ADORABLE TORMENTO

4. Cambiaré

Patricia esperaba impaciente la respuesta de su madre, ella miraba con orgullo unos bocetos que su hija le había puesto encima de la mesa a primera hora de la mañana, levantó la vista por encima de sus gafas con una sonrisa.

Patricia: ¿y bien?

Beatriz: me encantan... este rojo es genial-frunció el ceño-¿es tuyo?

Patricia: claro mamá... de quien si no-sonrió ampliamente.

Beatriz: ¿y los de Andrea?

Patricia: no hizo gran cosa la verdad... pero como apenas es el primer día, no la presioné-Beatriz suspiró y se levantó para abrazarla.

Beatriz: sabes que te quiero mucho ¿verdad hija? Estoy muy orgullosa de tu trabajo, no tomes la llegada de Andrea como una amenaza, ¿vale?

Patricia: lo sé mamá-volteó los ojos sin que su madre la viera-sé que a pesar de no ser tu hija de sangre me quieres como tal... si no llega ser por ti, que me adoptaste cuando era una niña no sé qué sería de mí-fingió un pequeño llanto.

Beatriz: ya mi niña...-acarició su pelo-tú también fuiste un gran apoyo para mí, sabes la desilusión que traía en el alma-besó su frente-tú mi cielo, mi milagro.

Patricia: gracias mamá-la abrazó.

Samuel tocó en la puerta y observó con cierta ternura la escena de Beatriz abrazando a su hija, carraspeó ligeramente para que supieran de su presencia y levemente ambas se separaron para verlo.

Beatriz: puntual como siempre, ven pasa-Samuel entró-cariño puedes irte, gracias por los diseños, están genial.

Patricia: solo vine a traértelos... voy ir al club a tomar un café con mis amigas, luego vengo.

Samuel: claro, ve tranquila, trabajas demasiado-soltó una risa y Beatriz lo acompañó, Patricia entrecerró los ojos y se fue con aires de grandeza.

Beatriz: no te pases con Patricia, eres malo.

Samuel: es la verdad-soltó una risa-se queja de trabajo y casi ni aparece por el sitio.

Beatriz: ella es así-suspiró-ya me gustaría que fuera tan eficiente como tú... si tus padres pudiesen verte... estarían tan orgullosos-él resopló-en fin, estas son las primeras propuestas de Patricia-las echó encima de la mesa-fíjate en este rojo de flores amarillas y anaranjadas, representa totalmente el verano ¿no te parece?

Samuel:-los revisó todos-si están bien, pero... este ¿es de tu hija?-señaló el rojo.

Beatriz: si claro...

Samuel: vaya, parece que ahora que vino la chica nueva, está espabilando demasiado ¿no?

Beatriz: yo pienso lo mismo-soltó una risa-teníamos que haberla traído antes, lo malo es que no ha diseñado nada... pero bueno también acaba de llegar.

Samuel: claro... acaba de llegar-se levantó-tengo que hacer una cosa, nos vemos luego.

Salió de la oficina con una sonrisa en los labios, la vida le había obligado a ser más listo que el hambre y por suerte o por desgracia ningún detalle se le escapaba a la vista, caminó hasta el parking, observando como Patricia se iba a montar en su descapotable, la alcanzó y evitó que se montara en el coche.

Samuel: te veo con mucha prisa mi querida Paty-ella sonrió, se apartó el pelo y lo miró.

Patricia: ¿Quieres algo de mi Samu?-agarró las solapas de su camisa y las acarició.

Samuel: por esta vez te voy a pasar esta pequeña travesurilla...-agarró su rostro y se acercó, ella embelesada sintió sus labios sobre su cuello-pero la próxima vez que te adueñes de un boceto de la novata, te desmonto el teatro Patito-con el rostro desencajado Patricia se despegó de él.