One way love (B.A.P fanfic)

Von AbbyMarQ

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La historia de una chica norteamericana (Nataly grey)que consigue un empleo en la famosa empresa multimillona... Mehr

El chico de los pantalones deslavados
Nueva en la empresa
Su guarida es mi guarida
Lo que prefería tener en secreto
El chico de la cara angelada
Diablos ¿Y ahora que hago?
Amigos
Buen viaje
Hablemos con la verdad
Confesiones
Dilema: razón vs corazón
Feliz cumpleaños
Un saludo del pasado
¡Sorpresa! ¿Quieres besarme?
Justo cuando todo iba tan bien
Refugio
Figura 8 (infinito)
Escapemos: ¿Confías en mí?
Escapemos: La historia del viajero tonto.
Tal vez él sea el indicado
Conociendo al verdadero Himcha
Inesperado
Cuenta regresiva
Cuenta regresiva: Último suspiro
Bailando la última pieza sobre la arena
La versión del susodicho; Siguiendo el Juego.
La versión del susodicho; Afrontando las consecuencias.
Palabras mudas
Salvame y no te olvidare mentiroso.
¿Me escuchas? No llegare tarde de nuevo.
¿Qué demonios haces aquí?
A veces la soledad es mejor sola
Llamadas desafiantes
Negociando
Himchan veras...
Deseo sexual
¿Por qué no confías en mí?
Tiradera en el Bar
Detrás de la rata de alcantarilla
El, no es el indicado
Las cartas sobre la mesa
Tú la cagaste.
Fuiste tú
Cuando todo se viene abajo
Final trágico.
Manos a la Obra.
El mejor Show de tu Vida.
"Solo Besame, Idiota"
"¿Acepetas?" FINAL

Jugando con fuego

215 20 3
Von AbbyMarQ

Capítulo 33

Salí del hospital el domingo por las 8:30 am, Dae, me esperaba en la puerta de la entrada con su auto a las afueras y la puerta del copiloto abierta, estaba recargado en la parte trasera del auto con un pie encima y las manos empuñadas en las bolsas del pantalón. Llevaba lentes de sol y todo el conjunto de la escena, me hacía recordar a Guk, sin querer, había encontrado varios rasgos de Dae que se asimilaban a él, como si por algún motivo hubieran pasado mucho tiempo juntos, pero tomando en cuenta que, Vivian juntos, eso era de esperarse… creo.

-Lista para llegar a su casa, señorita. – dijo recibiéndome con una sonrisa, mientras le indicaba a la enfermera que se podía retirar con un gesto.

-Si claro, amor, ayer hable con los del seguro, la remodelación término antes de lo esperado así que creo que debe estar todo listo para cuando lleguemos.

-¿Si? – Dijo serrando la puerta para después correr hasta el otro lado – eso es genial amor, debes estar emocionada por ver tu nueva casa.

-Espero que hayas elegido bien cariño – dije picara mientras él ponía la reversa.

-¿Perdón? – Pregunto confundido - ¿De qué hablas Nat?

-¿Qué? ¿No has sido tú?  - nos miramos con expresión de idiotas – Dae… ¿no fuiste tú el que llamo al seguro?

-¿yo? No… - se quedó pensando – cuando hable con ellos, me dijeron que todo estaba arreglado, pensé que tu o Dan lo habían arreglado.

-Oh – dije intentando arreglar el asunto – sí, tienes razón había olvidado que Dan también existía…

¿Qué demonios? Si no había sido ni Dae ni Dan ¿Quién demonios había sido?

Llegamos a la residencia y para mi sorpresa había un carro de mudanza enfrente del edificio, que por algún motivo había estado inhabitado por más de 10 años sin contar que yo y Dan habíamos vivido ahí en solo 3 de ellos, al parecer alguien por fin se había dignado a vivir cerca mío. 

-Vaya, alguien se  muda – dije sorprendida bajándome del auto.

-Bueno, así al menos me quedare más seguro de que no estas totalmente sola. – sonrió.

-Espero que no lo haya mandado Dan, porque si no tal vez lo mate. – no sé qué tan gracioso suene eso, pero de verdad hablaba enserio.

-Solo se preocupa por ti Nat – dijo Dae, intentando defender a su ahora mejor amigo.  – no seas tan duro con él.

-Lo se amor, solo intento que entienda que ya no soy una niña pequeña.

 El solo se rio un poco ante el comentario, la conversación se había llevado el tiempo porque ahora sin pensar habíamos terminado de subir las escaleras.

-woow -  dije admirando la entrada de mi ahora remodelada casa – ¿Soy yo o la puerta es mas grande? – dije al ver que MI puerta había crecido varios centímetros desde la última vez que la había visto. 

-Tal vez solo comió lasaña de mas – repuso Dae

Reí ante el comentario. 

-Mañana comienzas el GYM - le dije a la puerta mientras giraba el picaporte.

-Lo siento amigo, no pude hacer más por ti – dijo dándole palmadas a la puerta mientras pasaba.

-Entonces – dije recargándome en el nuevo sofá, que ni siquiera había terminado de ver. – Quieres algo… agua…no se… - deje de pensar claramente, ahora lo tenía cerca…. Muy, muy cerca. 

-¿Quieres que te diga lo que quiero? -  sonrió en mis labios tomándome de la cintura. 

-¿con azúcar o sin azúcar? – pregunte besando muy cerca de su mandíbula.

-Más vale pedir perdón que pedir permiso – murmuro

-¿Qué? – pregunte sonriente

-Esto…

No me dio tiempo a reaccionar, me sostuvo entre sus brazos mientras exploraba mis labios con desesperación, me embargue con su olor y  su aliento, sentía su tacto; sus manos pasaban por cada rincón de mis curvas, su tacto cálido por debajo de mi camisa me hacía estremecer,  lentamente sus manos se posaron en mis caderas y me obligaron a subir a sus caderas. Aun con mi peso sobre él, no pareció titubear ni un segundo. Sin embargo se abrió paso hasta la cocina, posicionándome en la barda de la misma. Nos quedamos ahí un buen rato, me di mi tiempo a explorar su cuerpo. Debo admitir que estaba bien trabajado, recorrí cada parte de sus músculos con la punta de los dedos. Sin pensarlo más se despojó su camisita y por más veces que lo hubiera visto sin esta, ahora parecía mucho más atractivo. Admire aquello que anteriormente había figurado en mi mente guiándome solo por mi tacto, y la verdad me había quedado corta. Pase las manos de nuevo por la ahora desnuda piel morena del susodicho. El no tardó mucho en empezar a desabrochar la camisola de tela fina que llevaba. 1…2…3…4…5 botones; ahora el sostén blanco a juego con la camisa estaba en su campo de visión.

-Esto está muy mal… - dijo mordiéndose el labio inferior.

-¿Tienes miedo? – pregunte arqueando las cejas.

-Las mujeres hermosas tienden a intimidarme – dijo pegando su frente a la mía y sonriendo en mis labios.

-Te ayudare un poco… - murmure desabrochando el resto de los botones y lanzándome sobre sus labios.

Baje las manos hasta la hebilla de su cinto, pero las cosas simplemente dejaron de fluir, ¿Acaso ahora estaba dudando? No lo podía creer, Daehyun era mi pareja, lo quería estaba segura de ello… pero, entonces ¿Por qué ir más lejos no se sentía bien? No es que estuviera mal, para nada, su cuerpo, su rostro, incluso su  olor y su aliento, todo en el me hacían desearle, pero ¿Por qué no podía? Simplemente se nublaron mis sentidos. El lívido que aquello debía despertar no despertaba, al menos no como debería, pero ¿Por qué? Porque no podía desearlo como el me deseaba, yo deseaba desearlo, de verdad. Lo estaba intentando. Me obligue a mi misa a desabrochar un poco más el pantalón semi ajustado que llevaba puesto, pero eso fue todo… cuando el bajo al mío, ya no pude. Instintivamente lo detuve para que no siguiera.

-¿Qué pasa? – pregunto jadeante.

-Estamos jugando con fuego – dije recuperando el aliento.

-No estas lista… - Ciertamente no lo estaba, al menos no con el... – Entonces será mejor que me vaya, amor. – dijo alejándose y poniéndose de nuevo la camisa blanca que llevaba hasta apenas unos minutos

 -Dae… - quise disculparme.

-No hay problema Nat, no tenemos por qué apresurarnos, se dará cuando se tenga que dar, cuando se sienta bien para ti.

Me odiaba jodidamente demasiado, él era demasiado bueno para mí, y lo sabía, ¿Por qué no solo podía mandar a la mierda los sentimientos y entregarme a este chico en todas las formas humanamente posible? Digo de verdad no era nada feo, era sensible, comprensivo… era todo aquello que deseaba ¿entonces porque demonios no podía solo amarlo? Solo quería amarlo.

-Te quiero – le dije mientras bajaba de la barda para acompañarlo hasta la puerta.

-Te quiero Nataly Grey, de verdad te quiero mucho – beso y mi frente y se despidió con su típico gesto de “no te preocupes amor, todo estará bien”

Suspire al verlo bajar las escaleras.

-Yo también – murmure débilmente.

-Deberías abrochar esa blusa, podría atrapar un resfriado.

La voz proveniente de a lado, me hizo virar bruscamente, la familiaridad que ella me brindaba hacia que descargas electrizantes recorrieran mi cuerpo, ¿Cómo era posible que él se encontrara aquí? ¿Qué demonios pasaba?

-¿Qué demonios haces aquí? – le pregunte sorprendida.

-Me acabo de mudar Nat, ahora vivo en el 304, justo enseguida de tu departamento. – me miro con una especie de sonrisa satisfactoria.

-¿Acaso estás loco Guk? – recrimine

-Posiblemente… pero ese no es el caso VE-SI-NA. – separo la palabra en silabas, provocando que una especie de rabia creciera por mi columna.

-Estas sola, Nat, No podía dejarte sola. – una oleada de dejavu creció por mi cuerpo… aquello, era lo que Dan me había dicho antes de irse la primera vez.

-Tu… tu… yo… -  balbucee como idiota.

-Si Nat, no fue nada sacarte de casa en llamas.

Entonces recordé que él me había salvado.

-Gracias – dije sinceramente.

-No fue nada, ahora entra… podrias enfermarte.

Demonios, ahora recordaba que estaba semi desnuda. Me tape torpemente mientras buscaba la entrada a mi departamento.

 -Espero que te guste el negro – dijo mientras se desvanecía dentro de su ahora nueva casa.

Y entonces comprendí que el que había llamado al seguro antes que todos, había sido nada más y nada menos que el señor Bang Yongguk.

Ahora de verdad empezaba el verdadero juego con fuego, esperando a ver quién sería el primero en quemarse.  

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