Patricia: ¿Echarte de menos?-soltó una malvada carcajada-mira, esto debe ser una confusión, mamá-la tomó del brazo-estamos buscando a una gran diseñadora, no a ti mugrosa.
Ignacio: esa diseñadora, por casualidad no será la de la marca S&A ¿verdad?
Beatriz: ¡Obvio!-los miró a los dos de arriba abajo-él que me dijo que erais vosotros debió querer gastarme una broma, desde luego.
Andrea: te equivocas Bea-dijo con total familiaridad después de haberla tratado con tanto respeto-yo soy la diseñadora de S&A-las dos entreabrieron la boca bajo las miradas de todos los presentes.
Patricia: ¡Debes estar de broma!
Andrea:-soltó una risa-eso es lo que te gustaría ¿verdad? Soy la diseñadora y creadora de la marca S&A-dijo en alto-trabajé con diseñadores de la talla de Versacce, Joan Paul Goultier y un centenar de diseñadores famosos que seguro ni te sonaran sus nombres, sin embargo ¿tú que Patricia? Lo que has aprendido ha sido de mama-soltó una risa.
Patricia: ¡No te consiento que me hables así!-Ignacio logró meterse por en medio antes de que Patricia lograse encararse con Andrea la cual sonreía ampliamente.
Andrea: ¡Ya no soy la mugrosa que conociste! Ahora tengo mucha más clase que tú y desde luego siempre tuve mejor gusto que tu-admiró con cierto desprecio su atuendo para aquella noche.
Beatriz: ¡Fuera de aquí! No queremos gente indeseable.
Ignacio: ¿Es así como tratas a tus invitados de honor?-negó con una sonrisa-desde luego como han cambiado tus modales cariño
Beatriz: ¡Largaros de aquí!-Beatriz apretó los puños bajo la mirada de Patricia.
Ignacio: el lunes a primerísima hora te mandaré a mis abogados-tomó el brazo de Andrea-esta vez me darás el divorcio o dejo de llamarme Ignacio del Junco, vámonos cielo-Andrea sonrió-la fiesta ya se puso aburrido y es de esperarse que los diseños de esta gente no van ser mejores que los tuyos.
Andrea: cuánta razón tienes querido Ignacio.
Cayetana le brindaba una taza de té caliente a Irina, la inquietud de aquella muchacha era tal que se mostraba en todos sus gestos lo nerviosa que estaba de estar en aquella ciudad.
Cayetana: te lo estás tomando muy a la tremenda cielo-acarició su rubia cabellera.
Irina: ¿a la tremenda? No-resopló.
Cayetana: deberías hablar con Ignacio, está esperando a que te encargues de sus obras, si mandó traerlas desde París, es por algo cielo...
Irina: no puedo, sería exponerme.
Cayetana: Ignacio confía exclusivamente en ti, no le falles, además, si tienes que encontrarte con él, pues te encuentras... ahora eres una mujer muy segura de ti misma, si tienes claro que no quieres nada con él, ¿Cuál es el temor?
Irina: no, ninguno, es solo que quiero evitar verlo y cualquier precaución es poca, mira lo que le pasó a Andrea, ¡se encontró con Samuel en el cine! A mí me podía pasar lo mismo y prefiero no verlo.
Cayetana: ¿En el cine?
Irina: mierda, ¿no te dijo nada?-Cayetana negó-a ver, eso es lo que dijo ella, que fue al cine, la sala estaba sola y que vio salir a alguien, que ese alguien era Samuel, dice que claramente lo reconoció por la espalda, yo la verdad no creo que sea así.
Cayetana: con respecto a ese hombre, mi hija no se equivoca-hizo una breve pausa-¿Cómo les estará yendo en estos momentos?
Andrea e Ignacio abandonaban la sala tomados del brazo sin apenas esperar a que el desfile comenzara, para ellos su cometido había terminado y una retirada a tiempo siempre fue una victoria, no se arriesgarían a que sus enemigos pensaran en algo después de haberlos tomado completamente por sorpresa. A la salida no puedo evitar que su corazón diera un salto dentro de ella, advirtiéndole de que él se encontraba cerca, se paró en seco a la vez que Ignacio frenó su paso.
Andrea: ¿me disculpas un momento?-ambos lo vieron en una de las salidas fumando un cigarro.
Ignacio: Andrea no... esta noche está saliendo redonda, ¿para qué quieres hablar con él ahora?
Andrea: no lo sé-resopló frustrada-es algo que mi corazón me está pidiendo a gritos, no puedo irme a casa así.
Ignacio: está bien, pero no dejes que te haga daño, por favor, te estaré esperando en el coche.
Tímidamente se acercó, pudo darse cuenta de que aquel hombre estaba siendo comido por sus pensamientos, ya que no se percató de su presencia, admiró como echaba el humo del tabaco por su boca todavía sin creérselo, ¿tanto habían cambiado las cosas en 365 días?
Samuel: ¿Qué quieres?-dijo de pronto ella se sobresaltó.
Andrea: ¿ahora fumas?
Samuel: y digo yo, ¿a ti eso que te importa? O ¿en qué te afecta?
Andrea: no es sano, a parte es un vicio que no sabía de ti.
Samuel:-la miró con una mirada rota-¿presumes de saberlo todo de mí, Andrea?
Andrea: está claro que nunca llegué a conocerte del todo, si no hubiese evitado que me hicieras daño.
Samuel: Andrea no me interesa hablar contigo, ni del pasado que algún día tuvimos en común-dio una pequeña calada a aquel cigarro que tenía entre los dedos y echó el humo hacia fuera-no quiero saber nada de ti, para mí fue suficiente.
Andrea: ¿¡Y para mí no!?-él resopló intentando ocultar su dolor-¡¡Lo pasé fatal!!
Samuel: claro y yo me divertí muchísimo, ¿¡eso es lo que piensas!?-ambos enfrentaron sus miradas cargadas de dolor-si tienes razón en algo Andrea, que nunca llegaste a conocerme del todo.
Tiró la colilla al suelo y de un pisotón la apagó, dando aquella conversación por terminada, Samuel se fue adentro, no sin antes pasar por su lado, ella cerró los ojos sintiendo como su presencia se escapaba nuevamente de sus manos, pero no iba hacer nada para impedirlo, a él se le veía seguro de sus hirientes palabras, en el fondo así lo prefería ella, para ella era más fácil hablar del desamor que hablar de amor, por que corría el riesgo de caer nuevamente en aquel tormento.
Patricia: ¡¡¡NO PUEDE SER!!!-tras el escenario Patricia tiraba todo lo que se encontraba a su paso bajo la mirada de las otras modelas y bajo la mirada de su madre, que intentaba detenerla.
Beatriz: mi vida ya basta.
Patricia: ¿¡¡YA BASTA!!?-acabó por tirar una mesa y respiró con furia mientras su madre la miraba temerosa-ESA MUGROSA HA VUELTO MAMA.
Beatriz: eso no significa nada, te encontraré otra oportunidad, ya lo veras, ¡Esa estúpida no podrá con nosotras!
Patricia: NO ME VALE OTRA OPORTUNIDAD-cerró los ojos con la respiración agitada y tratando de calmarse-el hombre que estaba con Andrea, Ignacio del Junco, ¿es él?-la enfrentó con la mirada.
Beatriz: si hija, es... bueno, mi marido.
Patricia: ¡¡¡MALDITA SEA!!! ¿¡Y porque Andrea está con él!? ¿Por qué tiene esas influencias?-la agarró del brazo con brusquedad.
Beatriz: ¡¡Patricia cálmate por dios!! Él es un pintor bastante reconocido en París, no sé qué relación puedan tener mi vida.
Patricia: ¡¡No hay cálmate que me valga!! ¡Esa mugrosa ha vuelto con demasiada fama!-se pasó la mano por la frente
Beatriz: meter a esa niña en la empresa definitivamente me salió caro-gruñó con rabia-tenía fe en tener negocios con la diseñadora de S&A y mira quien resultó ser.
Patricia: no puede salirse con la suya mamá, ha vuelto para pisotearnos...
Beatriz: claro que no se va salir con la suya, estoy segura que aparte de su marca, ha vuelto a por Samuel
Patricia: pues alucina si piensa que le voy dejar el camino libre-endureció el rostro.
Beatriz: ¿Qué piensas hacer?
Patricia: has dicho que no sabes la relación que Ignacio y Andrea puedan tener ¿verdad?-su madre afirmó-pues tranquila, ya nos encargaremos de relacionarlos a nuestra manera-soltó una carcajada-y también de que Samuel se entere, no creo que le parezca bien saber que tu marido es el amante de su amada.
Cayetana esperaba con paciencia a que Ignacio y Andrea volvieran del desfile, finalmente Irina se había ido a la cama tras un buen rato de conversación, respiraba intranquila pensando en los percances que su hija podría estar viviendo en aquel momento, a pesar de la fortaleza que Andrea había ganado durante aquel año, solo había una cosa que podía derrumbar todo por lo que había luchado, solo Samuel podía trastocar el interior de Andrea y aquello la tenía intranquila. De pronto escuchó la puerta y los vio entrar.
Cayetana: ¿Qué tal? ¿Cómo os fue?-ambos resoplaron tras mirarse.
Ignacio: fue un momento tenso, pero bueno ya estamos en casa.
Cayetana: ¿Y tú mi vida?-admiró a su hija quitándose los pendientes en silencio-estas muy callada.
Andrea: es como dice Ignacio mamá, todo estuvo muy tenso, hubo muchos reencuentros, vi a Samuel, a Flavio, a Patricia y a Beatriz-suspiró-es complicado pero poco a poco-esbozó una sonrisa con la que intentó tranquilizar a su madre.
Cayetana: ¿seguro mi amor?
Andrea: si mamá, pero ya... iros-sonrió-es tarde.
Cayetana, no muy convencida de las palabras de su hija decidió irse junto a Ignacio, Andrea los acompañó hasta la puerta tratando de convencer con su cara todo lo que decía con sus palabras, cerró la puerta y allí sus ojos enrojecieron recordando la frialdad con la que Samuel la había tratado, recordó sus gestos apagados, lentos e inseguros, recordó el triste semblante de sus ojos y no fue capaz de reconocerlo.
Andrea: ¿Qué te ha pasado mi amor?
Durante el desfile estuvo ausente, no lograba mantener la atención en aquellas modelos que desfilaban las creaciones de su empresa, en su mente solo se encontraba ella, Andrea y su regreso, mil emociones recorrían su cuerpo en aquel momento y ninguna le esclarecía lo suficiente que debía hacer con aquella vuelta tan inesperada.
Flavio: deberías cambiar la cara, los fotógrafos están haciéndote fotos y tu cara no es la mejor-palmeó su hombro con delicadeza.
Samuel: me resulta imposible sacármela de la cabeza, ¿para qué demonios habrá vuelto?
Flavio: por lo que dice la prensa va instalar su marca aquí en Houston-Samuel lo miró con el semblante desesperado-me da la sensación de que estará por aquí una temporada y no solo eso, me da que va ser una dura competidora vuestra, con lo cual tendrás que verla en diferentes eventos de sociedad.
Samuel: lo que me faltaba para culminar la noche, saber que voy tener que verla sin poder tenerla...
Flavio: ¿Por qué no lo intentas una vez más? A lo mejor al haber pasado el tiempo, lo tiene más asumido y puede que te perdone
Samuel: ya fue suficiente, reconocí mi error, le supliqué, pero se fue igualmente, me dejó aquí solo... para mi este año sin ella y con este dolor han sido como un infierno y por si fuera poco vuelve como si el tiempo no hubiese pasado y...-se quedó en silencio y Flavio lo miró.
Flavio: ¿Y?
Samuel: ¡Y así de explosiva!-Flavio levantó las cejas completamente asombrado-¿has visto cómo le sentaba el vestido?-aflojó la corbata-pedía a gritos que se lo arrancase del cuerpo, todavía me pican las manos.
Flavio: ¿te das cuenta?-soltó una risa
Samuel: ¿de qué o qué?
Flavio: que hablas como el Samuel de antes-Flavio esbozó una sonrisa-hablas igual que cuando la conociste.
Samuel: no digas tonterías, puedo desearla, quererla y amarla, pero las heridas no me dejan de doler así como así...
Flavio: pues a mí me huele a segunda oportunidad así que, ni tan mal.