Bella.
Miro pensativa el techo blanco de la habitación. Probablemente llevaba dos horas así y, a pesar de que era consciente de ello, no tenía ganas de más. Solamente esperaba a que sonase la alarma para levantarme mientras buscaba alguna respuesta a todas mis preguntas.
Respuestas a todas las preguntas que no desaparecían de mi mente después de la discusión con Ainhoa. Habían pasado casi dos semanas desde que habíamos regresado a Londres y, además de que durante todas estas noches no conseguía dormir más de una o dos horas, cada vez estaba más convencida de que me faltaban piezas de nuestro puzzle.
La alarma de mi iPhone suena por toda la habitación. Apago la maldita alarma y me giro en la cama hacia el otro lado. Resoplo. Mi Mac estaba abierto y eso significaba que había pasado otra noche escribiendo en la novela que había comenzado a escribir tras la ruptura con Max.
Por suerte o por desgracia, según el parecer de cada persona, Tom no me había podido recoger el día de nuestra vuelta. Esa noche estaba demasiado enfadada conmigo misma, sentía todo lo que a día de hoy sigo sintiendo y necesitaba descargar toda mi rabia en una pantalla en blanco en la que escribir y escribir hasta cansarme.
Bajo la pantalla del ordenador. A continuación, salgo de la cama, no podía perder más tiempo, era algo que no me podía permitir porque a media mañana me reuniré con los editores y Jessica.
En cuanto entro en el vestidor, no puedo evitar fijarme en mi reflejo en el espejo. Tenía unas ojeras horribles además de que seguía teniendo la rodillas destrozadas y cada vez que ponía un pantalón era horrible.
***
-¿Te vas ahora a casa?- pregunta Jessica mientras bajamos las escaleras que llevan a la entrada de la editorial.
-Iré a comer con Dani. Cuando he salido de la reunión era por una llamada suya debido a un problema y tengo que ayudarle.
-Bueno, entonces espero que no sea nada, ¿vale?
Si quedarse sin trabajo no es nada...
Me apoyo en su coche.- Claro, nosotros siempre podemos con todo y esto no será menos.- finjo una sonrisa.
Mi móvil comienza a sonar. Aunque siguiese hablando todos los días con el, no podía evitar ponerme nerviosa al ver a Max en la pantalla.
-Bueno, te dejo que tendrás que contestar.- sonríe.- ¡Chao, guapa!- entra en su coche.
Mientras me despido de ella con la mano, contesto a la llamada de Max. Aún tenía que dar la vuelta a la calle para llegar a mi coche.
-¡Hola! He visto el mensaje.- dice el chico al otro lado de la línea.
La reunión con los editores y Jessica que acababa de tener había sido para saber como habían funcionado las firmas de libros y los eventos de Barcelona. Por suerte, todo había ido tal y como todos esperábamos y Jessica me había dado una buena noticia: podría asistir a la graduación de Max. Obviamente, en ese mismo instante ya le había escrito a Max para que lo supiese.
-¿Y qué te parece que nos veamos dos días antes de Tomorrowland?- pregunto divertida.
-Genial.- ríe.- Ahora estoy más nervioso porque todos estaréis viéndome recoger el diploma.
La realidad es que no me apetece pasar mucho tiempo en Barcelona, al menos durante una buena temporada. Max y Ainhoa ya habían solucionado todos sus problemas acerca de la discusión y me alegraba de ello aunque aún siguiese pensando en todo ello pero no podía estar más feliz por ver como recogía el diploma por el que tanto había luchado.
-No podemos estar más orgullosos de ti, en serio.- entro en mi coche.
-¿Entonces vendrás el mismo día de la graduación? Porque si dices que es dos días antes del festival.- el tono de voz le había cambiado.
-Tengo una firma de libros el día anterior y no la puedo cancelar, es importante. Después miraré el billete de avión pero supongo que llegaré en la madrugada del mismo día de la graduación, como esta última vez.
-¿Ya sabes donde te quedarás? Conociéndote, ya lo habrás pensado nada más te han dado la noticia.- dice divertido.
-Me quedaré con Louis y Miriam.- me dolía decir esto pero me había mucho más daño ver como por poco rompo su relación con Ainhoa.- Ya sabes, para estar con Alan.- digo en un intento de que no se sienta dañado.
-Sabes que te puedes quedar conmigo o con mis padres. No quiero que cambie nuestra relación.
Yo tampoco lo quería, pero lo mejor era tomar una poca distancia. Quería preguntarle todas las dudas que habían aparecido en mi mente después de todo lo ocurrido pero la verdad era que no tenía el suficiente valor para escuchar algo que seguramente, me hiciese daño. A pesar de que yo misma intentase buscar las respuestas necesarias, no quería escucharlo de su boca.
-Tranquilo, eso no pasará.- digo mientras conduzco.- Además, la mañana de la graduación iré a ver pisos.
-¿Irás a ver pisos?- pregunta confuso.
-Sí, se lo comenté a tu madre el primer día.- giro la rotonda.- Llevo una temporada pensando en que sería una buena idea comprar un piso en Barcelona, así cuando vaya estaré en mi propia casa y podré ir siempre que me apetezca.
Durante unos minutos, no se escucha nada.
-Ya sabes que puedes venir siempre que te apetezca pero bueno, en Tomorrowland ya nos cansaremos de estar juntos.- intenta no sonar molesto. No colaba.
Poco después, nos despedimos.
Decirle esto me dolía, me dolía distanciarnos, perder a la persona que más había querido pero, en este momento, lo mejor que podíamos hacer era pensar más en nuestras parejas que en nosotros mismos.
Max.
Lanzo el móvil al otro lado del sofá. Estaba feliz porque Bella vendría a mi graduación, la vería unos días más pero, por otro lado, me mataba saber que se estaba distanciando.
La entendía y pensaba lo mismo que ella, lo hacía después de todo lo que había ocurrido. Pero eso no quitaba que me doliese notar como cada vez se alejaba más y esto, solamente era el principio.
Tan solo había pasado poco más de una semana. Sé perfectamente que piensa que no sabe partes de nuestra historia, la conozco mejor de lo que se conoce ella mismo y, aunque me gustaría gritarle las respuestas a todas las preguntas con las que se martiriza, ahora mismo volvía a estar bien con Ainhoa y yo era el primero en estar feliz por ello.
Además, lo que menos quería era que Bella se distanciase más y, aunque fuese egoísta por ello, sabía que si le decía todo lo que ella no sabe, se iría para siempre. Recordar todo el pasado y perder a la persona que más me había importado en mi vida, si que me destrozaría.
Cojo de nuevo el móvil. Busco el número de Nicol y en cuanto lo encuentro, la llamo. Al tercer "Bip" la pelirroja contesta a la llamada.
-¿Qué tal, guapo?- Nicol transmitía felicidad hasta por una llamada.
-Bien, ¿y tu?
-Bien. Esta mañana he estado bastante ocupada.
-¿Quieres cenar esta noche? Tengo que hablar contigo y tu eres la única que me puede ayudar.
Necesitaba hablar con ella, que me ayudase y, sobre todo, tener la seguridad de que nunca le dirá nada a Bella.
-Emm... Claro.- hace una pausa y continúa.- ¿Pero ha pasado algo?
-Supongo que nada nuevo.- suspiro.- Hablamos por Whatsapp y me dices donde quieres cenar, en nada tengo que estar en el trabajo.
***
Bella.
Este parque me transmitía tranquilidad, toda la tranquilidad que necesitaba en los peores momentos. Durante la primera temporada que pasé en Londres, cuando todo comenzó, solía venir a comer con Dani después de la Universidad.
Este parque me transmitía tranquilidad, toda la tranquilidad que necesitaba en los peores momentos. Me hacía recordad el comienzo de todo esto, de cuando me mudé a Londres y no tenía ganas de salir de casa. Dani y yo solíamos comprar la comida en un MacDonald's que hay cerca del parque y comíamos aquí.
-Esto no me puede relajar más.- bajo la mirada para ver a Dani, quien estaba tumbado sobre mis piernas en la manta.
-¿Te acuerdas de cuando veníamos siempre después de clase?- observo como tres patos nadan en el lago que hay delante nuestra.
Suelta una carcajada.- Era el mejor momento del día. Deberíamos hacerlo más a menudo.
Asiento con la cabeza.- Dejamos de hacerlo porque engordamos una barbaridad por comer MacDonald's sin parar.
-Cambiaremos de restaurante.
-No sé si creerte.- digo divertida.- Por el momento, hoy hemos vuelto a pecar.
Los dos reímos.
-¡Qué le jodan a la dieta!
-¡Qué le jodan a la dieta y a tu jefe!- grito divertida.- Eres un gran periodista como para estar preocupado por ese trabajo de mierda que te quitaba horas y horas de vida.
Me alegraba ver que Dani está calmado. Cuando llegué al parque, estaba sentado sobre la manta, nervioso, con ganas de hablar y hablar sobre todo lo que sentía en el día de hoy. Me sentía culpable porque no era la primera vez que faltaba al trabajo por ayudarme o acompañarme a reuniones o eventos y, si o si, le encontraría trabajos en los que el tendría que escoger con cual quedarse.
-¿Hoy se queda Tom contigo?- pregunta el chico mientras juego con su pelo.
-Se quedará trabajando. Estoy deseando que termine la semana para así poder estar con el día y noche.
-Candy tiene que terminar un trabajo, si quieres vemos una película en tu casa y cenamos MacDonald's otra vez.
Suelto una carcajada, rodeo su cabeza entre mis brazos.- ¡No hay nada que me apetezca más!
***
Max.
-¿Qué tal estás estos días?- pregunta Nicol desde el otro lado de la mesa.
La camarera viene hacia nuestra mesa con el plato que había pedido hace unos instantes. Lo coloca delante de mi y le sonrío en modo de agradecimiento.
-Mejor, Ainhoa y yo hemos solucionado todo.- bebo agua de mi vaso.- Pero con Bella no tanto.
-¿Por? ¿Estáis enfadados?
Niego con la cabeza.- Se está distanciando y aún no han pasado dos semanas desde que volvió a Londres.
-La conoces, sabes perfectamente como es y se distancia cuando piensa que ha echo daño.
-No ha echo ningún daño. La discusión surgió porque quise defender a Bella, no porque me dijese algo hiriente.
-Tu cara sigue diciéndome que te han echo daño...- alza las cejas y me mira divertida.
Río.- En serio, me metí en esa pelea porque no podía con esa situación. Aunque tenga la cara echa una mierda, lo volvería hacer una y otra vez.
-¿Y qué me dices de lo que pasó dentro de la discoteca? Porque si os controláis menos, le habríais sido infieles a vuestras parejas y eso si que es decisión vuestra.
Resoplo. Paso la mano por mi pelo.- ¿Y qué hago si es lo que siento cuando estoy con ella? Ainhoa sabe todo completamente y no quiero hacerle daño, pero no puedo evitar a Bella y ella tampoco puede.
-¿No has pensado en decirle lo que ha pasado? Decirle todo lo que ella no sabe, todas esas historias que desconoce y que la están volviendo loca. Te recuerdo que sigo hablando con ella día si y día también.
-Si estuviese en mis manos, volvería al pasado para no haber metido esa carta en el collage que le regalé por Navidad. Fue una estupidez.
-No fue una estupidez por mucho que lo quieras creer. Una estupidez es evitar lo que al final saldrá a la luz porque ella es capaz de buscar esas historias detrás de cada foto y de cada recuerdo que tiene contigo.
-Si lo llega a saber, nos distanciaríamos definitivamente y todo sería muchísimo peor que cuando se mudó a Londres.
Nicol suspira.- No será peor, ella no se distanciará porque querrá volver contigo y eso es lo que te aterroriza. Te aterroriza volver con ella para perderle una vez más.
La pelirroja me había dejado desnudo completamente en lo que a sentimientos se refiere. No quería pensar en ello pero esa era la realidad y, aunque me gustaría que eso pasase, tenía que hacerme a la idea que quería a Ainhoa, que tenía una buena relación con ella y que mi única meta, era no perder la relación que tengo con Bella.
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¡Holaaap! ¿Qué tal? Aquí tenéis el siguiente capítulo después de leer los de la semana pasada. Espero que os gusten los de esta semana tanto como los de la semana pasada. Como el viernes es mi cumpleaños, mañana subiré un nuevo capítulo y el viernes otro (ese mismo día os explicaré un poco sobre todo el tema de la novela).
Muchísimas gracias por los comentarios, las leídas y los votos que he recibido estas últimas semana, sobre todo la semana pasada. No suelo responder a los comentarios aunque es algo que me gustaría hacer y pienso que debo organizarme para responderos a todos ya que cada uno de vuestros comentarios es algo que me sirve de ayuda para la novela. La semana pasada recibí muchísimos diciéndome lo emocionados que estabais, vuestros sentimientos acerca de lo que sucedía en los capítulos... y no me puede hacer más feliz saber que mis palabras causan ese efecto en vosotros, el mismo efecto que causó en mi mientras los escribía (también se puede llorar mientras se escribe jajaja).
En definitiva, muchísimas gracias por todo como siempre. Me gustaría que siguieseis comentando y votando en la novela ya que eso le da más valor y me sirve para ver su crecimiento.
Por último y aunque lo he dicho estas últimas semanas, iré añadiendo a los que me habéis hablado en el grupo de la novela (el número lo tenéis en el Comunicado que publiqué antes de estos capítulos y aquí abajo) y si queréis hablarme para que os añada, no hay ningún tipo de problema ya que aún no lo borraré. Igualmente quiero que no os de vergüenza o algo parecido por hablarme, en ese grupo hay muchos más lectores como vosotros y, aunque tarde en responderos o en agregaros al grupo, lo haré.
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