Los Que Se Pelean ¿Se Desean?

By ittsandre

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Sentir el calor de mi familia, coger en brazos al pequeño de la familia que, por miedo a volver a Barcelona... More

-PRÓLOGO-
Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
-NOTA-
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24.
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Capítulo 29.
Capítulo 30.
-NOTA-
Capítulo 31.
Capítulo 32.
Capítulo 33.
Capítulo 34.
Capítulo 35.
Capítulo 36.
Capítulo 37.
Capítulo 38.
Capítulo 39.
Capítulo 40.
Capítulo 41.
Capítulo 42.
Capítulo 43.
Capítulo 44.
Capítulo 45.
Capítulo 46.
Capítulo 47.
Capítulo 48.
Capítulo 49.
Capítulo 50.
Capítulo 51.
Capítulo 52.
Capítulo 53.
Capítulo 54.
Capítulo 55.
-Nota-
Capítulo 56.
Capítulo 57.
IMPORTANTE
AVISO
Capítulo 58.
Capítulo 59.
Capítulo 60.
Capítulo 61.
Capítulo 62.
Capítulo 63.
Capítulo 64.
Capítulo 65.
Capítulo 66.
Capítulo 67.
Capítulo 68.
Capítulo 69.
Capítulo 70.
Capítulo 71.
Capítulo 72.
Capítulo 73.
Capítulo 74.
Capítulo 75.
Capítulo 76.
Capítulo 77.
Capítulo 78.
Capítulo 79.
Capítulo 80.
Capítulo 81.
Capítulo 82.
Capítulo 83.
Capítulo 85.
IMPORTANTE
Capítulo 86.
Capítulo 87.
Capítulo 88.
Capítulo 89.
Capítulo 90.
Capitulo 91.
Capítulo 92.
Capítulo 93.
Capítulo 94.
Capítulo 95.
Capítulo 96.
Capítulo 97.
Capítulo 98.
Capítulo 99.
Capítulo 100.
Capítulo 101.
Capítulo 102.
Capítulo 103.
Capítulo 104.
Capítulo 105.
Capítulo 106.
Capítulo 107.
Capítulo 108.
Capítulo 109.
Capítulo 110.

Capítulo 84.

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By ittsandre

Bella.

Abro los ojos al sentir como mi piel roza contra otro cuerpo. Me doy la vuelta en la cama y me pego al cuerpo desnudo de Max.

Esto era lo peor que podíamos hacer sin duda alguna. Que Max se quedase conmigo estos días en el nuevo piso era jugar con fuego y la realidad es que, por primera vez en mucho tiempo, no nos importaba quemarnos.

Mi mirada fijada en su cara mientras duerme, sabía todas sus pecas y lunares de memoria. Podría encontrarlos con los ojos cerrados y es que, aún con los ojos cerrados, el aparecía.

Me levanto de la cama, si seguía mirándole no me levantaría en todo el día y tenía demasiadas cosas que hacer como para permitírmelo. 

Cuando llego a la planta principal del piso, me doy cuenta de que no sé a donde voy, de que no tengo nada que desayunar. Subo de nuevo a la habitación, desayunaríamos en el centro comercial en el que tengo que buscar la mayoría de los muebles y así haría una pequeña compra para estos días.

Consecuencia de vivir en un nuevo piso: no tienes ni una galleta para comer.

Abro las dos maletas haciendo el mínimo ruido para así no despertar a Max. En cuanto las tengo abiertas, me siento en el suelo de la habitación y rebusco entre todos los montones de ropa para ponerme algo que esté limpio y con lo que no me muera de calor. Es más que obvio que no me pondré uno de los vestidos que he llevado a Tomorrowland.

A los pocos minutos, me levanto del suelo con unos pantalones vaqueros cortos y una camiseta básica de manga corta. Esto era todo lo que necesitaba para un día como hoy y así no asarme de calor. Miro hacia la cama en la que Max dormía y veo como este, se ha dado la vuelta y me está mirando fijamente.

-¿Ya me querías dejar solo aquí?- pregunta divertido mientras pasa las manos por su cara.

Suelto una carcajada.- Pues claro que no. ¿Por quien me tomas?

El chico ríe. Dejo la ropa a un lado de la cama y dejo caer mi cuerpo sobre el suyo.

No sé como ninguno de los dos nunca ha salido accidentado...

-¡Buenos díaaas!- digo alargando mientras beso su mejilla repetidas veces.

Max me rodea fuerte con sus brazos. Dejo de besar su mejilla y le miro.

-¿Qué miras?- sonríe pícaro.

-Que estás muy feo por las mañanas.

Max alza las cejas y ríe.- No sé si creerte...- acerca mi cara a la suya y me besa.

Sin separarnos, da la vuelta en la cama dejándome abajo. Sonrío sin que nuestros labios se separen y siento como Max ríe. El chico se deshace de la camiseta que tapaba mi cuerpo y comienza a besarme por todo este. 

Tras recorrer mi cuerpo con su lengua y sus manos, mi piel se eriza más si cabe al sentir como su pene entra dentro de mi. Gimo en la oreja de Max y clavo mis uñas en su espalda mientras entra y sale.

Cada vez era más y más rápido. Nuestros gemidos rompían el silencio que reinaba por todo el piso hasta que ambos no corremos.

***

Barcelona en esta época no podía ser más odiosa. Todo estaba lleno de vehículos y de gente y, aunque eso fuese lo que más me gustaba de una ciudad, hacía que lo odiase cuando tenía que aparcar el coche.

Después de dar vueltas por toda la zona durante poco menos de media hora, estaciono el coche delante del edificio en el que viven mi hermano y Miriam.

-¿Lo dejas aquí?- Max ríe desde el asiento del copiloto.

Le miro con cara de pocos amigos.- No pienso recorrerme toda Barcelona para aparcar el coche.

El chico suelta una carcajada.- Como te multen...

Golpeo su hombro.- ¡No seas gafe!- grito divertida.

-¿Reconoces que enfadada eres más graciosa que cuando no lo estás?- pregunta sin dejar de reír.

Le miro alzando las cejas pero no puedo evitar echarme a reír.- ¡Eres un estúpido!- golpeo su hombro de nuevo.

Max me agarra del brazo y me acerca a el. Los dos quedamos a muy poca distancia del otro y nuestras miradas se pierden en la del otro. 

-¡Hola, chicos!- grita Louis antes de entrar en la parte trasera del coche.

Sonrío, Max ríe y suelta mi brazo.

-¡Hola, hermanito!- miro a Max y, cuando veo que está riendo mirando hacia la ventanilla para que Louis no le vea, río.

-¿De qué os reís?- pregunta Louis desde atrás.

Suelto una carcajada.- De nada.

Max.

No habíamos tardado mucho en llegar al centro comercial donde Bella compraría la mayor parte de los muebles para el piso. 

Espero junto con Louis a que la chica aparezca con el carro donde iremos colocando todas las cajas.

-¿Y qué tal fue el viaje? Vi stories que subisteis y me dieron una envidia...- dice Louis.

Asiento con la cabeza.- Fue increíble, todo superó las expectativas que tenía de todo en general.- miro hacia mi derecha para ver si Bella aparece.- ¿Viste el vídeo de como Benja le pidió matrimonio a Yaiza?

-¡No me lo podía creer cuando lo vi!- grita divertido.- Me imaginé que Bella estaría llorando como una loca, ya sabes como es con todo lo relacionado con las bodas.

Suelto una carcajada.- No te equivocabas.- miro de nuevo y veo como Bella camina con el carro.- Además, ni Benja ni yo le dijimos nada osea que fue una sorpresa para las dos.

Louis abre los ojos como platos.- Vamos, que le distéis la noche.

Los dos reímos.

-¿De qué habláis?- Bella deja de empujar el carro que, sin duda alguna, es más grande que ella.

-¿Qué tal lo pasaste la noche de la pedida?- le pregunta Louis.

Bella le mira, ríe.- ¿Si ya sabes como soy con las bodas para qué me preguntas?

Louis suelta una carcajada.- ¿Cuando dejaremos de tener tantas bodas?

Bella ríe.- Dejarás de ir a bodas el día que me case. Hasta ese día, tendrás que seguir yendo a todas.- comienza a andar delante nuestra.

-Estuvo a punto de casarse el otro día en el festival.- digo divertido al recordar que, en un momento de las últimas noches le pedí matrimonio con el aro de una lata de cerveza.

Bella suelta una carcajada.- ¡No me iba a casar contigo en un festival!

Louis ahora si que abre los ojos como platos.- ¿Qué? ¿Pero en otro lugar si?

Bella y yo reímos.

La chica me mira divertida.- Tampoco.

-He perdido totalmente la esperanza en casarme con tu hermana, ya me ha dicho cincuenta mil veces que no quiere.

Bella se gira con la boca abierta en forma de "O".- ¡Solo me lo pediste ese día!

Me encojo de hombros.- No me has dado más opciones.

Me encantaba vacilar a Bella con el tema de las bodas, se ponía nerviosa con solo de pensar en el día en que ella fuese la novia y, para ser sinceros, a mi también me ponía nervioso. Era un momento que siempre había visto lejano hasta que comenzamos a tener nuestra relación, en ese momento, me hubiese casado con ella todos los días.

Ahora, era una simple idea bonita y divertida con la que nos reíamos.

-Madre mía, que noches más turbias habéis tenido.- dice Louis divertido.

Bella se gira de nuevo, ríe.- Si tu supieses...- mira para mi.

***

Después de una larga mañana que se resumía en solo compras de decoración para el nuevo piso, por fin habíamos regresado a casa.

Bella me da las llaves del piso. Abro la puerta de la entrada de este y paso con el carro en el que duerme el pequeño Alan. Louis había tenido que ir a recogerlo a casa para que Miriam se pudiese ir y pasaría todo el día de hoy con nosotros.

Tras dejar el carro con el pequeño a un lado en la cocina para que duerma tranquilo, corro hasta la entrada para comenzar a bajar todas las cajas de los muebles que teníamos que montar en tan solo los tres días que Bella pasaría aquí antes de volver a Londres.

Me provocaba ansiedad el pensar que ella se irá de nuevo a Londres, a su vida con Tom. Una vida real en la que era feliz.

-¿Por donde empezamos?- pregunta Bella recogiéndose el pelo en un moño.

Los tres nos miramos, resoplamos.

-Me parece que da igual por donde empecemos. Tiene que quedar todo montado y ya está.- ríe.

Asiento con la cabeza.- Podemos empezar por el salón y así luego ir subiendo a las habitaciones que es menos trabajo.

Miro a los hermanos, Louis acepta con la cabeza y Bella se encoge de hombros.

-A mi me es igual, vosotros sois los que más controláis.- dice divertida.

Louis ríe.- Si fuese por mudanzas, la que más controla eres tu.

-Y la que aún le queda...- digo inconscientemente.- Mierda.- tapo mi boca con la mano, como si fuese a servir de algo.

-¿Como qué la que aún te queda?- Louis deja la caja que sujetaba en el suelo. Mira a su hermana.

Bella suspira mientras pasa las manos por su cara.- Me han ofrecido vivir en New York y seguir escribiendo allí.

Louis abre la boca en forma de "O".- ¿Y pensabas decírmelo cuando te fueses o directamente mandarme una postal de la ciudad?

-Aún no sabe si se irá porque se lo han dicho hace muy poco y tiene que esperar a regresar a Londres... A mi me lo ha contado porque cuando le dieron la noticia, la llamé y se desahogó conmigo, sino yo tampoco lo sabría.

-Gracias.- dice Bella en un suspiro.- No te conté nada porque aún no sé que haré, ahora mismo tengo demasiadas cosas en las que pensar y no puedo pensar en una sola. Tengo que organizarme y eso solo lo podré hacer cuando vuelva a Londres.

-¿Y por qué te has quedado aquí? La decoración de un piso es lo último que te debería preocupar.

-¡Por qué tengo dudas más importantes que una maldita mudanza o este piso!- grita.

***

Bella.

Durante toda la tarde, mi hermano no había dejado de mirarme. La conversación que habíamos tenido al llegar se había terminado en el momento que grité que tenía dudas más importantes en mi cabeza que una mudanza o la decoración de este piso y es que, el me conoce a la perfección como para saber que lo único que necesito ahora mismo, es su apoyo y su ayuda.

Guardar silencio y no darle importancia a ese tema era lo mejor que podíamos hacer.

-¿Me ayudas a colocar el mueble de la entrada? Ya sabes lo torpe que soy y capaz que se me cae nada más deje las llaves...- digo divertida.

Louis levanta la mirada, asiente con la cabeza.- No quiero ser el culpable de otro esguince.

Los dos reímos.

Cuando el chico se incorpora, paso su mano por su pelo y beso su mejilla antes de que coja el mueble.

-Eres el mejor hermano que he podido tener.- beso su mejilla una segunda vez.

-¿Me lo dices para que yo también te lo diga?- pregunta divertido. Asiento con la cabeza.- Bueno, tu también eres la mejor hermana que he podido tener.

Ambos reímos de nuevo.

Tras varios minutos en los que Louis y yo colocamos el mueble de la entrada del piso, por fin lo dejamos como quería y volvemos al salón.

-¿Me ayudas a subir estas mesitas para las habitaciones de arriba?- cojo las dos blancas que van colocadas en mi habitación.

Louis asiente con la cabeza.- Sube esas y ya subo las otras ahora.

-¡Vale!- digo divertida.

Subo las escaleras de dos en dos para llegar así antes a la habitación, la verdad es que las mesitas de noche pesaban muy poco. 

Abro la puerta de la habitación con el pie para así no tener que soltar las mesitas y, para cuando entro, escucho como Max está en la terraza hablando por teléfono.

Coloco las mesitas mientras escucho la conversación y no puedo evitar suspirar al escuchar la voz de Ainhoa al otro lado de la línea.

-Me paso luego y te enseño como se hacen esos papeles, no es difícil de hacer.- dice Max.

Coloco la mesita de la derecha, la última que me quedaba por colocar. Para cuando termino, Max ya ha terminado de hablar por teléfono y entra en la habitación.

-¿Luego tengo que ir a casa, vale?- guarda el móvil en el bolsillo trasero de su pantalón.

-Claro, es tu casa.- digo divertida.- Luego si quieres venir a dormir o a estar aquí ya sabes que puedes.

Paso por su lado para salir de la habitación y me agarra del brazo. Me abraza por detrás y besa mi mejilla.

-Sabes que vendré.

***

Mi hermano Louis y Miriam me habían repetido alrededor de cien veces durante esta tarde que pasase estos días en su casa, que me sentiría más cómoda pero, como siempre, haría todo lo contrario. 

Esté o no esté Max, donde quiero quedarme es en el piso nuevo. Lo que más me apetecía era desconectar, estar tranquila y pensar en todo lo que rondaba por mi mente.

A pesar de pensar todo esto, no podía aguantar más tiempo en casa, los nervios me podían y solamente quería que Max estuviese aquí de nuevo ya que ya habían pasado un par de horas desde que había ido al piso de Ainhoa para explicarle todo sobre unos documentos. 

Sin duda alguna, este es quizás el momento más obsesivo que he vivido con Max.

Louis, apoyado en el marco de la puerta de mi habitación, me mira en silencio mientras busco algo que ponerme para salir a correr. 

Solamente me apetece calmarme, pensar y estar a solas.

-¿Y Max?- pregunta mi hermano.

-Ha tenido que ir a casa de su novia para ayudarla con un problema del trabajo.

Pongo los pantalones cortos Adidas que tenía en la maleta y meto por donde de este la misma camiseta que ya llevaba puesta.

-¿Y no estarás mejor en casa que saliendo a correr a estas horas?

Niego con la cabeza mientras cierro la maleta.

-Es mejor así, además que hace mucho que no voy a correr y me apetece.

-Bueno, cualquier cosa ya sabes que me puedes llamar o venir a casa a la hora que quieras.- dice el chico.- Y también puedes contarme lo que quieras.

Niego con la cabeza.- Estoy bien, solamente tengo muchísimos asuntos que resolver pero ya sabes que me organizaré y los resolveré todos.- sonrío.

No sé si lo había dicho para que el me creyese o para que yo misma me creyese que seré capaz de resolver todo.

Después de un par de minutos, salimos del piso y cierro la puerta de este. Abajo ya en la calle, me despido de mi hermano y del pequeño Alan.

-¿Ten cuidado con todo, vale?- dice Louis antes de que me vaya hacia la playa.

Por su mirada, sentía que no se refería a tener cuidado esta noche, sino a tener cuidado con todo lo que me estaba pasando. Desde el momento en que grité "¡Por qué tengo dudas más importantes que una maldita mudanza o este piso!" sabía que el se había dado cuenta de que en el viaje, había pasado algo entre Max y yo.

Le sonrío.- Tranquilo, lo tendré.

***

En este instante, la música de mis auriculares y la imagen de las olas llegando a la orilla, eran lo único que ocupaba por mi mente.

Había corrido durante una hora por la playa y, aunque no solía hacerlo de noche, hoy había sido lo mejor que podía hacer. Quedarme en casa esperando a que Max llegase, se me iba hacer eterno y no quería pensar en los celos que habían nacido en mi después de la llamada de Ainhoa.

¿Cómo es posible que tenga celos de alguien que es la afectada de toda esta historia?

Veo como hay un chico apoyado en el muro que hay separa unas escaleras de otras para bajar a la playa. Ha venido tal y como había dicho que haría.

-¡Eh!- grito al reconocer que el chico es Max.

Max se gira mirando hacia abajo, hacia la playa. Baja de dos en dos los escalones y corre hacia mi. Cuando por poco me alcanza, me echo a correr.

-¿Podrás pillarme?- grito divertida.

Max suelta una carcajada.- ¿Como puedes tener tanta energía?

Me giro sin dejar de correr, río.- No sé.

Tras varios minutos corriendo, el chico me alcanza y en un momento de querer tirarme a la arena, ambos caemos.

-Empiezo a pensar que venir a la playa juntos es lo que menos debemos hacer.- digo divertida incorporándome en la arena.

Max ríe.- Siempre me provocas para que te tire.

Le miro alzando el ceño. Los dos reímos.

-¿Cómo es que has venido a correr a estas horas?- pregunta sentándose a mi lado.

Me encojo de hombros como sino supiese el por qué.- Me aburría esperándote.

-He tardado tanto porque fui a su casa, luego volvía a la mía por unos documentos que necesitaba y de ahí, otra vez a su casa.

-Sabes que no me tienes que dar ninguna explicación. Es tu novia.- muerdo mi labio inferior.

Max suspira.- ¿Piensas que iba a pasar algo entre ella y yo?

Le miro.- Es tu novia, podría pasar perfectamente aunque, sinceramente, confiaba en que no pasaba. Estaba esperando a que llegases en casa y el tiempo se me hacía eterno, por eso salía correr, así se me haría menos largo.- me sincero.

-¿Qué es lo que quieres hacer? ¿Dejar a nuestras parejas?

-No es solo mi decisión.- suspiro.

-Pero es parte de la decisión que tomemos. ¿Quieres qué estemos juntos? Lo estaremos, pero quiero que salga bien, que no se vuelva a repetir todo lo que pasó la anterior vez.

-¿Por qué todo es tan difícil para nosotros?- apoyo mi cabeza en su hombro.

-Porque nunca hemos querido hacerlo fácil.

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¡Holaaap! ¿Qué tal? Aquí tenéis el siguiente capítulo después de leer los últimos que pude publicar. Espero que os guste este y los que publicaré a lo largo de la semana tanto como los anteriores.

Muchísimas gracias por los comentarios, las leídas y los votos que he recibido estas últimas semana, sobre todo la semana pasada. No suelo responder a los comentarios aunque es algo que me gustaría hacer y pienso que debo organizarme para responderos a todos ya que cada uno de vuestros comentarios es algo que me sirve de ayuda para la novela. La semana pasada recibí muchísimos diciéndome lo emocionados que estabais, vuestros sentimientos acerca de lo que sucedía en los capítulos... y no me puede hacer más feliz saber que mis palabras causan ese efecto en vosotros, el mismo efecto que causó en mi mientras los escribía (también se puede llorar mientras se escribe jajaja).

En definitiva, muchísimas gracias por todo como siempre. Me gustaría que siguieseis comentando y votando en la novela ya que eso le da más valor y me sirve para ver su crecimiento.

Por último y aunque lo he dicho en el Importante que publiqué esta misma semana, seguiré publicando capítulos y añadiendo a todos los que me habléis para que os meta en el grupo de Whatsapp y no hay ningún tipo de problema en que me habléis ya que aún no lo borraré. Igualmente, quiero que no os de vergüenza o algo parecido por hablarme, en ese grupo hay muchos más lectores como vosotros y, aunque tarde en responderos o en agregaros al grupo, lo haré.

Os dejo mis cuentas y mi número de móvil aquí abajo:

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Blogger: ittsandre

Muchísimas gracias :)

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