13. Quisiera revisar tu caso

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En la sala de juntas Samuel y Beatriz examinaban con detenimiento el folder de los diseños que ya llevaban hasta ahora, pero no eran suficientes, todavía faltaban muchos más antes de completar la colección, lo bueno es que parte de la producción ya estaba trabajando en los primeros diseños y era cuestión de días que los bocetos estuviesen listos.

Beatriz: me encantan, de verdad estáis haciendo un grandísimo trabajo-su hija sonrió con superioridad-Andrea eres espectacular, de verdad, te has adaptado a nuestro ritmo en muy poco tiempo y tus diseños están a la altura de esta firma... siempre me das lo que te pido y tienes un recurso para todo, enhorabuena.

Patricia: ¿y yo que mamá?

Beatriz: tu trabajo impecable como siempre cielo, en 10 minutos eres capaz de hacer un diseño espectacular... si pasaras más tiempo en la empresa las colecciones se harían en 3 días-soltó una risa-me encanta.

Patricia: gracias...

Beatriz: en fin ¿tú qué opinas Samuel?

Samuel: igual que tú, todo está estupendo-se levantó.

Beatriz: ¿oye estás bien? No tienes buena cara, ya ayer estabas enfermo Samuel, no prefieres ir a casa-Andrea lo miró culpable de su mal estar.

Samuel: tal vez te tome la palabra y me vaya.

Patricia: ay cosita-se inclinó y lo abrazó ante la pasividad de él-¿Qué te duele? ¿Quieres que te ayude en algo?

Samuel: no hay nada que pueda ayudarme, gracias-miró a Andrea y salió del despacho.

Tras aquella reunión Andrea entró en su estudio maldiciéndose a sí misma, ¿Cómo iba pensar que sus palabras iban tener tal efecto? Creyó que aquel discurso se lo iba pasar por el arco del triunfo, pero aquellas reacciones le demostraban a Andrea que realmente Samuel se había ofendido con sus palabras.

Samuel: me enteré de lo que pasó con Irina-al otro lado de la línea resonó un fuere suspiró.

Flavio: que vergüenza, que bochorno, que todo de verdad-pasó las manos por su pelo-¿Cómo te has enterado?

Samuel: fui buscar a mi tormento a la vecindad y las vi hablando, Irina estaba muy mal, pobrecita.

Flavio: no sabes lo mal que me siento, creo que pedirle disculpas no es suficiente, menos mal aceptó mi invitación a comer para compensarla ¿crees que hice bien?

Samuel: claro, aunque déjame decirte que tú no tienes la culpa de nada, es la boca de tu mujer que se suelta cuando bebe.

Flavio: no sabes la reprimenda que le eché en casa, esta vez si logró enfadarme y no tuve compasión de ella, le dije que o cambiaba o la encerraba en un centro.

Samuel: espero que te haga caso.

Flavio: y la cara de esa pobre niña esta mañana, aun me dijo que en la vida encontraría a alguien que la quisiera con ese defecto, ¿te puedes creer? Y va mi mujer y se burla de ella...

Samuel: en fin...

Flavio: ¿y tú qué? ¿Pasaste la noche con tu tormento?

Samuel: más bien pasé la noche atormentado, insistí en cenar con ella y bueno como pasó lo de Irina, la vi nerviosa así que le ofrecí tomarnos un café, interpretó que yo seguía con mis instigaciones y no ves cómo se puso.

Flavio: ¿Qué te dijo?

Samuel: que si lo único que quería era tener relaciones con ella, que se ponía el conjunto que le regalé, íbamos a un hotel y que hiciera con ella lo que quisiera.

ADORABLE TORMENTOWhere stories live. Discover now