ADORABLE TORMENTO

55. Sexualidad M. (5/5)

Samuel: no, pasa-ella entró a la habitación-yo, estaba...-soltó una risa-intentando vestirme-ella sonrió y se acercó a él.

Andrea: déjame que te ayude.

Ella se puso delante de él para cuidadosamente ponerle la camiseta lentamente, tras varias semanas sin verla él miraba atentamente la belleza que Andrea poseía, tenía el pelo liso esa mañana, su pantalón negro apretaba su cuerpo definiendo sus curvas de una manera exagerada para él, alzó la vista hacia su blusa blanca, ligeramente escotada y su boca se secó, a pesar de todo Andrea era pura sexualidad para él.

Andrea: ¿te calzo?-él despertó de sus pensamientos y afirmó.

Entonces ella se inclinó sobre sus pies y encajó los tenis en ellos para después atarlos, una hazaña que hubiese resultado imposible para Samuel en aquellas circunstancias, sin embargo él se inclinó un poco teniendo mejor acceso al escote que previamente había tenido de frente, podía ver el movimiento de sus pechos mientras hacia los gestos para calzarlo, juró ponerse más enfermo todavía de lo que ya estaba.

Andrea: listo-ella se incorporó y se inclinó sobre la cama para coger la chaqueta, no se percató en que momento Samuel se levantó y se colocó a su espalda-Samuel...

Podía percibir su cuerpo cubriendo su espalda, aquel calor tan familiar que tanto había echado de menos volvió a instaurarse en su alma, mientras notaba la respiración entrecortada de Samuel sobre su cuello como si fuese una pequeña brisa marina que la acariciaba.

Samuel: ¿Cómo vienes así?

Andrea: ¿Así como?

Samuel: con ese escote y este pantalón que te delinea el cuerpo-tocó levemente su trasero y ella sonrió ante su tacto-logras confundirme-Andrea cerró los ojos mientras él apartaba su pelo con la mano derecha-llevo un año sin saber nada del sexo y llegas tú a ponerme loco de esta manera, ¿Qué tienes que te hace tan adictiva?

Andrea:-se giró levemente para darle la cara-no lo sé.

Samuel: te tengo tan cerca que podría besarte, lo sabes...

Andrea: bésame.

Miró sus ojos, los cuales pedían a gritos aquel beso, se acercó a ella lentamente con las mismas ganas, aquellas semanas sin verla habían despertado en él las ansias por tenerla a su lado, pero todo seguía muy confuso, pero todo seguía sin solucionarse, él seguía resentido por su abandono, por haberse rendido ante una adversidad y tal vez ella seguía pensando en aquel fatídico día en que lo encontró con Patricia, tal vez ella no lograba confiar en él nuevamente y todo lo mal que lo había pasado volvería a su vida, entonces se alejó con temor y ella pestañeó varias veces sin entender.

Samuel: lo siento, yo...-resopló.

Andrea: no tranquilo, me has pedido tiempo y realmente no lo estoy respetando-sintió el chasco que Andrea se había llevado al no haber culminado aquella conversación con un beso que esperaba desde hace semanas-venga vamos, te llevaré a casa.

Samuel: por cierto ¿y Flavio? ¿Por qué no ha venido por mí?

•

Lo había intentado mil veces durante aquella semana y mil veces se había llevado una negativa, pero no se rendía y se aventaba a la ocasión numero mil uno para recuperar a Irina, que Andrea fuese buscar a su amigo al hospital a pesar de la reprimenda que le caería merecería la pena si por ello Irina decidiera perdonarle, había llevado flores, bombones, pañuelos para el cuello carísimos, zapatos y hasta música en directo, pero nada, nada funcionaba con aquella mujer hasta se percató de la sencillez que todavía seguía adornándola.