esquina para llegar a nuestro pasillo, frenamos de golpe al ver la escena.

Los dos hombres estaban de brazos cruzados, mirando hacia nosotros.
Kiara estaba detrás, con una mueca de decepción.
Rafe nos miraba negando con la cabeza.
Y delante de ellos estaba mi padre.

—¿Creías que podrías robarme?—me preguntó sonriendo.

—El oro es nuestro. Es de los poges—respondí—Nosotros lo descubrimos—

—Hablas como si ellos significaran algo para ti—dijo burlón.

—¿A dónde coño quieres llegar?—fruncí el ceño.

—Vale, voy a ser franco—dio un paso hacia mi—Te voy a dar la oportunidad de elegir—

No entendía nada.
¿Elegir qué?
El oro era nuestro, no podía robárnoslo y creer que no haríamos nada para evitarlo.

𝖥𝗂𝗋𝖾 [𝖩𝖩 𝖬𝖺𝗒𝖻𝖺𝗇𝗄]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora